¿Huyendo? (Sendra, tarde lluviosa)

Corrí y seguí corriendo hasta que me creí lo suficientemente lejos de la escuela. Sendra por su parte, no dijo ni una sola palabra, estaba inmóvil, mirando el camino.
Al detenerme la baje, y coloque mis manos sobre sus hombros, esperando cualquier reacción suya, no dije nada, solo me quede mirándola a la espera de cualquier cosa. Pero no hizo nada, no se movió ni un poco, ni un parpadeo, nada. Al parecer, yo tendría que hablar.
-Sendra, no se que piensas, pero me gustaría saberlo, estas molesta por lo que hice, o que tienes por que no dices nada, por que no haces nada, que pasa?
Su reacción me incomodaba, no la conocía, eso estaba claro, hasta hace unas horas estaba enamorado de su hermana y no sabia que ella existiera, pero quería saberlo todo.

Un momento estaba sentada en la tierra húmeda, contándole a Antonio una que otra cosa sobre mi, y al siguiente me encontraba en sus brazos mientras el corría como si algo nos persiguiera, no entendía que pasaba, no había visto a nadie cerca de nosotros o algo parecido.
Se suponía que debíamos esperar a que Luna saliera de clases para irme con ella, pero algo lo había echo ponerse a correr como un loco.
Intente hallar a la cosa que nos seguía, pero nunca vi nada.
No me di cuenta de que dejamos de correr hasta que me coloco en el piso, me quede paralizada pensando el porque había corrido si nada nos seguía. Entonces le escuche hablar.
-No entiendo porque corriste, en eso pienso, pero para que pensar si se que tu me dirás el porque no Antonio? - lo mire inclinando un poco mi cabeza, esperaba que me dijera, al parecer nos habíamos agarrado la suficiente confianza para que me hablara siempre con la verdad.

Mi reciente inseguridad hacia que viera cosas donde no las había, Sendra simplemente no comprendía que había echo, menos el porque, era como una niña de cuatro años llena de duda esperando que se las resolvieran, lo cual me dio mucha gracia.
Tome su cara para enderezarla - Sendra - dije con dulzura, no podía dejar de decir su nombre Sendra Sendra Sendra, me gustaba tanto - tengo miedo que Luna te arrebate de mi, se que es tu hermana y hace mucho que no la ves, pero hoy, al menos, quiero estar todo mi día contigo, sin interrupciones de ningún tipo, y eso incluye a tu hermana, por eso corrí al escuchar la campana de la escuela, disculpa por tomar esa decisión sin consultarte antes.

Mientras mas lo escuchaba, mas notaba que tanto me había creído todo lo que le conté, que quería a Lunita y todo ese estúpido cuento.
El pobre hombre estaba idiotizado, a mi no me gustaba, me fascinaba, ademas me encantaba que se la pasara diciéndome lo mucho que yo le gustaba, mi ego crecía rápidamente mientras la imagen de Andreu se borraba con impresionante facilidad.
Quise seguirle el juego, así que coloque una de mis manos sobre su mejilla para tranquilizarlo, y hacerle creer que lo que había echo no estaba bien, pero tampoco mal, simplemente yo lo aprobaba - Antonio Antonio Antonio - lentamente mi voz fue tomando su tono real, sin dulzura completamente frió y sarcástico, era hora de que el supiera quien era yo, pero tampoco le diría que odiaba a Luna - cálmate, no soy un bebe como para que Luna decida con quien voy a estar, si quiero estar con ella, pero también quiero estar contigo, y hasta que yo decida que me iré, aquí estaré contigo, no tienes porque tener miedo Tony.

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