Dulces bienvenidas...

En el momento en el que la humana, Mina, llegaba desde dentro del hotel, su aroma invadió el ambiente rápidamente.
Muy bien.- dije refiriéndome a su comentario.
Le eché un vistazo a Nessie y seguía teniendo esa mirada algo seria. Por otra parte, Angelina parecía haberse olvidado de todo.
Me empezaba a aburrir en aquel lugar...eran todos muy 'cordiales', ¡cuando en realidad la naturaleza de un vampiro no era esa!
Me frustre cuando me crucé con ese pensamiento, ya que yo también debía de ser cordial, decidí a partir de ese momento mostrar una ancha y 'fiel' sonrisa.

Realmente la actitud de la vampira rubia me estaba confundiendo, ya que sus miradas iban de mi acompañante hacia mi pero con distintos significados de enojo y curiosidad. Me preguntó por mi casa y dudé un instante para pensar si le debia dar la dirección o era más conveniente que nos encontremos primero con mis padres o tios, pero ese gaste de tiempo fue precioso y preciso, ya que la esbelta humana de rasgos marcadamente jóvenes se acercaron con paso lento. Angeñona enseguida desvió sus penetrantes ojos de los mios y se dirigió a ella con una sonrisa tan exagerada como intimidante, mientras que Dmitri se detuvo en mi antes de hacer lo mismo.
-Genial- mi voz suave fue calmando mis facciones hasta que en mi rostro apareció nuevamente mi sonrisa de niña acorde a mi edad verdadera. El frio iba aumentando, pero la conversación estaba tan estancada como antes o peor, ya que ahora sabia que Dmitri no hari nada malo y la chica por lo visto aunque era inexperta era cuidadosa.- Espero que el lugar te guste, es el único hotel en el pueblo pero todos se esmeran en que sea agradable

-Perfectamente- respondí con una bella sonrisita. -Hasta me atrevo a recomendártelo con lo poco que lo conozco- mis palabras destilaron simple paz. El gran hombre significó su presencia con solo un par de palabras, pero, al cruzarse de brazos su semblante delató sus pensamientos, y yo, lo había notado algo frustrado. Sentí curiosidad por saber que era eso que lo había turbado pero la voz de la chica Nessie interrumpió y me sobresaltó obligándome a que se me escape una exhalación ridícula. -El lugar es maravilloso, gracias- asentí a su diálogo -Sin duda, son todos muy ambles, me fascinan. Y creo que es un lugar muy provechoso en cuanto a la arquitectura...-por los mapas que había podido observar, era un pueblito con calles algo rebuscadas. Y con mi sentido de la orientación completamente nulo en desarrollo, me podía perder con facilidad. -Verán, necesito recorrer la ciudad y por lo tanto, necesito también a alguien que me guíe...alguno conocerá a alguien que disponga del tiempo y la paciencia necesaria para ese empleo?- Me dirigí a los 3 presentes. En ese momento, hubiera preferido al alguno de ellos tres pero, tenían vidas... si alguno estaba disponible iba a ser un terrible golpe de suerte. Acomodé mi abrigo que pesaba como una tonelada en mis hombros. Ese frío era un suplicio... y suspiré, o me acostumbraba o me acostumbraba, no tenía opción -Siempre es así...sombrío, con nubes, frío...?

La humana empezó a hablar, pero mi pensamiento estaba en otro lugar. Me estaba aburriendo, y eso me ponía del mal humor.
Nessie, ¿te parece ir a dar unas vueltas a hablar sobre unos temas?.- dije mientras movía mi brazo en dirección a la vereda.
Quería saber en que lugares, bajo que circunstancias, etc., se podía cazar humanos y vivir aquí al mismo tiempo.
Amigas, disculpen.- mientras pronunciaba esas palabras asentía mi cabeza en forma de reverencia hacia las dos mujeres restantes en el lugar.

La chica habia venido con toda su felicidad y una curiosidad que parecian nata, pero mis ojos y mi concentración estaban más atenta a mi objetivo alli, y al parecer Dmitri me dio un pie estupendo para que continue con aquello, a fin de cuentas, yo debia vigilar vampiros y no cuidar humanos. Busqué su mirada al tiempo que sus ojos me expresaban aquello de "hablar unos temas", por lo que asentí casi sin prestar atención a la chica, aunque mi voz me sorprendió soltando:
-A nuestro pesar el clima típico de aqui esta compuesto por lluvias, nubes, frio extremo, nieve, humedad... creeme que no es una ciudad para cualquiera, pero llegas a adaptarte...-suspiré y mis ojos se dirigieron a la vampira rubia, de la cual me hubiera preocupado obtener más información si no fuera porque su rostro vendía paz y serenidad, algo que me relajaba para dejarla con la humana. [i]Espero que su autocontrol sea bueno...[/]- me gustaria ayudarte a recorren el lugar, peor hoy debo atender a mi amigo y luego a hacer unas compras, asi que si no, nos vemos otro dia...
No esperé su respuesta, si no que sonrei y haciendo una reverencia como cuando me habia presentado, me alejé del lugar a paso lento arrastrando al chico conmigo.

Al parecer Dmitry tenia asuntos mas importantes que arreglar con Nessie, se despidieron d euna forma cordial y se fueron alejando, hice una pequeña sonrisa y me despedi de ellos con la misma amabilidad, volvi mi mirada a Mina que al parecer igual que yo ella queria conocer el lugar, no sabia mucho de la zona pero no sonaba mal recorrerlo con una persona tan amable como ella, ademas mi autocontrol bastaba ya que hace poco acababa de alimentarme.
-Umm yo no conosco el lugar Mina, pero pues igual me gustaria conocer mas la zona si quieres yo te acompaño.- le dije en un tono amable y aun con mi leve sonrisa.

A fiel paso firme y majestuoso siguieron su rumbo y sus objetivos. Los salude con una sonrisa...suponía que era suficiente. Y me quedé quieta en mi lugar observando como se alejaban. Mientras que un tumulto y barullo casi insoportable de personas a mi alrededor se movía sin parar. Angellina, reaccionó exactamente como lo esperaba. -¡Eso sería fabuloso!- dije sin dudarlo. Lo cierto era que comenzaba un cansancio vago a apresar mi cuerpo. Por lo que inspiré profundamente y me digné a regresar en mí. -Angellina... propongo que continuemos la charla en el bar del hotel, te parece?...lo que sucede es que, aún no me acostumbro al clima- dije avergonzada, y a mis mejillas retornó el tinte rosado. Fragilidad, eso sintetizaba mi peor pesadilla... Debíamos comenzar a trazar nuestra ruta de viaje juntas de inmediato, no había tiempo que perder. Era increíble el paso del tiempo, todo sucedía en pocos minutos...y ahora ya tenía una nueva amiga dispuesta a arriesgar su vida y perderse conmigo en vaya a saber donde... No evité mi sonrisa ante la disparatada idea y del deseo de su respuesta afirmativa.

Observe mejor a MIna y vi que se estaba helando por un momento se me olvide eso, sus mejillas se ruborizaron, quizas se sentia algo avergonzada pero no tenia por que estarlo, le dedique una sonrisa de confianza, voltee a ver a mi alrededor y poca gente que ya pasaba estaba muy abrigada algunas hasta temblaban un poco. Seria la mejor opcion entrar al bar...
-Claro Mina me encantaria, sirve que me hospedo aqui jeje, ademas ahora que lo dices parece que hace algo de frio.- le dije siguiendo con una pequeña sonrisa, meintras caminaba al paso de ella.

Caminamos a la par por el pasillo, cada una tenía un andar característico, pero no dejaba de sorprenderme su delicadeza. Era tan fina. Nos acercamos a la barra y pedí amablemente dos cafés, tal vez no le apetecía, pero no había ofensa en el rechazo. -Yo invito- le dije con una leve sonrisa. Bebí un sorbo del manjar que tenía en mis manos, tenía la temperatura justa y el sabor amargo se pegó a mis labios. Era lo único que podía calmar el frío que sentía. -Y a que te dedicas? Estudias? Trabajas?- el hombre nos miraba con detenimiento y le pedí algo que nos acompañara. Algo sólido, ya que sentí vergüenza al comprobar el sonido que hacia mi estomago en modo de queja... y con otro trago del delicioso néctar esperé su respuesta.

Mientras caminabamos hacia la barra, observaba como la delicada piel de Mina temblaba de frio por lo tanta pidio un cafe y tuvo la ambilidad de pedir el mio. Yo no quise ser una persona grocera y acepte el cafe con una sonrisa.
-Gracias.- dije ya que me habia ofrecido el cafe.
Escuche detalladamentee las palabras de Mina al preguntarme sobre mi vida, a lo que le respondi enseguida.
-Bien pues, antes viajaba mucho por el oficio de mi padre y bueno observaba paisajes muy hermosos, asi que decidi estudiar fotografia, casi recien se podria decir que la acabe y pronto habia conseguido un buen empleo en esa especialidad pero pues decidi tomarme un tiempo para conocer los lugares mas a detalle...- le dije emitiendo ciertas cosas por ejemplo cuando me volvi en vampiresa...
-Y bueno tu a que te dedicas?..- le pregunte con curiosidad.

Por fin se divisaba el lugar, el taxi continuaba su marcha, al pasar el cartel de la entrada me preguntó con una firme voz,¿ dónde la dejo? en ese instante me di cuenta que había extraviado aquel papel que contenía la dirección, donde preguntar por ella, aquel el cual cuidé celosamente durante el tramo anterior del viaje no aparecía, que caos... no lo podía creer, con una voz muy chillona y casi sin entonación exclamé "demasiado fuerte" -¡acá nomas!, está bien- , frente a la puerta de un bar, el lugar perfecto para sentarme y poder hurgar en mi enorme cartera de cuero marrón , tengo la esperanza de encontrarlo. pague apresurada y baje del auto, casi olvidando mi valija, las manos me temblaban. Entré al bar, me senté y temblando por la desesperación di vuelta la cartera vaciando todo su contenido sobre la mesa.¡ Dónde está ! ¡ Dónde metí el papel !!!? Todo era confuso, no distinguía a nadie a mi entorno, tan solo un peculiar aroma que me confundía aun más.
Es el fin, lo perdí...Una joven casi tropezó con mi valija, y eso me dio a pensar que tal vez mi llegada a Forks iniciaba con un tropiezo. ¿dónde la busco ahora?

-Fotógrafa, que maravilla! Debió de haber sido hermoso viajar todo el tiempo, a mi me encanta viajar- Bebí un sorbo del café y estaba muy caliente, pero rico en definitiva. Al moemnto que sus ojos se tornaba perdidos, confundidos, ignorante del por qué continué para cambiar de tema. -Yo me recibí hace muy poco de arquitecta, en Lemosín. Por medio de unos parientes, recibí herencia de una mansión aquí en Forks- De pronto una mujer entro apurada por la gran recepción, corrió a nuestro lado y comenzó inesperadamente a buscar algo en su cartera oscura. Me la quedé observando, -Estas bien? necesitas algo?- Se me ocurrió que tal vez había perdido dinero o llaves algo así. Mi vida tuvo una época desordenada al extremo, sabía perfectamente lo que se sentía perder algo y por su expresión, era algo importante. Dirigí una mirada a Angellina, que extraño...no había ni probado su café.

-Oh!! tu trabajo tambien se escucha bastante interesante.- Al mencionar Mina sobre lo de su herencia me quede algo pensativa, ya que eso significaba que seguramente su estancia permanente seria este lugar, pero por si las dudas decidi preguntarle...
-Entonces eso significa que es te quedaras aqui definitivamente?.- le pregunte curiosa.
Y de pronto llego una chica, algo atareada demasiado a prisa, buscaba algo, a lo que debido a eso Mina le pregunto si necesitaba algo.
-Si gustas podemos ayudarte...- dije agregando palabras a las preguntas de Mina que eran parecidas a las que le iva a hacer. Observe el cafe y le tome unos sorbos ya que se estaba viendo raro que no tomara ni una gota...

No podía disimular mi enojo. Era tanto que sobresalte sin querer a un par de personas que se encontraban a mi lado. Al levantar la vista sobresaltada por su voz mi cabello me cubrió la cara y mi expresión de asombro era disparatada. De un soplo alejé algunas mechas de mi cara, y me sentí muy vulgar. -Gracias, pero se me perdió una dirección...- El hilo de mi voz se distrajo, la primer mujer era una humana con un dulce aroma y la otra... no era humana. Me acerqué a ella, y la saludé primero tendiéndole mi mano con el mismo entusiasmo que me poseía hacía unos momentos...-Débora Rembran...te conozco? tenés un aire familiar. Y a la otra chica le sonreí amablemente, para evitar presentarme dos veces. El aire pertenecía a un vampiro... era increíble.

Esta chica era como anteriormente pensaba igual que la otra que saludo a Dmitry. no era vampiro pero tampoco humano... entonces que era??!! tenia esa pregunta por mi mente.
-Hehe tal vez en otra vida.- dije saludandola de igual modo, bromeando y luego pensandolo dos veces, sonrei ante aquel pensamiento. Aunque tal vez Mina y Debora pensarian que estoy loca...