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Noche abierta (Michael, libre. Noche)
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Noche abierta (Michael, libre. Noche)
No era precisamente la muchacha con más amigos de La Push, pero los fines de semana era la única ocasión en la que todos los “jóvenes”, que habíamos quedado con algún contacto luego de algún curso, nos reuniéramos para ir hasta la ciudad con el objetivo de disfrutar de las salidas, la vida nocturna.
Juntarnos en si no suponía algo muy entusiasta, no había charlas muy profundas o amenas ni nada que sea preciso mencionar. Solo que aunque no pensaba saltearla la barra de tragos, me había ofrecido en ser una de las que iría en su auto para no viajar en el destartalado colectivo. La charla era casi prohibida cuando sonaba la música en el estéreo, asi que el camino fue solo un camino de luces y el rock de moda, mientras el chico a mi lado exageraba un improvisado solo de guitarra y atrás las chicas intentaban convencerme de probar un nuevo trago.
Dejé el Peugeot 408 que tanto amaba lejos de los adolescentes más jóvenes que seguramente eran los que saldrían más alcoholizados y haciendo más payasadas, y me encaminé con mis tacos negros junto con el grupo hacia el interior del boliche “Keops”, que se hallaba en el piso superior. Iba moviendo el cabello caoba libremente, para que se viera la espalda totalmente descubierta, ya que la remera chocolate se ataba únicamente un unas tiras en el cuello y la cintura, y que se aprecie también el short ajustado negro con un cinturón dorado que lo decoraba.
Al llegar al salón ya estaba casi repleto de gente, en las barras, en las pistas del medio, en mesas repartidas por el lugar y en los varios escenarios en desniveles. Era un salón completamente inmenso, de paredes negras pero con muchos detalles dorados y plateados; luces de colores y equipo de sonido casi sofocantes. La máquina de humo estaba encendida, pero la gente aun no salía a bailar, solo estaban reuniéndose y cantando a más no poder los temas. Luego de dejar el abrigo y la cartera en el guardarropas nos dirigimos a una mesa entre al multitud y nos pedimos un trago, había que empezar tranqui y aprovechamos para que mientras se siga llenando podamos charla como iba la vida de cada uno. Pedí un daikiri de durazno y comencé a tomarlo entre risas, escuchando las ocurrencias de Stell, la rubia platinado del grupo que hablaba sobre la convivencia con su ex pareja, pero al mover mi mirada del grupo noté a un chico que me miraba desde casi el otro lado del salón. Era castaño y de ojos oscuros, y no poseía en su cara el mismo sentimiento de perversión con los que muchos miran a las mujeres en los boliches, era otra mirada…
No le di inmediata importancia porque estaba acostumbrada que al vestirme bien y tener un buen físico muchos me miraban, pero al intentar aspirar si debía sospechar noté que era inútil. Cigarrillo, alcohol, humo, perfumes, comida... no sentía más nada.. mi instinto se disparó al verme acorralada.
Juntarnos en si no suponía algo muy entusiasta, no había charlas muy profundas o amenas ni nada que sea preciso mencionar. Solo que aunque no pensaba saltearla la barra de tragos, me había ofrecido en ser una de las que iría en su auto para no viajar en el destartalado colectivo. La charla era casi prohibida cuando sonaba la música en el estéreo, asi que el camino fue solo un camino de luces y el rock de moda, mientras el chico a mi lado exageraba un improvisado solo de guitarra y atrás las chicas intentaban convencerme de probar un nuevo trago.
Dejé el Peugeot 408 que tanto amaba lejos de los adolescentes más jóvenes que seguramente eran los que saldrían más alcoholizados y haciendo más payasadas, y me encaminé con mis tacos negros junto con el grupo hacia el interior del boliche “Keops”, que se hallaba en el piso superior. Iba moviendo el cabello caoba libremente, para que se viera la espalda totalmente descubierta, ya que la remera chocolate se ataba únicamente un unas tiras en el cuello y la cintura, y que se aprecie también el short ajustado negro con un cinturón dorado que lo decoraba.
Al llegar al salón ya estaba casi repleto de gente, en las barras, en las pistas del medio, en mesas repartidas por el lugar y en los varios escenarios en desniveles. Era un salón completamente inmenso, de paredes negras pero con muchos detalles dorados y plateados; luces de colores y equipo de sonido casi sofocantes. La máquina de humo estaba encendida, pero la gente aun no salía a bailar, solo estaban reuniéndose y cantando a más no poder los temas. Luego de dejar el abrigo y la cartera en el guardarropas nos dirigimos a una mesa entre al multitud y nos pedimos un trago, había que empezar tranqui y aprovechamos para que mientras se siga llenando podamos charla como iba la vida de cada uno. Pedí un daikiri de durazno y comencé a tomarlo entre risas, escuchando las ocurrencias de Stell, la rubia platinado del grupo que hablaba sobre la convivencia con su ex pareja, pero al mover mi mirada del grupo noté a un chico que me miraba desde casi el otro lado del salón. Era castaño y de ojos oscuros, y no poseía en su cara el mismo sentimiento de perversión con los que muchos miran a las mujeres en los boliches, era otra mirada…
No le di inmediata importancia porque estaba acostumbrada que al vestirme bien y tener un buen físico muchos me miraban, pero al intentar aspirar si debía sospechar noté que era inútil. Cigarrillo, alcohol, humo, perfumes, comida... no sentía más nada.. mi instinto se disparó al verme acorralada.
Sabrina Licardi- Licantropo
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Edad : 32
Fecha de inscripción : 07/02/2010
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
La tarde dentro de la casa pasaba lenta, sin ninguna novedad. Era un fin de semana lento y aburrido, como lo eran los demás días dentro de mí ahora monótona vida. Las nubes en la Push corrían lentas, con una pesadez inimaginable dentro de mis más perturbadores sueños, estaban tan cargadas de esa pesada lluvia que prontamente dejarían caer sobre las casas y bosques del lugar.
Elena, esa pequeña niña menuda, había salido a dar una vuelta con sus amigas sin salir de la Push, solamente en la playa. Eso ya me dejaba sin pendientes, ella estaba segura dentro de la reserva, eso lo tenía casi garantizado. Más sin en cambio yo me pudría en vil aburrimiento, solamente viendo las horas pasar, un atardecer más que indicaba que el día moría con lentitud.
Sin ningún preámbulo, sin pensarlo ni una vez, tome mi moto y salí a una velocidad vertiginosa que dispara mi adrenalina por todo mi cuerpo, una sensación magnifica y llena de libertad me abrazo con rapidez.
Me dirigía a Port Angeles, donde tenía entendido que era un buen lugar para socializar o simplemente divertirse y no morir en el tedio en tu casa.
Era cierto, yo no tenía amigos dentro de la Push, no me arriesgaría a encariñarme con alguien y perderlo de la manera más cruel posible.
Estacione la moto en un boliche que se veía divertido, y tal vez me llegaría a divertir dentro de ese lugar.
Estando dentro del lugar eche un vistazo rápido a toda la multitud que cantaba a todo pulmón y sin llegar al verdadero clímax que pretendía dar el lugar.
Las paredes revestidas de negro con detalles de color dorado y plateado me hacían alusión a un antro más para darquetos que para personas normales, mas sin en cambio eso me tenía sin cuidado alguno.
El boliche-antro, estaba repleto de una infinidad de aromas, alcohol, cigarro, humo, perfumes y un sin fin de aromas que no me detendría a descifrar.
Una mirada al lugar me dejo ver a un grupo de amigos que alguna vez hubiera visto dentro de la Push, todo ellos eran casi iguales, pero una entre la multitud resaltaba entre los demás. Una mujer de una piel bronceada y cabellos claros se hacía notar por su atuendo tan fuera de lo común. Una blusa de un escote plenamente visible y un short no era común dentro de los estándares de las mujeres, y menos dentro de un lugar donde hacía frio.
Ni yo que tenía una temperatura arriba de los 37° vestía así. Tenía puesta una chaqueta de cuero negra sobre una playera blanca, unos jeans y mis tenis, así era como moría de calor para no llamar la atención de los demás a mi alrededor.
Mirar a la muchacha con curiosidad hizo destellar una chispa de intuición dentro de mi mente, ¿sería que ella también era de mi misma especie? Lo averiguaría si me acercaba a ella, que ya había notado mi mirada sobre su persona.
Camine con pasos decididos, sin titubear ni un momento, y deje mi mirada clavada sobre sus ojos. Pronto llegue con el grupo de amigos y me situé a un lado de una rubia de aspecto gracioso.
-Hola, me preguntaba si podía unirme a ustedes, soy Michael.-Dije con calma, sonriendo de lado y dejando mi mirada clavada sobre la chica que me llamaba la atención por ser tan peculiar.
Elena, esa pequeña niña menuda, había salido a dar una vuelta con sus amigas sin salir de la Push, solamente en la playa. Eso ya me dejaba sin pendientes, ella estaba segura dentro de la reserva, eso lo tenía casi garantizado. Más sin en cambio yo me pudría en vil aburrimiento, solamente viendo las horas pasar, un atardecer más que indicaba que el día moría con lentitud.
Sin ningún preámbulo, sin pensarlo ni una vez, tome mi moto y salí a una velocidad vertiginosa que dispara mi adrenalina por todo mi cuerpo, una sensación magnifica y llena de libertad me abrazo con rapidez.
Me dirigía a Port Angeles, donde tenía entendido que era un buen lugar para socializar o simplemente divertirse y no morir en el tedio en tu casa.
Era cierto, yo no tenía amigos dentro de la Push, no me arriesgaría a encariñarme con alguien y perderlo de la manera más cruel posible.
Estacione la moto en un boliche que se veía divertido, y tal vez me llegaría a divertir dentro de ese lugar.
Estando dentro del lugar eche un vistazo rápido a toda la multitud que cantaba a todo pulmón y sin llegar al verdadero clímax que pretendía dar el lugar.
Las paredes revestidas de negro con detalles de color dorado y plateado me hacían alusión a un antro más para darquetos que para personas normales, mas sin en cambio eso me tenía sin cuidado alguno.
El boliche-antro, estaba repleto de una infinidad de aromas, alcohol, cigarro, humo, perfumes y un sin fin de aromas que no me detendría a descifrar.
Una mirada al lugar me dejo ver a un grupo de amigos que alguna vez hubiera visto dentro de la Push, todo ellos eran casi iguales, pero una entre la multitud resaltaba entre los demás. Una mujer de una piel bronceada y cabellos claros se hacía notar por su atuendo tan fuera de lo común. Una blusa de un escote plenamente visible y un short no era común dentro de los estándares de las mujeres, y menos dentro de un lugar donde hacía frio.
Ni yo que tenía una temperatura arriba de los 37° vestía así. Tenía puesta una chaqueta de cuero negra sobre una playera blanca, unos jeans y mis tenis, así era como moría de calor para no llamar la atención de los demás a mi alrededor.
Mirar a la muchacha con curiosidad hizo destellar una chispa de intuición dentro de mi mente, ¿sería que ella también era de mi misma especie? Lo averiguaría si me acercaba a ella, que ya había notado mi mirada sobre su persona.
Camine con pasos decididos, sin titubear ni un momento, y deje mi mirada clavada sobre sus ojos. Pronto llegue con el grupo de amigos y me situé a un lado de una rubia de aspecto gracioso.
-Hola, me preguntaba si podía unirme a ustedes, soy Michael.-Dije con calma, sonriendo de lado y dejando mi mirada clavada sobre la chica que me llamaba la atención por ser tan peculiar.
Michael Peláez- Licantropo
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Edad : 32
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
El pánico que me habai invadido fue dasapareciendo cuando el chico que me habai clavado su mirada se dirigió hacia nosotros sin titubear, con una mirada segura y concentrada. Volviá a ser la calculadora y desconfiada, de los hombres, no de las razas. Tomé el daikiri con más fuerza y lo llevé a mi boca mientras el muchacho se posaba detrás de Stell y pretendia unirse a nosotros, lo cual fue aceptado por los demás con una sonrisa enantadora. Los habitantes de La Push eran gente amable que estaba siempre abierta a la sociedad, a la amistad, a los humanos... Yo, por mi lado, miré con detalle la vestimenta y los gestos del chico, notando sincera esperanza de quedarse con nosotros, su rostro era relajado y no mostraba amenaza alguna.
Dejé que los demás aceptaran su presencia mientras dirigia mi mirada a la pista de baile para preguntarme de donde tenia ya su mirada, aunque estaba casi segura que si me lo habia cruzado, su presencia no habia llamado mi atención. La música ocmenzó a hacerse más fuerte, y unanueva avalancha de jóvenes entraron por las puertas dirigiendose a bailar sin siquiera pasar a servirse una bebida. Miré mi reloj que marcaba las 3:30 am, la hora pico de esos boliches. Posé mi mano por encima de la mesa buscando nada en realidad, solo intentando acercarla hasta la del chico nuevo que parecia comenzar a sentir el calor de aquel pesado lugar.
-Si pretendes unirte con nosotros deberias sacarte la chaqueta- dije con desdén al tiempo que me paraba- No soportarás el calor cuando empeices a bailar, este lugar se va a llenar como una burbuja de aire caliente
Esto ultimo lo dije mirandolo con uan sonrisa y más relajada, ya bajando un poco la barrera para que el chico seuniera a nostros, y para pode rluego preguntarle, porque habia dirigido su interés hacia mi.
Dejé que los demás aceptaran su presencia mientras dirigia mi mirada a la pista de baile para preguntarme de donde tenia ya su mirada, aunque estaba casi segura que si me lo habia cruzado, su presencia no habia llamado mi atención. La música ocmenzó a hacerse más fuerte, y unanueva avalancha de jóvenes entraron por las puertas dirigiendose a bailar sin siquiera pasar a servirse una bebida. Miré mi reloj que marcaba las 3:30 am, la hora pico de esos boliches. Posé mi mano por encima de la mesa buscando nada en realidad, solo intentando acercarla hasta la del chico nuevo que parecia comenzar a sentir el calor de aquel pesado lugar.
-Si pretendes unirte con nosotros deberias sacarte la chaqueta- dije con desdén al tiempo que me paraba- No soportarás el calor cuando empeices a bailar, este lugar se va a llenar como una burbuja de aire caliente
Esto ultimo lo dije mirandolo con uan sonrisa y más relajada, ya bajando un poco la barrera para que el chico seuniera a nostros, y para pode rluego preguntarle, porque habia dirigido su interés hacia mi.
Sabrina Licardi- Licantropo
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Edad : 32
Fecha de inscripción : 07/02/2010
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
Mi mirada penetrante aún seguía puesta sobre la chica que me llamaba la atención. Sabía que algo no estaba bien con ella, así como no lo estaba conmigo y mi hermana.
Los chicos del pequeño grupo me aceptaron rápidamente, siempre tan amigables y amables como debían ser los inquilinos de la Push.
Notaba cuan nerviosa se había puesto aquella chica de aspecto extraño, pero conforme confiaba se tranquilizaba.
El tumulto comenzó a hacerse enfermizo. Los jóvenes pasaban por las puertas en grandes cantidades, ya no eran grupos pequeños, ahora eran como mandas. La pista estaba repleta de los valientes que habían decidido bailar, estaba claro que no cabía ni un alma más dentro de esa infestada pisa. Otros cuantos tímidos aún se posaban sobre sus mesas, indecisos en invitar a una chica a bailar.
Lo chicos del grupo, del cual ahora formaba parte, se habían ido entre el tumulto, bailando y divirtiéndose, solo la chica y otros dos se quedaron a hacernos compañía.
Tome asiento donde estaba la rubia que ahora bailaba grácilmente. Sonreí de lado y asentí a lo que decía la muchacha. Con un movimiento me quite la chaqueta de cuero que tenía puesta, a decir verdad me asaba dentro de esa cosa, dentro de poco el cuero y mi piel se harían uno solo.
Deje ver mi playera blanca con cuello en forma de v que dejaba entre ver mi pecho oliváceo.
-No planeo bailar, no tengo la gracia que tu amiga posee.-Dije mirando por encima del hombro a la rubia- A todo esto, ¿Cuál es tu nombre?- Pregunte aun mirando a la rubia.
Los chicos del pequeño grupo me aceptaron rápidamente, siempre tan amigables y amables como debían ser los inquilinos de la Push.
Notaba cuan nerviosa se había puesto aquella chica de aspecto extraño, pero conforme confiaba se tranquilizaba.
El tumulto comenzó a hacerse enfermizo. Los jóvenes pasaban por las puertas en grandes cantidades, ya no eran grupos pequeños, ahora eran como mandas. La pista estaba repleta de los valientes que habían decidido bailar, estaba claro que no cabía ni un alma más dentro de esa infestada pisa. Otros cuantos tímidos aún se posaban sobre sus mesas, indecisos en invitar a una chica a bailar.
Lo chicos del grupo, del cual ahora formaba parte, se habían ido entre el tumulto, bailando y divirtiéndose, solo la chica y otros dos se quedaron a hacernos compañía.
Tome asiento donde estaba la rubia que ahora bailaba grácilmente. Sonreí de lado y asentí a lo que decía la muchacha. Con un movimiento me quite la chaqueta de cuero que tenía puesta, a decir verdad me asaba dentro de esa cosa, dentro de poco el cuero y mi piel se harían uno solo.
Deje ver mi playera blanca con cuello en forma de v que dejaba entre ver mi pecho oliváceo.
-No planeo bailar, no tengo la gracia que tu amiga posee.-Dije mirando por encima del hombro a la rubia- A todo esto, ¿Cuál es tu nombre?- Pregunte aun mirando a la rubia.
Michael Peláez- Licantropo
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Edad : 32
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
El chico parecia estar en un lugar totalmenet diferente a un boliche, aunque apreció escuchar mi comentario porque se quitó la pesada campera de cuero, sus ojos solo se posaban con un ceño fruncido en la cantidad de gente que iba atestando el lugar. Miré su rostro por unos segundos, no entendia que buscaba con exactitud asi que decidi que solo nos habia buscado por algo de compañia, o para acercarse a Stell que llamaba su atencion desde la pista de baile.Suspiré y maldije mi innesesaria desconfianza, llevando la mano a mi cabeza, en gesto de que debai calmarme. Pero volvi a escuchar su voz y levanté la vista, mirando su indiferencia y aun dudando si lo que lo atraia a nosotros o a mi era desinterés o.. interés.
-Me llamo Sabrina Licardi.. -mencioné también con algo de indiferencia y un suspiro, decidiendo que si los chicos comenzaban a darle charla al muchacho podria irme a hacer lo que me habia planeado: divertirme, depejarme, bailar...
Sin alguna mención más ignoré la mesa y me metí entre la gente que comenzaba a amontonarse en la oscuridad y el humo para encontrar a msi amigas y unirme a sus bailes que habian comenzado de manera suave, en comparación con lo que tenia planeado para esa noche.
-Me llamo Sabrina Licardi.. -mencioné también con algo de indiferencia y un suspiro, decidiendo que si los chicos comenzaban a darle charla al muchacho podria irme a hacer lo que me habia planeado: divertirme, depejarme, bailar...
Sin alguna mención más ignoré la mesa y me metí entre la gente que comenzaba a amontonarse en la oscuridad y el humo para encontrar a msi amigas y unirme a sus bailes que habian comenzado de manera suave, en comparación con lo que tenia planeado para esa noche.
Sabrina Licardi- Licantropo
- Cantidad de envíos : 230
Edad : 32
Fecha de inscripción : 07/02/2010
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
Ahora mis ojos iban y venían desde los chicos que bailaban a los que estaban en mi mesa. La muchacha que respondía al nombre de Sabrina se veía desesperada, sus gestos me lo decían claramente y luego nuestras miradas se encontraron por un segundo.
Nunca había entendido a las mujeres, convivía con una todos los días, e inclusive leía sus pensamientos en nuestra forma lobuna, pero aun así no comprendía como funcionaban sus pensamientos, y no me detendría a averiguarlo.
Luego de hablar de un modo frio y cortante se paró y siguió a sus amigos, pretendiendo hacer lo mismo que ellos: bailar. Quizás yo también debía despejar un momento mi mente, dejar de estar sumergido en aquella espesa espuma de recuerdos que tanto me atormentaba y que me impedían seguir adelante, debía hacerlo por mí y sobre todo por mi hermana para quien me había vuelto una carga.
Suspire lleno de frustración y mire a los tres chicos que se cuchicheaban cosas, no me interesaban del todo mi curiosidad estaba en Sabrina. Me pare y seguí sus pasos hasta encontrarla de espaldas a mí, la jale delicadamente de un brazo y la voltee hacia mí. Con todo el calor que hacía dentro del lugar no notaria mi temperatura, esto solo por si era humana común y corriente.
-Te dije que no soy bueno bailando, ¿Qué te parece si mejor damos una vuelta al barrio, para salir de este lugar tan atestado?-Pregunte mientras miraba donde estaba la puerta de salida.
Nunca había entendido a las mujeres, convivía con una todos los días, e inclusive leía sus pensamientos en nuestra forma lobuna, pero aun así no comprendía como funcionaban sus pensamientos, y no me detendría a averiguarlo.
Luego de hablar de un modo frio y cortante se paró y siguió a sus amigos, pretendiendo hacer lo mismo que ellos: bailar. Quizás yo también debía despejar un momento mi mente, dejar de estar sumergido en aquella espesa espuma de recuerdos que tanto me atormentaba y que me impedían seguir adelante, debía hacerlo por mí y sobre todo por mi hermana para quien me había vuelto una carga.
Suspire lleno de frustración y mire a los tres chicos que se cuchicheaban cosas, no me interesaban del todo mi curiosidad estaba en Sabrina. Me pare y seguí sus pasos hasta encontrarla de espaldas a mí, la jale delicadamente de un brazo y la voltee hacia mí. Con todo el calor que hacía dentro del lugar no notaria mi temperatura, esto solo por si era humana común y corriente.
-Te dije que no soy bueno bailando, ¿Qué te parece si mejor damos una vuelta al barrio, para salir de este lugar tan atestado?-Pregunte mientras miraba donde estaba la puerta de salida.
Michael Peláez- Licantropo
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Edad : 32
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
Mi mente controlaba solo mi cuerpo para asegurarse de seguir el ritmo de la música y estar completamente suelto. Me movia exponiendo mi cuerpo que sabia que hacia girar a más de un chico, y estaba tan distraída con eso que no me había percatado que tenia la atención de alguien más: el tal Michael se habia posado a mis espaldas y me había hecho girar para mirarlo directamente a los ojos, razón tal vez por la cual me sentí desorientada. Tomó mi brazo con firmeza y dibujó una sonrisa al tiempo que me hablaba, y aunque le había oído claramente porque tenía sentidos muy desarrollados, sabia que con la música tan alta y los gritos, un humano apenas habría visto sus labios moverse. Por lo que, retomando mi papel de conquistadora y no conquistada, me acerqué a él apropósito y tomando su cuello llevé mis labios hasta casi rozar su oreja.
-Lo siento, si quieres mi atención vas a tener que bailar y despertar mi interés… -sonreí al tiempo que me alejaba a él y acerqué mi boca a la suya sin tocarla, solo para continuar con mi papel- Y luego veremos si me dejo llevar a dar una vuelta.
Me alejé de él esperando ver su reacción, haciendo florecer una sonrisa en mi rostro al tiempo que le guiñaba un ojo y volteaba hacia otros muchachos a los cuales también quería molestar. Sabia que estaba mal, que debía ser humilde y divertirme, pero cuando no estaba preocupada por los temas lobunos, lo que quedaba era mi personalidad: soberbia, sensual, rompecorazones…y era tan excitante jugar ese peligroso juego que no podía ignorarlo.
-Lo siento, si quieres mi atención vas a tener que bailar y despertar mi interés… -sonreí al tiempo que me alejaba a él y acerqué mi boca a la suya sin tocarla, solo para continuar con mi papel- Y luego veremos si me dejo llevar a dar una vuelta.
Me alejé de él esperando ver su reacción, haciendo florecer una sonrisa en mi rostro al tiempo que le guiñaba un ojo y volteaba hacia otros muchachos a los cuales también quería molestar. Sabia que estaba mal, que debía ser humilde y divertirme, pero cuando no estaba preocupada por los temas lobunos, lo que quedaba era mi personalidad: soberbia, sensual, rompecorazones…y era tan excitante jugar ese peligroso juego que no podía ignorarlo.
Sabrina Licardi- Licantropo
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Fecha de inscripción : 07/02/2010
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
Las excusas y pretextos se me habían terminado. No tenía más para no bailar, para no socializar sobre todo.
Sabrina se acercó a mi provocadora, jugueteando conmigo, el juego del coqueteo. Me incitaba a hacer lo mismo, pero ya había pasado tanto tiempo desde que no hacía lo mismo que ella: Divertirme. Quizás ahora era el momento de hacerlo mismo y dejarme llevar por la inmadurez ahora inexistente en mi persona, tal vez volver a ser un tipo divertido.
Deje a un lado mis pretextos, si quería sacarla de ahí para poder ver si mis sospechas eran certeras. Comencé a moverme al ritmo de la música, no quería atraer la atención de todos en el lugar, como ella lo hacía. Muchos chicos a la redonda la miraban boquiabiertos. Su danzar le atraía, pero eran demasiado cobardes como para acercarse a ella y bailar. De eso me aprovecharía, si ella pretendía jugar yo lo podía hacer de la misma manera.
Tomé su mano y nuevamente la hice que mirara hacía mí. La acerque con determinación, hasta estrecharla contra mi robusto cuerpo. Roce con un dedo sus labios, sonriendo de lado.
Sabrina se acercó a mi provocadora, jugueteando conmigo, el juego del coqueteo. Me incitaba a hacer lo mismo, pero ya había pasado tanto tiempo desde que no hacía lo mismo que ella: Divertirme. Quizás ahora era el momento de hacerlo mismo y dejarme llevar por la inmadurez ahora inexistente en mi persona, tal vez volver a ser un tipo divertido.
Deje a un lado mis pretextos, si quería sacarla de ahí para poder ver si mis sospechas eran certeras. Comencé a moverme al ritmo de la música, no quería atraer la atención de todos en el lugar, como ella lo hacía. Muchos chicos a la redonda la miraban boquiabiertos. Su danzar le atraía, pero eran demasiado cobardes como para acercarse a ella y bailar. De eso me aprovecharía, si ella pretendía jugar yo lo podía hacer de la misma manera.
Tomé su mano y nuevamente la hice que mirara hacía mí. La acerque con determinación, hasta estrecharla contra mi robusto cuerpo. Roce con un dedo sus labios, sonriendo de lado.
Michael Peláez- Licantropo
- Cantidad de envíos : 14
Edad : 32
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Re: Noche abierta (Michael, libre. Noche)
Parecía que mi táctica habia cobrado resultado, ya que luego de mirar por unos segundos a mi alrededor, la cantidad de chicos que nos rodeaban curiosos, comenzó a moverse como todos los demas. Bailaba algo serio, como intentando desatarse de su actitud severa, pero yo apenas lo miraba de reojo mientras seguia exagerando cada movimiento de la musica e intentaba armar en mi cabeza como habiamos llegado a eso: la noche fria y aburrida del pueblo nos habia incitado a buscar aventuras en otro lado, y aunque era principalmente desconfiada de las personas, acepté que necesitaba una noche apartada de los problemas lobunos y de simple diversión humana. Y ahora, en uno de los más góticos y sensuales boliches de Port Angeles, una mirada penetrante habia captado mi curiosidad y ya mi mente habia casi suprimido mi plan original, pero fui despertada de mi ensueño cuando una mano tomó la mia con firmeza y me acercó a un cuerpo grande y rígido. Nuestras teperaturas eran semejantes en ese mar de calor infernal que eran los clubes nocturnos; lo miré por unso segundos y segui bailando sin dejarme intimidar por su actitud más "posesiva". Claramente estaba siguiendo mi juego, recorriendo con sus dedos mis gruesos labios dorados, que se abrieron ante su contacto y besé con suavidad. Con una mirada pícara apoyé la mano libre sobre su pecho y bailaba rozándolo, subiendo y bajando con el reggaeton que solo pedia perreo por parte de las mujeres. Por supuesto que levantarme a un extraño que tenia un interés particullar en mi no era mi objetivo, pero no dejarme seducir y ser yo quien provoque deseo en los demás, si lo era. Podia sentir las miradas de alrededor siguiendo mis provocadores movimientos, mientras alejaba un poco la prisión de sus brazos. Sonrei mientras lo miraba directamenet a los ojos, con mi mano aun en su pecho y la otra enlanzada con la de él, esperando su reacción para saber como continuar con ese juego.
Sabrina Licardi- Licantropo
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Fecha de inscripción : 07/02/2010
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