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Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
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Amanecer-Rol :: Italia :: Lombradia
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Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
Los cambios no siempre son del todo buenos, hay algunos que pueden ser favorables y bienvenidos; pero hay otros más que pueden llegar a arruinar planes y vidas por completo.
Eso mismo me sucedía a mí. Los amigos de Anya se habían puesto en movimiento, con la vana esperanza de encontrar a Anya. Esperanza que solamente ellos alimentaban porque estaba claro que nunca la encontraría a menos que yo quisiera, lamentablemente no quería que se encontraran aún, todavía faltaba mucho camino que recorrer, la hibrida aún no estaba lista, el plan aún no estaba bien concreto.
Suspire lleno de tedio al saber que tenía que tomar un avión con destino a Italia, Katherine por su lado tenía que regresar a Rusia a ver a sus amigas y echarle un ojo a Anya, no confiaba plenamente en Amelia. Lo bueno del asunto era que ahora estarían más cerca de nosotros, el lado contrario era esa cercanía.
El vuelo a Lombardía, lugar donde residían los vampiros, fue calmo y rápido. En un par de horas estuve pisando el viejo continente, me dirigí en busca de la dirección que le había sacado a Amelia, rente un coche que no fuere llamativo y seguí aquella dirección.
Me pare frente a la calle y vi una enorme mansión. Era grande y lujosa, podía decir que magnificente, enorme. Pero claro, el tipo era rico eso lo sabía a conciencia y también que sus inversiones valían la pena.
Estuve observando por un cuarto de hora el poco movimiento que había dentro de la mansión hasta que vi la reja abrirse de par en par y un coche salir de ella.
Quien sería, quien sabe, solo me quedaba perseguir a aquella personita.
Avanzamos un largo tramo hasta que aquel coche se detuvo frente a una cafetería de lo más normal. Acto seguido el conductor bajo y lo vi a la perfección, era alto y pálido, cabello corto y café claro, solamente podía ser Maximiliano.
Aquel vampiro y yo nos habíamos conocido una ocasión, gracias a Yaeel, quizás el me recordaba, quizás no. Como fuere, me baje del coche y me resguarde bajo una cafetería cruzando la calle. El cielo estaba nublado y no tardaría en llover, por eso nos podíamos mover con tanta facilidad.
Llegue a la cafetería y ordene un expreso caliente, era cierto no necesitábamos nada humano pero debía fingir que era una humano normal. Estuve observando al tipo desde lejos, al principio estaba solo y luego llego otro tipo, charlaron sobre quien sabe cuántas cosas. Me hubiese gustado acercarme mas pero eso sería una total estupidez.
Eso mismo me sucedía a mí. Los amigos de Anya se habían puesto en movimiento, con la vana esperanza de encontrar a Anya. Esperanza que solamente ellos alimentaban porque estaba claro que nunca la encontraría a menos que yo quisiera, lamentablemente no quería que se encontraran aún, todavía faltaba mucho camino que recorrer, la hibrida aún no estaba lista, el plan aún no estaba bien concreto.
Suspire lleno de tedio al saber que tenía que tomar un avión con destino a Italia, Katherine por su lado tenía que regresar a Rusia a ver a sus amigas y echarle un ojo a Anya, no confiaba plenamente en Amelia. Lo bueno del asunto era que ahora estarían más cerca de nosotros, el lado contrario era esa cercanía.
El vuelo a Lombardía, lugar donde residían los vampiros, fue calmo y rápido. En un par de horas estuve pisando el viejo continente, me dirigí en busca de la dirección que le había sacado a Amelia, rente un coche que no fuere llamativo y seguí aquella dirección.
Me pare frente a la calle y vi una enorme mansión. Era grande y lujosa, podía decir que magnificente, enorme. Pero claro, el tipo era rico eso lo sabía a conciencia y también que sus inversiones valían la pena.
Estuve observando por un cuarto de hora el poco movimiento que había dentro de la mansión hasta que vi la reja abrirse de par en par y un coche salir de ella.
Quien sería, quien sabe, solo me quedaba perseguir a aquella personita.
Avanzamos un largo tramo hasta que aquel coche se detuvo frente a una cafetería de lo más normal. Acto seguido el conductor bajo y lo vi a la perfección, era alto y pálido, cabello corto y café claro, solamente podía ser Maximiliano.
Aquel vampiro y yo nos habíamos conocido una ocasión, gracias a Yaeel, quizás el me recordaba, quizás no. Como fuere, me baje del coche y me resguarde bajo una cafetería cruzando la calle. El cielo estaba nublado y no tardaría en llover, por eso nos podíamos mover con tanta facilidad.
Llegue a la cafetería y ordene un expreso caliente, era cierto no necesitábamos nada humano pero debía fingir que era una humano normal. Estuve observando al tipo desde lejos, al principio estaba solo y luego llego otro tipo, charlaron sobre quien sabe cuántas cosas. Me hubiese gustado acercarme mas pero eso sería una total estupidez.
Matt Baker- Vampiro Carnivoro
- Cantidad de envíos : 307
Edad : 32
Fecha de inscripción : 18/05/2010
Re: Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
Mi búsqueda concluyo más pronto de lo que creí. Mi mano derecha, a la cual no veía de un tiempo, me vería en una cafetería para charlar del tema de nuestra crisis, por teléfono solamente le había contado la situación a grandes rasgos. Deje a Roberto como el encargado de Luna y Franco, y de toda la casa, a la vigía por alguna señal de Anya. Luna era mi secretaria particular ante las llamadas posibles de vampiros que trataba de localizar. Todo comenzaba aponerse en movimiento.
Salí disparado de la mansión y me dirigí al lugar acordado al cual llegue rápidamente. Al principio el ingrato vampiro me hizo esperar y luego llego con una radiante sonrisa.
Ahora que teníamos más tiempo le conté lo sucedido desde el principio al fin, deje que hiciera ideas y luego le di instrucciones precisas y claras a las cuales obedeció como un perro a su amo. Se paró y se fue a buscar a demás ayudantes. Yo por mi lado me quede sentado, preparado para a largarme a mi casa cuando sentí la acosadora mirada de alguien, mire a mi rededor y me encontré con un chico de ojos dorados, cabellos negros y pálido, claro que era un vampiro y me miraba. Abrí los ojos de par en par al reconocerlo, era el amigo de Yaeel, el amigo que me desagradaba.
Me pare y cruce la calle hasta llegar a él.
-Mira lo que a traído el viento.- Musite con desde sentándome en la silla frente de el.-Matt Baker, cuanto tiempo sin verte.
Odiaba a ese vampiro por una razón en especial: mujeres. El había robado lo que me pertenecía y no lograba perdonarlo, si me era posible le haría sufrir en aquel preciso momento.
Salí disparado de la mansión y me dirigí al lugar acordado al cual llegue rápidamente. Al principio el ingrato vampiro me hizo esperar y luego llego con una radiante sonrisa.
Ahora que teníamos más tiempo le conté lo sucedido desde el principio al fin, deje que hiciera ideas y luego le di instrucciones precisas y claras a las cuales obedeció como un perro a su amo. Se paró y se fue a buscar a demás ayudantes. Yo por mi lado me quede sentado, preparado para a largarme a mi casa cuando sentí la acosadora mirada de alguien, mire a mi rededor y me encontré con un chico de ojos dorados, cabellos negros y pálido, claro que era un vampiro y me miraba. Abrí los ojos de par en par al reconocerlo, era el amigo de Yaeel, el amigo que me desagradaba.
Me pare y cruce la calle hasta llegar a él.
-Mira lo que a traído el viento.- Musite con desde sentándome en la silla frente de el.-Matt Baker, cuanto tiempo sin verte.
Odiaba a ese vampiro por una razón en especial: mujeres. El había robado lo que me pertenecía y no lograba perdonarlo, si me era posible le haría sufrir en aquel preciso momento.
Max- Vampiro Carnivoro
- Cantidad de envíos : 42
Edad : 28
Fecha de inscripción : 12/09/2010
Re: Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
La preocupación pasaba por el rostro jovenmente inmortalizado de Maximiliano, sabía la razón de aquella preocupación que era al de todos sus amigos. El hecho de que Anya estuviera desaparecida les afectaba, tal vez no de la misma forma, pero les afectaba en algo.
La mesera llego con mi pedido y le regale una sonrisa reluciente, la cual la dejo atónita y se fue con pasos torpes. Me recargue sobre la mesa observando a los vampiros y dándole aun trago al café que era de lo más asquerosamente amargo que había probado en mi vida, antes me gustaba, ahora me repudiaba completamente.
Los minutos pasaron y los vampiros mantenían su charla hasta que el recién llegado decidió irse por su lado. Ahora Maximiliano estaba completamente solo admirando el panorama. No sé si tengo una mirada pesada o el vampiro era paranoico, el caso es que pronto dio a mi sitio, me observo detenidamente y luego dio con mi rostro en sus recuerdos.
Cruzo la calle a grandes zancadas, ya no había tiempo de desaparecerme él ya estaba sentado frente a mí con sus ojos rojos como la sangre escrutando mi rostro. Su mirada era fulminante, tal y como la recordaba, y su tono de voz era el mismo de descortés que usaba solamente conmigo.
Suspire y le sonreí con amabilidad y burla mientras me pasaba una mano por el cabello.-Hola Maximiliano-Inquirí con voz amable.- Es cierto tanto tiempo sin vernos, es bueno ver a los viejos amigos y los encuentros casuales ¿No?- Dije con el tono más desenfadado que me fue posible.
El vampiro ya me odiaba por haberle robado a la chica que seguro sería su cena y que, para su desgracia, había sido mi cena, prefiriéndome a mí en vez de a él. Se creía un dios, estaba cerca, pero no era el vampiro más atractivo del mundo, no todas caerían siempre a sus pies.
-Y dime, ¿Encontraste a una chica que callera en tus redes? No como aquella mujer... ¿Cómo se llamaba? ¿Marisol? ¿María?...Oh cierto, su nombre, Marisela.-Dije con una sonrisa de total burla llenando mi rostro.
Tentar a mi suerte era demasiado, pero ¿Que es esta vida sin un poco de diversión?
La mesera llego con mi pedido y le regale una sonrisa reluciente, la cual la dejo atónita y se fue con pasos torpes. Me recargue sobre la mesa observando a los vampiros y dándole aun trago al café que era de lo más asquerosamente amargo que había probado en mi vida, antes me gustaba, ahora me repudiaba completamente.
Los minutos pasaron y los vampiros mantenían su charla hasta que el recién llegado decidió irse por su lado. Ahora Maximiliano estaba completamente solo admirando el panorama. No sé si tengo una mirada pesada o el vampiro era paranoico, el caso es que pronto dio a mi sitio, me observo detenidamente y luego dio con mi rostro en sus recuerdos.
Cruzo la calle a grandes zancadas, ya no había tiempo de desaparecerme él ya estaba sentado frente a mí con sus ojos rojos como la sangre escrutando mi rostro. Su mirada era fulminante, tal y como la recordaba, y su tono de voz era el mismo de descortés que usaba solamente conmigo.
Suspire y le sonreí con amabilidad y burla mientras me pasaba una mano por el cabello.-Hola Maximiliano-Inquirí con voz amable.- Es cierto tanto tiempo sin vernos, es bueno ver a los viejos amigos y los encuentros casuales ¿No?- Dije con el tono más desenfadado que me fue posible.
El vampiro ya me odiaba por haberle robado a la chica que seguro sería su cena y que, para su desgracia, había sido mi cena, prefiriéndome a mí en vez de a él. Se creía un dios, estaba cerca, pero no era el vampiro más atractivo del mundo, no todas caerían siempre a sus pies.
-Y dime, ¿Encontraste a una chica que callera en tus redes? No como aquella mujer... ¿Cómo se llamaba? ¿Marisol? ¿María?...Oh cierto, su nombre, Marisela.-Dije con una sonrisa de total burla llenando mi rostro.
Tentar a mi suerte era demasiado, pero ¿Que es esta vida sin un poco de diversión?
Matt Baker- Vampiro Carnivoro
- Cantidad de envíos : 307
Edad : 32
Fecha de inscripción : 18/05/2010
Re: Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
El estúpido de Matt Baker sabía cómo hacer nacer mi furia, como hacer nacer mi odio contra él.
Sacar a relucir aquellos viejos recuerdos que herían mi orgullo no era la mejor estrategia que podía probar conmigo. Seguía burlándose en mis narices, con la estúpida y errónea idea de que yo podría controlarme, mantenerme en mi cabales, lo que ignoraba era que a el realmente le deseaba arrancar la cabeza, solo necesitaba que me diera una razón más, o que me metiera más el dedo en la llaga.
Curve mis labios en una sonrisa sarcástica y le clave la mirada, seguiría su pequeño juego por esta vez.
Tenía que verlo sufrir, darle una muerte rápida solo sería un favor. No, tenía que encontrar su debilidad. Él se creía un dios, el hombre más guapo del mundo, su arrogancia y frivolidad siempre eran presentes al igual que su vanidad. Ojo por ojo y diente por diente. Ahora yo debía arrebatarle algo que el realmente quisiera, e investigaría que era lo que deseaba fervientemente en su vida monótona y banal.
-La verdad han pasado un sin fin de mujeres en mi vida, Matthew, y no puedo recordar esa que tu mencionas.-Murmure con tono amable, no me servía de nada ser descortés, solo que él se divirtiera.- Y no creo en los encuentros casuales, no soy un idiota. ¿Porque estas aquí? Debes tener una razón, viejo amigo.
Sacar a relucir aquellos viejos recuerdos que herían mi orgullo no era la mejor estrategia que podía probar conmigo. Seguía burlándose en mis narices, con la estúpida y errónea idea de que yo podría controlarme, mantenerme en mi cabales, lo que ignoraba era que a el realmente le deseaba arrancar la cabeza, solo necesitaba que me diera una razón más, o que me metiera más el dedo en la llaga.
Curve mis labios en una sonrisa sarcástica y le clave la mirada, seguiría su pequeño juego por esta vez.
Tenía que verlo sufrir, darle una muerte rápida solo sería un favor. No, tenía que encontrar su debilidad. Él se creía un dios, el hombre más guapo del mundo, su arrogancia y frivolidad siempre eran presentes al igual que su vanidad. Ojo por ojo y diente por diente. Ahora yo debía arrebatarle algo que el realmente quisiera, e investigaría que era lo que deseaba fervientemente en su vida monótona y banal.
-La verdad han pasado un sin fin de mujeres en mi vida, Matthew, y no puedo recordar esa que tu mencionas.-Murmure con tono amable, no me servía de nada ser descortés, solo que él se divirtiera.- Y no creo en los encuentros casuales, no soy un idiota. ¿Porque estas aquí? Debes tener una razón, viejo amigo.
Max- Vampiro Carnivoro
- Cantidad de envíos : 42
Edad : 28
Fecha de inscripción : 12/09/2010
Re: Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
Disfrutar del sufrimiento de los demás siempre era un diversión con la que me agradaba deleitarme en los momentos más monótonos y aburridos de mi inmortal vida, y aún más cuando Katherine no andaba presente en mi penosa existencia.
Recargue mi codo sobre la mesa para ver una ola de emociones pasar por el rostro del vampiro, del enojo que tanto me hacia reír hasta la calma total, sopesando que era lo mejor que podía hacer. Había herido su orgullo una vez más, lo había dejado en ridículo de nuevo y por si fuera poco le había arrebatado lo que más amaba en su vida, por lo que parecía estar viviendo y que ahora buscaba desesperadamente: su hija.
Si supiera el cambia tan radical que habían tomado las cosas, si supiera que su niña ya no era la misma de antes, que la había vuelta una persona más a mi imagen que a la de él, como si yo la hubiese criado desde el primer momento. Tal vez si toda esa información estuviera en sus manos lo más seguro sería que mi cabeza estuviera como un trofeo sobre su oficina.
Sonreí fascinado al pensar aquello... ¿Que era capaz de Hacer Maximiliano por Anya? ¿Cómo la vería ahora que había cambiado, ahora que era fría y grosera? Una idea magnifica se cruzó por mi mente. Llevar ala pequeña Anya a casa de su padre para que enfrentara a sus fantasmas, para que esos vampiros dejaran de acosarla y buscarla como locos. Darle fin a la pesadilla que todos ellos vivían. Quitarles un peso de encima haciéndoles saber que ella había elegido otro camino y que ya no consistía el estar con ellos, sino otro.
Las palabras concisas y determinantes de Maximiliano me sacaron de mis pensamientos.
Sonreí lleno de burla, a él jamás se le olvidaba una mujer, siempre eran presentes en su vida como trofeos que presentaba ante la sociedad para hacerles saber que él era el rey, lamentablemente eso era imposible teniéndome a mí a su lado. Ya le había arrebatado a una y ahora a su razón de vivir.
-Max, viejo amigo, no tengo razón alguna para estar aquí. Sabes que soy un nómada puedo estar donde se me antoje... ¿O es acaso que no puedo pisar Lombardía? Déjame avisarte que estas tierras no son tuyas ni de nadie, así que soy libre de entrar y salir cuando yo quiera.- Musite y una sonrisa llena de burla se pegó en mi rostro mientras enarqueaba una ceja perfecta.
Recargue mi codo sobre la mesa para ver una ola de emociones pasar por el rostro del vampiro, del enojo que tanto me hacia reír hasta la calma total, sopesando que era lo mejor que podía hacer. Había herido su orgullo una vez más, lo había dejado en ridículo de nuevo y por si fuera poco le había arrebatado lo que más amaba en su vida, por lo que parecía estar viviendo y que ahora buscaba desesperadamente: su hija.
Si supiera el cambia tan radical que habían tomado las cosas, si supiera que su niña ya no era la misma de antes, que la había vuelta una persona más a mi imagen que a la de él, como si yo la hubiese criado desde el primer momento. Tal vez si toda esa información estuviera en sus manos lo más seguro sería que mi cabeza estuviera como un trofeo sobre su oficina.
Sonreí fascinado al pensar aquello... ¿Que era capaz de Hacer Maximiliano por Anya? ¿Cómo la vería ahora que había cambiado, ahora que era fría y grosera? Una idea magnifica se cruzó por mi mente. Llevar ala pequeña Anya a casa de su padre para que enfrentara a sus fantasmas, para que esos vampiros dejaran de acosarla y buscarla como locos. Darle fin a la pesadilla que todos ellos vivían. Quitarles un peso de encima haciéndoles saber que ella había elegido otro camino y que ya no consistía el estar con ellos, sino otro.
Las palabras concisas y determinantes de Maximiliano me sacaron de mis pensamientos.
Sonreí lleno de burla, a él jamás se le olvidaba una mujer, siempre eran presentes en su vida como trofeos que presentaba ante la sociedad para hacerles saber que él era el rey, lamentablemente eso era imposible teniéndome a mí a su lado. Ya le había arrebatado a una y ahora a su razón de vivir.
-Max, viejo amigo, no tengo razón alguna para estar aquí. Sabes que soy un nómada puedo estar donde se me antoje... ¿O es acaso que no puedo pisar Lombardía? Déjame avisarte que estas tierras no son tuyas ni de nadie, así que soy libre de entrar y salir cuando yo quiera.- Musite y una sonrisa llena de burla se pegó en mi rostro mientras enarqueaba una ceja perfecta.
Matt Baker- Vampiro Carnivoro
- Cantidad de envíos : 307
Edad : 32
Fecha de inscripción : 18/05/2010
Re: Viejos recuerdos (Max,libre. Tarde lluviosa)
cierre a petición de los dos caballeros
Luna- VampiroVegetariano
- Cantidad de envíos : 639
Edad : 32
Fecha de inscripción : 05/01/2010
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