En paz... investigando los alrededores.

Me deslizé suavemente por la hierba hùmeda. Por aquel lugar lso rayos del sol penetraban intensamente y no podrìa mostrar mi forma vampìrica. Dentro de todo, en algunos casos, mi poder me servìa incluso de disfraz frente a los seres humanos.
En mi forma de serpiente era pràcticamente ciega. Pero resultarìa indescriptible lo mucho que se puede ver a travès de las simples vibraciones de la tierra.
Habìa escojido una mamba negra. Una serpiente larga y oscura, mortal, en cuya forma me desplazaba ahora.
Peguè mi cuerpo al suelo y saquè la lengua, sintiendo con ella los alrededores. No habìa nadie.
Lentamenle comene a regresar a mi forma natural. En un alo de luz blanca, recupee mis piernas y poco a poco, todo mi cuerpo.
Bajo los radiantes rayos solares mi piel brillaba como mil diamantes. Pero podìa disfrutarlo sin temor, pues nadie andaba cerca.
Habìa vivido demasiado y tenìa tanto para contar. Amores, desamores, amistades , guerras, destierros.
Mi vida era èpica y aùn asì, lo ùnico que conseguìa disfrutar al menos por unos segundos, era sentir el calor del sol e imaginar que era sangre, que corrìa por mis venas. Imaginar que continuaba siendo humana y recrear mi palacio, con los sirvientes y las criadas.
Deseaba poder encontrar un lugar donde pudiera establecerme. Ese parecìa el indicado. Un pñequeño pueblo, dònde casi nunca sale el sol. Ahora me interesaba saber, si habìa otros vampiros en el territorio y si eso me traerìa problemas.

El sol brillaba, algo raro en este pueblo, y yo quise disfrutarlo. Corría por los bosques hasta que llegué al claro, aquel lugar había sido escenario de tantos encuentros y desencuentros... Sonreí para mis adentros. Me encontraba a la sombra de un árbol, admirando el maravilloso paisaje que tenía ante mis ojos, cuando avisté a una mujer increíblemente pálida y con una larga melena rubia recogida en una trenza. Escuché sus pensamientos, no parecía peligrosa, probablemente estaba buscando un lugar en el que asentarse. Suspiré, últimamente Forks parecía ser el lugar favorito por nuestra especie, y eso nos podría traer problemas. Aunque esta vampira parecía ser vegetariana. Decidí acercarme. Me encaminé hacia ella, saliendo a la luz del sol, mi piel parecía estar formada por miles de diminutos diamantes. A una velocidad poco humana me acerqué a la vampira, y rompí el silencio que reinaba en el lugar.

-Buenos días, puedo ayudarte? -dije poniendo mi mejor sonrisa.

Tan introducida en mis pensamientos me encontraba que no noté que un vampiro se había acercado a mí, hasta que me volteé al escuchar una suave voz.
Mostraba una hilera de dientes perfectamente pulidos tras una sonrisa simpática.
_ Hola, mi nombre es Nadine_ dije respondiendo. En todos los años que habían pasado, aún no había perdido la cortesía que me habían instruído en el palacio para entablar una conversación. Y por sobre todo, me encontraba frente a un miembro de mi propia raza. Era alto y sus ojos resplandecían un dorado intenso que creía únicamente razgos míos, pero que al parecer me equivocaba. Honestamente resultaba muy apuesto y destellaba amabilidad. Por lo tanto decidí dirijirme como bien sabía, con la delicadeza digna de una antigua princesa egipcia. _ Agradezco mucho tu ofrecimiento. Pero el que puedas ayudarme o no, depende de si eres de por aquí. Busco un lugar para hospedarme, en realidad, quisiera intentar asentarme definitivamente en estas tierras._ Señalé con mi mano la totalidad del bosque y se me iluminó la mirada.
_Este lugar es bellísimo._

Recorrí con la mirada el prado y los alrededores, desde luego, el lugar era magnífico, yo había tenido muchos años para comprobarlo. La vampira, Nadine, no parecía tener malas intenciones, es más, parecía totalmente pacífica y tenía su sed controlada, lo que era un punto a favor.
-Bueno, yo soy Edward Cullen, mi familia y yo vivimos por aquí, somos un clan de vampiros vegetarianos, y veo que tú también lo eres. Estaremos encantados de recibirte en nuestra casa, aunque mi padre no se encuentra ahora mismo en la ciudad -pensé donde podría encontrarse Carlisle, no lo había visto desde mi llegada.

Era realmente muy amable, quizás hasta ahora, el vampiro más elocuente con el que me había cruzado. Supuse que "vegetariano" se refería al consumo animal en lugar del humano y me sorprendió saber que él y su clan tenían tales hábitos.
Buscaba amigos, por lo que su ofrecimiento resultó perfecto.
_ Me encantaría conocer a tu familia, Edward, muchas gracias_ dije sonriendo y haciendo una pequeña reverencia.
_Eres muy amable, y si pudieras decirme, quisiera saber acerca de unos aromas extraños que sentía al acercarme. No eran vampiros, ni humanos, pero era un efluvio que jamás se había topado conmigo_ le dirijí una sonrisa.
De seguro se alarmaría por mi actitud, ya que es difícil encontrar a alguien que salude con una reverencia, pero en todos estos años, aún conservaba mis antiguos modales.

Al parecer los lobos andaban cerca... Tuvo suerte en no toparse con ellos, porque probablemente le habrían atacado al ser una extraña. Si decidía quedarse aquí era mejor prevenirla y informarle de todo lo relacionado con el tratado.
-Si, bueno...no se si habrás oido hablar de los licántropos. Aquí cerca hay vive una tribu llamada Quileute. Tenemos un tratado de paz con ellos...pero este no es el mejor sitio para hablarlo, por qué no me acompañas hasta la casa de mi familia y hablamos más tranquilos? -le sonreí. Lo mejor sería ir a casa, no sería bueno que los lobos nos encontraran ahora, traería más problemas, que ahora no había pocos precisamente. Además podrían estar allí Alice y Esme, que me ayudarían a explicarlo todo.

¿Licántropos? Por supuesto sabía qué eran... lo había estudiado... en numerosos libros y papiros aniguos que los nombraban,,, De lo que no estaba al tanto era de que eran más que un simple mito...
Maravilloso... Había encontrado el lugar perfecto... Lo único que me daba vueltas en la cabeza era que si realmente existían esas criaturas, ¿existirían otras?... Y con otras, me refería a sirenas, dragones...
Estaba divagando, pero quién sabe...
_ Me encantaría acompañarte Edward_ Dije sonriendo e inclinando la cabeza en señal de agradecimiento._ Estoy ansiosa por saber más acerca de ustedes_
de repenytr rl aroma de un ciervo llegó a mí... mis instintos se alertaron ya que hacia demasiado tiempo queno cazaba... me disculpé con unareverencia y me transformé en mosca, huyendo hacia mi presa....