En plena caza (tarde, Antonio)

Después de mi tierno acto de caridad hacia ese chico Matt Baker, el apetito se me abrió, y anduve por ahí buscando de quien alimentarme, cuando se me cruzo un cazador, que decidió echarme una de esas peladeces que suelen decir con frecuencia.
Cuando vio que me le acercaba caminando de manera coqueta se quedo perplejo, y sin saludarle o algo me le fui al cuello, este se emociono, hasta que sintió como su piel se rompía y se iba debilitando lentamente.
Disfrutaba tanto del acto que apenas si escuche que alguien pasaba por ahí corriendo, levante levemente la mirada y me lo encontré ahí parado, tan sexy y seductor como siempre, con esa facha que dan los guapos.
Le di el ultimo sorbo al cazador y me levante, quedando justo frente a el.
-Hola amor, hace mucho que no te veía, acaso me has seguido hasta encontrarme aquí?- dije mientras colocaba mis brazos sobre su cuello.
Tremenda aparición, Antonio, el que me obsequiaba lo que los ancianos millonarios no podían.

Luna no me quería cerca, era aceptable y lógico, pero poco a poco me volvería a meter en su vida, no la dejaría ir así de fácil, yo no era así.
Pero por el momento buscaría algún lote en el bosque para estar cerca y al mismo tiempo lejos de ella.
Dos aromas me atrajeron, sangre humana y un delicioso olor que conocía perfectamente, un cuerpo que había recorrido miles de veces sin cansancio.
Estaba tirada en el suelo, perfecta como de costumbre, alimentándose de un asqueroso hombre.
Me pare frente a ella, por unos momentos no noto mi presencia, después levanto la cara con cautela, continuo unos segundos mas con lo suyo sin dejarme de ver y se levanto.
De un momento a otro la tenia a centímetros de mi cara.
-Paula, mi amante de ocasión, que delirante aroma escapa de tu boca - dije mientras me acercaba a su boca, continuando con un beso de aquellos que no terminan si no es en una cama des-tendida.

Sin poder evitarlo el hombre comenzó a besuquearme, era muy apetecible en este momento, hace mucho que no tenia sexo, pero este no era el momento, tal ves este cazador venia con amigos y estos interrumpirían, mejor seria buscar un lindo cuarto de hotel o algo parecido.
Lo aparte de mi, bueno no completamente pero si de mi boca para poder hablar- amor, aquí no podemos, estamos al aire libre en una zona de caza, alguien podría interrumpir - di un salto y amarre mis piernas a su cintura- mejor vamos a un hotel, o tienes casa? - dije besandole el cuello.

No podía, no en este momento que lo único que tenia en la cabeza era mi ángel, y Paula no tenia nada de ángel, ella era el peor de los demonios.
Cuando dejo de besarme sentí un gran alivio, que desapareció en cuanto ella se monto sobre mi.
Tome sus piernas y las coloque de vuelta en el suelo.
-No Pau, no... - titubee un momento- yo no puedo, no ahora, estoy algo sensible por cierta cosa que acabo de sufrir, ademas, así me darías tiempo de buscarme una casa para que sea menos informal, ya que tu estas acostumbrada a lo bueno. - Debía cambiar de tema, ella no era alguien a quien podías confiarle tus sentimientos - Y tu ultimo marido?, ya lo asesinaste?

Antonio podía ser lo que quisiera, pero no sensible, eso era una blasfemia, ¿que estaba jugando?, ¿acaso no sabia que lo conocía a la perfección?
-Jajajajajaja, caray Toñito, te dejo por dos meses y aprendes a decir pendejadas, - dije mientras me trepaba a su cintura, ¿que se creía para bajarme así?- haber, avientame tu cuento del porque estas sensible, - dije mientras besaba su cuello- yo te oigo desde aquí cerca, cuéntame, dicen que soy buena consejera jajajajaja.

Decidí dar un paseo por el bosque, así darle tiempo a Luna de tomarse una buena ducha con toda la calma del mundo, hasta le di tiempo de hablar con Robbie, así que rodee todo el bosque hasta que un aroma a sangre humana me atrapo, no pude evitarlo y seguí el rastro.
Sin duda ahí se encontraba, el cuerpo de un cazador al que le brotaban chorros de sangre de la garganta, unos metros mas adelante los causantes de la trágica muerte de este asesino, la vida siempre te pagaba con la misma moneda, parecía que la sed les había confiado un momento intimo, así que les daría espacio.
Di media vuelta para seguir con mi camino, fue entonces cuando me percate que yo, lamentablemente, conocía a uno de ellos.
-Ahora entiendo porque creías que Luna también era una cualquiera,- dije haciendo mi entrada desde las sombras - ella destrozada por tu acto, y tu, supuestamente muy dolido, vas a reanimarte con una hermosa mujer.

Me sobresalte al notar que no estábamos solos, y que quien quiera que fuese el intruso me había propinado un golpe bajo, viniendo de un perfecto desconocido que no sabia ni quien era yo.
Me desamarre de Antonio y mire al joven que nos miraba, a decir verdad no estaba nada mal, pero ese no era el asunto, no me había agradado que me llamara cualquiera, no lo era, con el único que me acostaba era Antonio, y aveces con algunos de mis maridos, a mi edad, comparándola con la de Antonio, yo era alguien decente.
-Hey hey hey niño, quien eres?, y que te crees para venir aquí a insultarnos a mi novio y a mi eh? - siempre gustaba de llamarlo así, "MI NOVIO" MIO, entonces fue cuando me entro la duda - y quien es esa Luna de quien hablas?

Con que era el novio, demasiada información en mis manos, podía manipularla de tal manera para que Lunita lo detestara, y regresara con Roberto, aunque mi idea fundamental no era esa, pero tenia que hacer que fuera, alejar la idea de ganarme el amor de ella, ayudar a mi amigo era mas importante.
Por lo mientras molestaría a Antonio con esto, por un lado para la chica no seria agradable saber lo que su novio hacia a sus espaldas y por otra Luna quedaría aun mas decepcionada.
-Uh, vaya - dije mirando hacia Antonio - con que ella es tu novia?, menos mal que Luna iba ser la esposa, no la novia, así ninguna ocuparía el lugar de la otra. ¿Quieres que le explique mejor las cosas, o prefieres hacerlo tu?- dije señalando a la chica.

Lo peor que podía pasar, o casi lo peor, seria aun peor que apareciera Luna en este preciso momento.
Paula no quería alejarse de mi, no dejaba de besarme una y otra ves, y Andres no llego en un buen momento.
Quise aclarar todo, a mi muy buena manera, pero no pude, cuando vi Paula y Andres ya estaban hablando sobre Luna, y Paula seguía con su cuento de que eramos novios, algo no muy cierto, al menos yo no lo respetaba.
-Basta por favor si?, osea no se porque maldita sea tengo que darte explicaciones a ti, si ella es o no mi novia a ti te vale no? perfecto creador que se mete en asuntos que no le importan- le dije a Andres, después mire a Paula, en su rostro se veía que no le agradaba lo que estaba pasando- Pau? te presento a mi creador, Andres no se que, el es el mejor amigo de el ex de Luna, ella era con quien, desafortunadamente, hasta hace muy poco llevaba una relación estable, muy estable, de hecho, pero mi creador apareció en el momento menos oportuno, como ahora, y también se enamoro de Luna, me dieron celos, dije estupideces, Luna se enfado demasiado, y no me ha perdonado, ahora por eso Andres se quiere colgar de que te vio besándome para irle a contar a mi Luna, quieres por favor decirle que entre tu y yo no hay nada, te lo suplico.- suplique a Paula, casi me arrodille.

¿ESPOSA?!!!!!, que que?, no eso era imposible, Antonio no podía estabilizarse con nadie, por eso lo había dejado libre, porque si lo ataba a mi, iba tardar mas en lograr amarrarlo que en lo que el escaparía y jamas volvería, eso me hubiese vuelto loca, saber que al único que en verdad quería, lo hubiera alejado por estupideces como el matrimonio.
Justo por eso haría lo que el me pidiera, sabia lo que quería que dijera, y lo haría con tal de hacerlo feliz.
- Esto de rendir cuentas no es lo mio Antonio, menos a un desconocido, pero esta bien, - dije encogiéndome de hombros, mire al tal Andres y dije, muy a mi pesar- Antonio y yo no somos nada, soy yo quien se encuentra enamorada de el, aun que el no me quiera de la misma forma que yo a el. - básicamente estaba diciendo la pura verdad, me acerque a Andres y le sonreí dulcemente - me llevarías a conocer a la persona que logro atrapar a Antonio - en quien descargare todo el odio que he acumulado todos estos años- se que Antonio no lo haría ni aunque le rogara de rodillas - porque el sabe de lo que soy capaz.

Estaba en un dilema, creerles o no, Antonio por lo pronto le dijo toda la verdad a la chica, incluso la parte donde yo aparezco, pero ella, no sabia si creerle o no, eso de que conociera a Luna levantaba sospechas, pero seria bueno que Luna supiera que Antonio no estaba solo, que en cualquier momento caería en las redes hermosisimas y perfectas de esta vampiresa. Aun así cuidaría a Luna todo el tiempo, por si esta mujer pretendia hacerle algún daño.
Le sonreí con malicia a Antonio, y después regrese la mirada a la chica - por supuesto "Pau", tal ves sea bueno que se conozcan, quizás así conocerás el punto de vista de ella y veras la verdadera basura que hay detrás de toda esa mascara de encanto. Sígueme por favor.- dije caminando de la manera que hacia en los recorridos que daba a algunos de mis mejores pasajeros por todo mi navío.

Antonio no era el único que usaba mascara, justo ahora yo tenia la de mujer enamorada eternamente de un hombre que no le corresponde, eso siempre me funcionaba, los hombres te encuentran débil, y creen que pueden consolarte, sobre todo los ancianos, que en medio de ese "consuelo" buscan su beneficio.
Solo Antonio tenia la dicha de conocer a la verdadera Maria Paula, el único hombre al cual podía tenerle confianza, y el único que podría dañarme, sabiendo perfectamente como hacerlo.
-Gracias Andres. - dije con mi sonrisa angelical, perfecta para esta mascara - No vienes con nosotros Tony?- o solo prefieres enterarte de lo que le pase a tu "Lunita".

No debí dejar que Paula hablara, ella no era una buena persona, menos lo seria con alguien a quien yo amara mas que a ella, y Andres encontró el momento perfecto para hundirme por completo, enfrentarlas, porque eso quería Paula, eso de querer conocer a la persona que logro atraparme, era solo para saber a quien se enfrentaba, y como acabaría con ella, lastima que no sabia como reaccionaria, que saldría después cuando dejara de ser la mártir de la historia.
-Claro que voy, - camine, y aprovechando que Andres iba adelante de nosotros, jale a Paula y le hable al oído- no se que sea lo que estés planeando, pero no creas que me voy a quedar de manos cruzadas y dejarte que le hagas daño, yo ya no creo tus mentiras.

Se me hizo completamente gracioso lo que Antonio decía, muy ligado a lo que yo sabia.
Gire mi cara para quedar casi unida a el y casi gesticule- descuida amor, seguro no sabrás cuando pase.
Di unos pasos rápidos y llegue a la altura de Andres, estando con el me evitaría cualquier problema que Antonio le pudiera causar a mis planes que apenas se estaban armando muy dentro de mi cabeza.

//Cierro por pedido