Tratado Territorial (Nessie, carnívoros, día oscuro)

Día problemático, triste, ni un rayo de Sol se precipitaba, ninguna gota dejaba de sonar, apenas un pequeño chisporroteo, llovía. Iba caminando, había hablado con Nessie, me veía obligado a presentar un nuevo tratado, después de que Kath y Chelsea entraron en el territorio no podía permitir que ningun peligro como ese estuviera en estos territorios sagrados, antiguos y codisiados.
Cada paso que soltaba caía lentamente, no daba un paso sin antes pensar en darlo, tenía el sentimiento preocupado, la mirada perdida y el pensamiento atónito, estaba nervioso para ser verdad. ¿Qué es lo que debo hacer? Sólo pensaba en cómo tenía que "publicar" aquello que definiría todo, los encuentros y problemas, rivalidades y hostilidades.
Caminaba cada vez más lento, a la espera de Ness, ella debía aparecer ahí antes de cualquier otra cosa. Me detuve junto al gran río, caudaloso y abundantemente musgoso, algunas pequeñas algas crecían junto a las rocas enormes que el río resguardaba, igual uno que otro pez pequeño pasba de roca en roca, escondiendose de no se qué, sin pensarlo dos veces tomé asiento en una roca seca de cerca.

Dejó de llover, todo empezaba a cecar, obvio el río seguía acarreando agua hacia el mar. Pasaron dos minutos a lo mucho cuando recordé que en mi mano estaba ese tratado, aún recordaba cada una de las palabras que había escrito con alluda de Billy y Sam, ellos sabían todo, no podía esconder nada de todas maneras, y era mi obligación decirle a mi padre que los vampiros ya habían violado los acuerdos con los Cullen una o dos veces, y ambas se trataban de vampiros carnívoros. Voltié la vista a la hoja que llevaba en la mano, enrrolllada como un pergamino, empecé a reflexionar el texto:


Leerlo me causaba temor, no sabía como podían reaccionar los vampiros.

El tiempo, ese frio y triste dia parecia incluso tras las nubes un sueño totalmente perfecto, ya que luego de unas cuantas semanas viajando, vovler a pisar mi tierra era maravilloso. Volvia con al determinación y seguridad con la que habia nacido y sido criada, desechando todos los altibajos o problemas que se habian hecho lideres en mi mente. Con paso tranquilo y observando todo a mi alrededor iba costando el cristalino rio hacia el punto de encuentro con Jacob, con mi gran cuidador con el que sabai que siempre iba a contar.
De solo pensarlo se me congela toda la piel..
Sin mencionar los altidos que s eincrementaron cuando a lo lejos vislumbré su enorme figura apoyada sobre uan roca. En el aire se mezclana su aroma con la humedad y el pael, formando una extraña conbinacion que me devolvian a mi hogar, a mi cuna...
-Jake...- mi voz era dulce y baja, pero con un destello de luz impregnado en el tono, como al sonrisa que nacia en mi rostro incluso antes de estar lo suficientemenet cerca para sentir el calor de su cuerpo. Con un pequeño salto me abalñancé hacia él y lo abracé por el cuello, sentandoem en su regaso y sintiendome por fin segura y dispuesta a vovler a ser el pialr de la union. Dispuesta a pelear, dispuesta a proteger, dispuesta a amar, dispuesta a respetar, diespuesta a ser feliz...

Terminé de leerlo, pasaban en mi mente una imágen tras otra, todas distintas totalmente a la anterior; pero escuché que alguien se acercaba, inconfundible el aroma dulce, frutal y tranquilizador que emanaba Nessie al andar. Sin dudar giré la vista, ella estaba a mi lado estirando los brazos, tratando de alcanzarme, llegó a mi cuello, por fin sentía de nuevo su temkperatura abrazadora, sentía su aroma como la briza de primavera, siempre alegre, recorriendo cada rincón de mi ser; ella tenía en el rostro una enorme sonrisa, no podía decir lo mismo de mí, sentía tanto temor de que las cosas fueran más allá de nuestro control.
-Nessie.-Dije abrazando a Ness por la cintura, con una voz torpe y sorprendida; mientras ella se posaba en mi regazo, no podía evitar soltar una pequeña sonrisa, en verdad deseaba decir mil cosas y hacerle sentir otras mil, pero el papel que tenía en la mano me impedía reaccionar como en verdad deseaba. -Ness, todo el tiempo que te has marchado me hizo reconocer dos cosas: una, que no sé controlar el área; y dos, que quiero tener una relación formal contigo, antes que nada quería decir eso, pero dejándolo aparte, ¡bienvenida!- Deseaba reposar mis labios sobre los suyos, pero me contenía la razón de que el comentario podría ser de lo más inesperado. Esperaba su respuesta, extendiendo el "Tratado" hacia ella para que lo leyera, tenía que enterarse, y luego tenía que explicarle lo que había sucedido; por lo mientras recargué mi rostro sobre su hombro, inhalando su aroma aturdidor y reconfortante una y otra vez.

Jake, tan simple, honesto, brusco y dulce como siempre habia sido.. con esa naturaleza suya de no conectar su boca con su cabeza, si no con su eternamente tierno y sincero corazón, con sus deseos, sus impulsos, con el "ello" interno que era todo lo que deseaba. Cuando me abrazó sus boca se movia sola, nerviosa e histerica llenando el silencio entre nosotros de sentimientos, de ansiedad, de objetivos.. mis ojos buscaban ese brillo especial en su piel para no inquietarme de primer mano con lo que decia, con su pedido, con el trozo de papel en su mano, con su propuesta.
Una pareja formal... esa frase repercutio en mi mente, en una pequeña parte mientras la otra se concentraba en tomar el pergamino de la hoja de Jake y ojearla mientras me acomodaba en sus piernas, como hacia una niña.
-Esto esta perfecto, sin rodeos, sin amenazas... es un tratado que se propuso para que vivan los Cullen aqui y ya hay instalados demasiados carnivoros.. es hora de comenzar a erradicar..- mi voz fue seria, cortante y militar cuando solté mi verdadera opinion sobre el error que habiamos cometido, sobre algo que no nos tuvimos que dar el lujo de permitir y ahora solo era una gran amenaza.- Si los Vulturi los supieran... podrian creer que ayudamos a estos vampiros a pasar desapercibidos.. es inaceptable
Luego enrollé el papel y mi mirada se posó en él, en su rostro, en sus detalles, en cada uno de sus rasgos... buscaba mi aroma, refugio entre mi cabello caoba que parecia cambiar de color con la sombra que proyectaba el cielo. Mis manos recorrieron inconscientemente su cuello, sus mejillas, sus parpados cerrados... tanteando en mi interior tambien esas emociones que gritaban por él en mi ausencia, que lo añoraban, que deseaban caer rendida a sus brazos, a sus besos.. a él.

Sus palabras tenían mucho significado, pero nulo efecto, yo seguía pensando en lo que le había pedido, y cosa que no había respondido. Puse un dedo sobre sus labios, dejando al aire sus palabras, acerqué mi rostro al suyo, lo más que el aire me permitía. -Ness, ¿podemos tener una relación formal?- Dije sin pensar, insistiendo en lo que le había dicho. Recargué mi frente con la suya, retiré mi dedo de sus labios y puse mis manos sobre su cabello, acariciándola suavemente, intentando obligarla a responder. -Ness, ahroa que estamos solos no me interesa nada, sólo quiero que me respondas.- Cerré mis ojos, apretando un párpado contra el otro, deseando que la respuesta fuera la más certera y la que me hiciera ser feliz, cuando ella se fue sentí que me partía, y pensé que lo único que podía hacer para que no se separara más de mí era eso, pedirle ser "novios", o como sea que se le llame a una relación en serio.

El aire se escapaba rapidamente de mis pulmones con sus palabras, con el significado y al voluntad con la que las pronunciaba con firmeza y con sus ojos negros fijos en los mios. Quedé titubeante, dudosa, con mis manos heladas sobre sus hombros y mi boca floja, indesisa. Mi mente tambien era un remolino de emociones, sin poder formular una imagen, un sonido, un gesto... una punzada de molestia me atravesó el pecho y solo atiné a apretar mis dedos sobre su piel.
-Yo... no te respondí porque crei que antes querias...-miré el papel que habia arrebatado de mis manos y respiré ondo, buscando nuevamente juntar toda la determinbacion con la que habia llegado al lugar. Era cierto, estabas completamente solos despues de mucho tiempo, solos con la naturaleza, con el rio cristalino, con nuestrsos recuerdos...- Si..- rei nerviosa y tomé su cuello para que abriera los ojos y poder mirarlo.-Por supuesto que acepto...
Me acerqué a él titubeante y lo abracé con todas mis fuezas, ese descomunal cuerpo de hombre, esos musculos, esa piel ardiente, esos rasgos tan salvajes... e inconscientemenet mi boca besó su mejilla con delicadesa y amor, sin buscar dar un paos que él no de antes, pero demostrandole que por fin ahora, eramos dos mitades unidas.

Sentí que el alma se me salía, pero en cuanto escuché lo que quería escuchar..."¡Te Amo!" Me descubrí pronunciando esas palabras en mi fuero interno. Me limité a sólo sonreir como nunca lo había hecho y abrazarla de una manera en que sintiera el entero amor que le tenía. -Gracias, Nessie, ¿sabes que?- Mi euforia estaba a punto de estallarr, pero no pude sofocar el deseo de besarla, de sentir de nuevo sus cálidos labios, dulces y suaves, de estrecharlos contra los míos, la besé con la emosión más intensa que pude. Cuando concluyó decidí terminar la frase.-¡TE AMO!- Lo grité con todas mis fuerzas esas palabras a los cuatro vientos, para que todo el mundo lo supiera y lo escuchara, sin esfumar esa sonrisa de mi boca.

Cuando devolvió mi abrazo su cuerpo parecia a punto de hacer erupción, más caliente y con estremesimientos producidos por el galope de su desenfrenado corazón; sus manos se encadenaron a mi cintura y la felicidad brotó en cada una de sus células, resaltando una sonrisa que solo interrumpió cuando juntó sus labios carnosos y fuertes contra los mios finos y con sabor a frutilla de tanta manteca saborizada. El sentimiento de amor y devoción me recorrió por completo mientras mis labios se abriean y cerraban, jugando con los suyos que timidamente continuaban el proceso de saborear cada trozo. Luego, se separó de mi y gritó con tanta fuerza, con tanta seguridad, que no pude evitar sonrojarme completamente y mirar a los alrededores a ver si nadie estaba cerca; y, al comprobarlo sonrei nerviosa y me paré, tomandolo del cuello y acercando mi dulce voz a su oreja
-Yo también te amo, como mi compañero, mi cuidador, mi amigo, mi consejero... mi novio..te amo-estaba completamente nerviosa, casi temblando entre sus fuertes brazos, pero tenerlo alli solo hacia aquello más real y me dio fuerzas para vovler a besarlo y demostrarle todo lo que habia añorado aquello.

En ese momento me convertí en el licántropo más feliz de todos los tiempos, nunca antes había sentido mi cuerpo tan vivo, tan alegre y energético, ahora sus dulces labios, de arena impredecible recorrían los míos; extrañaba con fuerza su voz cerca de mí, su mirada firme, infantil y tierna recorriendo mi ser, y sobre todo aquello, su presencia, inigualable, inconfundible, pacífica y tierna, todo y nada que me pudiera faltar. -Ness, perdóname por hacer a un lado lo del tratado, tenía que hacer esto primero, bien, ahora sí puedo decírtleo, sin temores, sin preocupaciones.- Tomé de nuevo la hoja en mis manos, mostrandola igualmente a Ness, explicándole que Kath y Chelsea habían entrado a la Reserva, cosa que estaba prohibida, y que no podía permitir. -Me agrada la idea de que "mí novia" esté de acuerdo con lo que esthoy haciendo.- Miré una vez más sus bellos y circundantes ojos, sonriéndo libre e ilimitadamente a su ser. Solté su cintura y tomé una de sus manos, posándolas sobre mi cuello, me levanté de donde estaba y la tomé por la cintura otra vez, para besarla sin temor de que alguno de sus padres pudiera matarme de los celos. Sonriéndo para mis adentros.

Al separarse nuestros labios nuevamente, todo parteció volver a la realidad, los sonidos, los aromas, el trozo de papel que tanto habiamos ignorado.. asentí con firmeza y en mi mente volvio a dibujarse, aunque ya no con tanta fuerza, mi proyecto para llevar a cabo el Tratado, sin obstáculos ni conflictos. En mi mente ya tenia formulado quienes nos ayudarian, como y como pondriamos todo en escena para actuar en esos mismos dias, aunque claro, no contaba con que la mente de Jacob no fuera tan amplia como la de un vampiro, y nuevamente, sus ojos buscaran los mios que luchaban por concentrarse.
-Obvio que estoy de acuerdo, me parece genial lo que agregaste y me podria enfurecer conmigo misma de no haber empezado antes con esta.. "erradicacion"- fui perdiendo fuerza en mi voz y en mi concentración mientras él se paraba y volvia a aferrarse a su cuerpo, con esas manos que solo transmitian fuerza y protección, con esos labios embriagadores que penetraban en mi ser, en mi mente.
le dejé camino libre a mis pensamientos, a lo que sentia en mi mente, al sentimiento puro e irrevocable que circulaba por mi cuerpo, a las sensaciones, al murmullo del agua correr, al latido a mi corazón... a todo, a todo mi mundo que tanto lo habai extrañado.

Descansaba en mi cabaña con tranquilidad profunda y sin igual la cual no tenía desde hacía algún tiempo. Tener tranquilidad en mi vida, por lo menos una vez en mi eterna vida, no era tan malo como se pensaba. Mi sed estaba saciada y Ray se encontraba en su casa sano y salvo. Anya estaba en Rusia con Yaeel, todo corría en la corriente segura y adecuada. Lo malo de mi tranquilidad era que yo solía ser hiperactiva y me aburría con facilidad el soplido del viento, la caída de la lluvia y el canto de los pájaros bañándose bajo la llovizna suave y delicada, haciendo así una sinfonía sin igual. Tenía por lo menos esperar a que terminara de caer la llovizna.
Luego de unos minutos la lluvia ceso, pero las nubes se encontraban igual de cargadas y perezosas al caminar. No podía estar un momento más encerrada en aquel lugar sin hacer nada, calce mis botas y me puse un suéter ligero para salir a pasear.
Corrí durante unos eternos minutos sin encontrar nada a mí alrededor, ¿Dónde se encontraban todos los vampiros vegetarianos que vivían aquí? Normalmente el bosque estaba plagado de ellos y ahora no se encontraba ni un alma, un cementerio tenía más vida que el bosque.
El suave viento golpeo mi rostro y trajo un aroma que tenía mucho que no me topaba... Renesmee Cullen. Ese dulzón aroma, inconfundible tenía apenas unos cuantos minutos de haberse dirigido hacia una dirección cercana. Decidí seguirlo. Cada vez me adentraba en el bosque y el rastro no se perdía. Llegue a la frontera con los licántropos, me detuve a pensar en la última advertencia que me había hecho el tal... ¿Cuál era su nombre? ¿Jack? Como fuera, el niño lobo. Tarde en decidir que si seguiría aquel aroma hasta la frontera, ya había entrado una vez podía hacerlo de nuevo. Poco a poco comencé a acercarme a un rio que corría con la calma de una tortuga, tan pacífico y solitario, como era todo en el lugar.
Poco a poco comencé a escuchar un par de piqueteos desiguales más y más cercanos. Era obvio que le pertenecían a Renesmee y al lobo. Me quede a una distancia prudente, solo la necesaria para verlos y escucharlos a la perfección.
Tan lindo derramando miel sobre hojuelas, ella se depositaba en su regazo y se hacían cariños que se correspondían mutuamente. Había llegado en el momento más crucial de su relación, daban el paso siguiente a un noviazgo formal. Suspire y puse los ojos en blanco. Nada en esta vida es miel sobre hojuelas. Dije en mi fuero interno.
Me acerque con pasos cautos y con media sonrisa en mi rostro hasta recargarme en el árbol más cercano ellos, me cruce de brazos y recargue una pierna en el árbol- ¿Erradicarnos?-Pregunte con inocencia fingida.- Si hubieras querido eso, linda, ya lo hubieras hecho...Pero en cambio te desapareces por un largo periodo dejándonos el terreno libre.- Musite soltando una risita burlona.

Su voz dulce y sincera llenaba mi ser de alegría y....horror. Palabra equivocada. Inconscientemente dije a mí mismo eso, un aroma terriblemente fétido rodeaba el lugar, ya lo conocía. Kath. Sin querer, solté a Nessie, miré hacia donde se escondía el edor y visualizaba cada lugar, cada rincón de entre las hojas y los arbustos; podía escuchar cómo esos pasos ligeros se acercaban a nosotros, podía distinguirlos del otro lado del río, esperé un momento y ahí estaba, Kath, desiluminando aún más el lugar. -Ya se acabó el día.- Trataba de ser un poco juguetón, no podía evitar estar de buen humar a lado de Nessie. Pensaba un poco las cosas para poder contestarle a Kath, pero de la pura furia salió algo no planeado. -Y si lo quisiera ahora mismo, ya nos hubiéramos deshecho de ustedes.- Ups! Creo que mi lado malo ya había salido a flote. Tomé a Ness de la mano, para intentar calmarme.

Dí un paso hacia Kath, me limité a amenazarla: -Kath, sabes que no debes estar aquí, sál de una buena vez; tengo un nuevo tratado, en mis manos, y si lo quisiera, tendría que aniquilarte en este preciso momento.- Esperaba que no tomara todo como una diversión, que por una sola vez se diera cuenta que su vida estaba de por medio y que la valorara. Mi temperatura aumentaba poco a poco, me empezaba a enfurecer, cosa que si no se socegaba, probocaría que emergiera el licántropo rojizo. -Ness, no dejes que suceda.- Susurré al oído de Nessie, cerrando los ojos, intentando apagar el fuego que me comía. Muy mal momento para que aparesca, y otro poco para que me convierta. ¡Contrólate, Jake!

Los labios de Jake se desvanecieron y el frio aire golpeó mi cara, trayendo consigo un aroma que a mi pesar, habia sentido en otra ocación, otra desagradable y hostil situación. Fruncí el ceño, pero no pude evitar que una risita se escapara de mi boca cuando escuché sus palabras, con esa voz y actitud de vívora que siempre tenia, con esa aura de creida.. simplemente cuando volteé a verla, en mi rostro ya estaba plasmado el fastidio y la diversión, chocando entre ellas para ver quien surgia primero al exterior; pero los temblores incontrolables de Jacob y su posición algo debil por causa del temor que le producia enfrentar todo aquello, me tomó de imprevisto. Su mano apretaba la mia buscando apoyo y consuelo, mientras con la frente en alto enfrentaba a la diabolica mujer que parecia disfrutar con poner su vida en peligro.
-En verdad eres estupida, que seas inmortal no te hace inmune a los ataques... ya no buscamos habalr diplomatocamente ni dar avisos... el tratado esta hecho y es claro: quien entre al territorio Quileute, entra en guerra con los lobos... y no te creas que te daremos la ley de ventaja por minoria- no le tenia miedo y no buscaba hacerme su amiga, mientras mi mente pensaba como extrangularla, otra parte le transmitia a Jake que debia tranquilizarse y que no seria necesario atacarla aun, solo mostrarle cual seria su final si continuaba alli. Volvi hacia ella e intenté no enfurecerme, si no, usar su mismo tono burlon y lleno de desdén- Y este aviso va de parte de los Cullen: No se permite que los carnivoros vivan cerca de los poblados, y menos en el mismo Forks.. y no seremos nosotros quienes castigaremos esa actitud, si no, los mismisimos Vulturi-sonrei maliciosa y aflojé un poco la mano del muchacho, disfrutando por fin, que esa odiosa vampireza se sintioera por fin acorralada.

El odio corría por mis venas, hirviendo con la desidia...De pronto ví imágenes, oí voces, ajenas a mí, Nessie quería que me tranquilizara. Poco a poco descendía el mal humaor y la furia, podía controlar de nuevo mis sentidos y mi respiración. Acaricié con mi pulgar la mano de Ness, de mi Ness. Insipiré y aspiré unas varias veces antes de abrir los ojos y poder ser capaz de hablar. -Gracias.- Sólo fuí capaz de decirle eso a Ness, aún tenía mucho que decirle a Kath, aunque la mayoría de las cosas que quería expresar serían de muy mala educación. Baahh, ¿con ella quién quiere educación? Me negué a abstenerme. -Kath, debes alejarte cual animal ponzoñoso que eres, ve de regreso a tu cabaña y alerta a los demás carnívoros, diles que el tratado ya no es compasivo con ustedes, que las reglas se deben respetar, deben hacer que se respeten, o de lo contrario los Vulturis lo harán, que ustedes decidan que es lo que quieren.- Tomé a Nessie por la cintura, abrazándola con cariño, esperándo que Kath se fuera, o muriera.

Las palabras de los niños llegaron a mí como música a mis oídos. Mi sonrisa burlona se ensancho a causa de ellos. Sabía que era estúpido de mi parte poner así mi vida, en riesgo total, y que lastimaría a Matthew si llegaba a pasarme algo desagradable haciéndolo enfrentarse contra los Cullen y los licántropos. No podía ser egoísta con él, no pondría su vida en juego también. No le temía a la muerte y menos a los Vulturis, sabia con exactitud que si hacia algo malo me "perdonarían" por tener un don, me daba igual si llegaban o no...Al final solo tenían rencillas con los Cullen.
Me despegue del árbol y comencé a dar deliberados pasos y me tome el cabello en gesto pensativo. Las reglas, las reglas, yo no seguía ningún tipo de reglas.- Las reglas se hicieron para romperse... Y por lo que yo sé, la única falta que he cometido fue entrar al bosque de los animalejos estos. No he matado a ningún humano aquí ni lo he convertido, así que mi pecado no es tan grande.- Dije mientras me paraba al borde del rio.

Desesperación, ese era el sentimiento que me abatía al estar tan alejado de Katherine. Tenía un tiempo fuera de Rusia, indagando a Luna y su sequito, pero ya estaba demorándose en regresar a mi lado, a su ahora hogar.
Tome un vuelo de regreso a Forks sin siquiera detenerme a pensar ni a cazar, lo había dejado desde que ella había partido. La sed me era devastadora pero no igualaba el sentimiento de sentirme incompleto.
Al llegar a Forks lo encontré tan monótono y aburrido como era su característica principal. Antes de buscarla me dedique a cazar a un animal que se presentara a mi frente, debía tomar en cuenta que estaba en Forks y ahí estaba Luna y debía seguir mi farsa aunque la odiara más que a mi vida.
Me adentre y case un puma, no sacio mi sed por completo y no me dedicaría a cazar otro animal, no ahora que había percibido el aroma dulzón de Katherine. Sonreí con alivio y lo seguí, debía estar cerca de mí y no pararía hasta estrecharla en mis brazos.
Corrí por un tiempo hasta que me topé con la frontera de los licántropos...-¿Pero qué demonios hiciste?- Dije entre mí. Entrecerré los ojos y supuse lo peor... Se había enfrentado en una batalla con los licántropos. Reanude mi marcha con desesperación, olvidando el pacto, me adentre en el bosque y pronto escuche su voz burlona, no estaba sola, un par de corazones latiendo desiguales...-No puede ser.
Supuse que eran licántropos incapaces de controlarse los que atacarían a esa vampira si los seguía incitando con desdén y arrogancia. Corrí a una velocidad desmesurada hasta salir a un rio y la vi parada preparada para dar el siguiente paso, el paso que la llevaría a la muerte. La tome de un brazo y la jale hacia mí con la fuerza de mi enojo pareció una muñeca de trapo en mi manos. La voltee para que viera hacia mí y la sujete por los brazos.- ¿Tendrías la bondad de decirme que estás haciendo en este lugar?-Exigí con determinación, clavándole mis ojos dorados a su rostro perfecto y hermoso.

Mis palabras parecian haberle dado coraje a Jacob para descargarse él tambien, todo ese sentimiento que lo encerraban en su propia naturaleza, en su pensamiento de no estar cumpliendo su deber... ¿Qué cosas agobiaban esa inquieta cabeza? Pero a pesar de ser firme en sus palabras, su posición y su cordura, estaban resguardadas detrás de mi, tomandome por la cintura para ser capaz de controlarse y recordar que atacarla sin avisarle no seria productivo.
Ambos queremos destruirla, pero hacerlo sin asegurarnos que le vaya a contar a lso demás de nuestro plan, seria más problematico Tomé sus manos con una pantalla en blanco en mi mente, sin saber como continuar aquello, pero los movimientos felinos y sagaces de la vampireza volvieron a sacarme de quisio, con ese desdén que siempre llevaba como un abrigo engrapado. Caminaba por el borde del rio, como caminaba su vida al filo de la muerte, jugando a arriesgarse o a estar segura en la orilla, auque claro, estar ahi con nosotros, ya era haberse tirado.
-Puedes creer que no es suficiente, pero por eso te estamos dando las órdenes que por lo visto se nos habian pasado por alto: absolutamente ningun vampiro carnivoro puede residir en las cercanias ni en las zonas de protección de los licantropos o los Cullen-sentencié con voz firme y dura, sin siquiera un gesto de compación en mi rostro. En ese instante que me habai soltado de los brazos de Jacob para avanzar hacia ella, alguien más pareció firmar su pedido de muerte, un olor que me confundio y la incertidumbre pobló mi mente, exigiendole a mi cuepro estar prevenido y recapacitar mis pasos. Un sujeto alto, de cabello negros apareció e inmediatmente fue a reclamarle explicaciones a Katherine, un sujeto que habia visto antes pero que en ese momento me habia confundido por completo: sus ojos ya no eran escarlatas, si no de un amarillo brilante que resaltaban de su extraña naturaleza. ¿Matt? ¿Era posible que aquella vez que intentó atacarme en Port Angeles no mentia al decir que buscaba un cambio? ¿Por qué razón lo habia hecho si su vida aun seguia ligada a los desagradables asesinos? Quedé perpleja mientras su preocupación tomaba a la muejr por las manos, parecia saber claramente el peligro alli, al menos mñas que ella.
-Nunca crei que veria algo asi-dije sonriendo mientras miraba al muchacho, aun indesisa sobre lo que hacer- pero puedo ver que estas más consciente que ella que estar aqui ex firmar el suicidio.-recorrí a ambos con mis ojso chocolates y luego, borrando la sonrisa de mi rostro añadi:- Aunque si estan dispuestos a escuchar el tratado y a cumplirlo, tienen el resto dle mundo para disfrutar de su eternidad

Poco efecto hizo me furiaa, tuve que tranquilizarme después de todo. Kath seguía provocándonos, haciendo de su vida un hilo a punto de cortar. Ignoré sus acciones después de captar que lo que debía hacer era esperar, tener pasiencia, cosa un tanto difícil para mí.
Otro aroma ensordecedor y asqueroso cruzó mi sentido del olfato, era un aroma totalmente desconocido, parecido al de Kath, pero un tanto distinto; inconfundiblemente otro vampiro.

-¿Quién eres tú?- Al parecer el chico de ojos no escarlata, sino de un miel muy brillante, casi dorado, estaba muy ligado a Kath, la tomaba en sus brazos como si en verdad fueran familia, tal vez eran pareja o algo así.
No pude consevir que Ness les diera la oportunidad, pero aún así, no pude negarme: -Quieran o no, tendrán que escucharnos, hagannos el favor de escuchar y decirle a los demás de su especie lo que dice este tratado.- Dije extendiendo mi mano, donde descansaba el papel, avanzando lenta y cautelosamente entre piedra y piedra, sobre el río, tratando de llegar al otro lado, donde los vampiros se hallaban. Esperaba que tuvieran la prudencia de tomar el Tratado y hacerlo realidad, no con sus palabras, con sus acciones.

Solté una carcajada llena de burla al escuchar lo que la hibrida y su novio me decía, las amenazas no significaban absolutamente nada para mí. Camine de un lado a otro mirando a los dos engendros que se tomaban de la mano, el hombrecillo parecía que explotaría en cualquier momento, dejando salir su bestia interior. Calcule la distancia que se interponía ante nosotros, de un salto llegaría hasta donde ellos estaban.- Ordenes... A mí nadie me da órdenes, hago lo que se me antoja, mis queridos.- Musite en forma burlona, deteniendo mi paseo constante y preparándome para saltar.
Mi plan se vio interrumpido por alguien, no lo había escuchado venir solo sentí el jalón que me obligo a retroceder de manera determinante. Gruñí molesta por haberme detenido en pleno salto, quien sea que fuera que había hecho tal cosa lo pagaría.
La melodiosa voz de Matt me exigió una explicación ante lo que veía, estaba furioso lo podía notar. Me hizo girar para quedar frente de él, su rostro decía lo mismo que su voz, y sus ojos dorados se clavaron en mi rostro. Podía seguir con mi plan, pero no mientras él estuviera ahí. Suspire y le sonreí con dulzura, mientras alzaba la mano y acariciaba su mejilla con ternura.-Te diría que no hago nada malo, pero me conoces. Lamentablemente no tengo excusa alguna para esto.- Inquirí en tono desenfadado y con dulzura tiñéndola por completo. Me era difícil comportarme de mala manera con él.
Rodee su cintura y sumergí mi cabeza en su pecho. Nuevamente fruncí el ceño al escuchar como los mocosos se dirigían a él, se podían dirigir a mi así pero a el nunca.- Ya te dije... Lobo, que tu no nos ordenas en lo absoluto.- Mi mirada enfurecida se encontró con la de él, que se acercaba a nosotros con cautela.

Olfateaba el peligro que comenzaba a emerger en el ambiente tan denso que había.
Suspire y cerré los ojos para calmar mi furia que comenzaba a tomarme en su posición. Era incoherente que no se diera cuenta del peligro que corría al estar sola en ese bosque. Sus palabras no fueron nada agradables y no me relajaron en lo absolutos, simplemente me alteraban mas.- Katherine.-Dije en un suspiro, rodeándola por los hombros ante su acto cariñosos, y con eso ya me había ganado, toda furia se había ido por el caño.
No me había percatado de la presencia de Nessie por estar entretenido exigiendo una respuesta a Katherine, quien claramente no tenía excusa solamente había ido a hacer algún desmán. Abrí los ojos en su dirección y ahí estaba, mirando con una sonrisa pintada en su rostro angelical. Le devolví la sonrisa y le guiñe un ojo.-Hola Nessie, tenía tanto tiempo sin verte. Es placentero encontrarnos de nuevo.- Musite en la voz más amable y educada, tan peculiar en mi persona.
Mis ojos se dirigieron a un muchacho lo bastante alto como para ser un fenómeno, en mi existencia lo había visto pero ya sabía que era un licántropo por su fétido olor.- Soy Matt.- Le conteste con desdén, no me agradaba ni un licántropo que pisara la tierra y al parecer tampoco a Katherine, que le contesto de la misma forma que yo. La apreté más contra mí por si deseaba escapar.
-Tratado... ¿Qué es lo que me tienes que decir de ese tratado? Lo han cambiado tú y tu familia, ¿Sera acaso eso?- Quería acercarme a ella pero dos cosas me lo impedían, la primera estaba entre mis brazos y la segunda se acercaba con un papel en las manos.

Su manera de expresarse hacia Ness me causó celos, cosa que al dirigirse a mi era lo contrario, una hostil y retante voz surgía de su garganta.
Me vi obligado a extender dos centímetros más el brazo para reiterar que era necesario que tomara aquel papél. -Sí, se debe a que este lugar está prohibido, ha sido modificado, tienes el derecho y obligación de leerlo y memorizarlo, por si acaso.- Me parecía necesario mantener la cordura de mi parte, no podía dejar que la furia me consumiera, no en esos momentos, cruciales para ambas razas. Además necesitaba que supiera de él, no para amenazarlos, si no para advertirles de lo que sus acciones pueden ocasionar como consecuencia. -Y por supuesto, no queremos que los Vulturi se vean obligados a hacer una inesperada visita.- Esta vez voló una nota burlona desde mis labios. -¿o si?-

Esa vos sarcástica y creida, esa actitud engreida... parecia buscar que mi paciencia se concluyera y la ataque, destrozando ese cuello tan sedoso y pálido que se veia erguido bajo esa sonrisa fingida. Pero los brazos de Matt al rededor de su cintura y la cortesia con la que se dirigia haci ami me lo impedian, y aunque Jacob subia cada vez más de temperatura, ambos buscabamso con desesperación la tolerancia para continuar con aquello. Tomé el papel de su mano y me acerqué al rio, cruzando por las piedras para acercarme con lentitud y determinación, despacio peor midiendo distancias. No la atacaria, yo no cai tan bajo como esa asesina, ni seria capaz de provocar una pelea si aunque sea el muchacho se disponia a colaborar pacificamente con nosotros.
-El Tratado no ha sido cambiado, solo hemos decidido que ustedes y los demás carnivoros que han decidido hacer de Forks su hogar y fuente de alimentacion rompieron varias reglas, por lo que entrarian en conflicto con los lobos, los Cullen y los Vulturi- al principio, mi voz era seria y mis ojos estaban fijos en ambos, escrutando lo que pudieran quejarse con cada uno de sus gestos, pero cuando llegué cerca estiré la mano y esperé que él decidiera colaborar con nosotros, fijando una mirada suplicante y pacifica.- Solo queremos mantener nuestro hogar, nosostros buscamos lo mismo por lo que vos te hiciste vegetariano... mantener nuestra humanidad, conectarnos con la sociedad.. tener una vida
Mis ojos y mis manos iban y venian hacia el bosque, Jake, el rio.. lo que nos rodeaba que representaba nuestro hogar, lo que buscabamos proteger, todo aquello que nos mantenia unidos para luchar contra cualquiera que amenace nuestra forma de vida. Y finalmente recordé lo ultimo que Jake habia dicho y con pesadés, miedo y algo de desacuerdo agregué:
-Ya esta predecido, ellos lo saben y vendran pronto a saldar cuentas..

Intente moverme y encarar al licántropo y a la hibrida pero los brazos de Matthew se habían adherido a mi cintura, aprisionándome como eslabones forjados en un oro solido e inquebrantable, después de unos segundos de intentarlo vanamente desistí y mejor decidí mirar a la hibrida y su novio sin decir palabra alguna, solo fulminándolos a ambos por sentirme incapaz e inhabilitada por Matthew. Maldito controlador. Dije en mi fuero interno con amargura.
Luego me sentí ignorada, cosa que no me molestaba pero si me hacía sentir inferior a Matthew, a quien le daban más importancia. Era mejor mantener una postura propia como la de él, seguir su ejemplo por una vez no me haría daño alguno. Comportarme como antes lo era, antes de ser una vampira.
Le sonreí llena de incredulidad al lobo, los Vulturis no les temía ni nada por el estilo.- Tal vez sea estúpido, pero no le tememos a los Vulturis, no cuando se poseen dones. Y si vienen solo te causaran problemas a ti y a tu familia, a nosotros no.- Musite en tono amigable y dulce, el mismo que usaba con mis amigos. Era un error pensar que nos perdonarían si hacíamos algo desagradable, cierto tal vez a mi si pero a Matthew no y no permitiría que le hicieran algo.- ¿Tendrías la amabilidad de soltarme? Prometo no hacerles daño alguno.- Me volví a Matthew con una sonrisa dulce, lo que le prometía a él siempre lo cumplía, al pie de la letra.

La tensión emergía de ambos seres, tanto Nessie como el animal que yacía a su lado miraban a Katherine con desesperación, seguramente deseando arrancarle el cuello de una buena vez con su actitud tan arrogante y propia de ella.
Me limite a sonreír y negar con la cabeza ante lo que sucedía, Katherine era la cosa más tierna, dulce y encantadora que existía en este mundo tan monótono, claro siempre y cuando se le tratara del lado más amable y uno le callera bien, de lo contrario se comportaría tal y como lo estaba haciendo.
Mire de arriba a abajo al licántropo, con asco implantado en mis ojos dorados y luego los regrese a Nessie que se acercaba a nosotros en pasos ligeros y gráciles.
Vulturis, no les temía y no tenía razón para hacerlo, mis planes estaban en otro lado, a algo que ni les incumbía, pero al estar parado en el bosque con los licántropos ya me ponía en una posición poco agradable. Confiaba en que Chelsea me perdonara por eso, quizás en algún momento en que volviera a encontrármela.
Le dedique una sonrisa forzada al lobo, no me agradaba, pero tampoco era de mi educación hacerle desdenes sin una razón. Mire a Katherine que me suplicaba por ser liberada de la prisión ejercida, confiaba bastante en ella así que la solté lentamente y regrese a mirada a la niña, que también se veía suplicante.-Confió en ti ángel, así que no hagas estupideces.- Dije con dulzura dirigiéndome a Katherine.
Estire mi mano y tome el papel que sostenía Nessie. Lo leí rápidamente, memorizando cada párrafo en mi cabeza, sopesándola con cuidado. Le pase el papel a Katherine y mire a la niña fijamente a los ojos.- Sabes qué precio a tu linda familia, nunca les haría ningún tipo de daño. Por mi parte tienes mi promesa, no volveré a entrar a este lugar, esta vez vine por ella.- con un movimiento de cabeza señale a Katherine.- Y procurare que tampoco vuelva a entrar ella.- Prometí con firmeza mientras tomaba a Kathy de la mano para emprender el viaje de regreso a su cabaña.- Solamente te diré que si pasaremos algunas vacaciones del lado del bosque que nos corresponde, puesto que la casa de Kathy está ahí.

No sabia que postura tomar, si dejarme llevar por la infantilidad y mala cortesia de la mujer o continuar aquello con la mejor compustura posible. En mis venas corria la adrenalina pidiendo lucha, pidiendo soluciones rapidas y consisas... pero no me podia dar el lujo de buscar enemistad donde el agua parecia calmarse, si tenia la oportunidad de que alguien controlara a la presa más dificil y escurridisa, ¿Por qué no aprovecharla y disimular con una sonrisa todo lo que mis instintos exigian? Por sus sonrisas y gestos drespreocupados se evidenciaba que para ellos los Vulturis no eran una preocupación, hasta parecia acradarle la idea de un encuentro con ellos... y en ese momento una horrible propabilidad se coló en mis planes: ¿serian capaz de incluir a Katherine en sus filas de capas grises?
No, la probabilidad es nula.. ellos buscan vampiros serios y meticulosos, ella es solitaria, fanfarrona y para sus trabajos seria una inutil... la matarian antes de pensarlo sonrei, ella crei que era fabuloso su caracter, y que su don la protegia d elo que fuera, pero no tenia ni idea que eran la realeza. Comparé su ingenuidad con mi seriedad yi madurez, notando al fin que todas sus acciones me irritaban porque mi edad psicologica la superaba y no concebia la idea de que un vampiro con esa mente tan vacia de futuro halla podido sobrevivir. Coloqué un rostro serio y tomé nuevamente el trozo de papel de las frias manos de Matt, cuidadon que mi mente solo fuera una hoja en blanca para él, asintiendo cortesmente a que lo halla leido y su opinion.
-Entiendo y te agradesco qu epuedas ayudarnos con esto, como te he dicho, es la forma en la que decidimos vivir nuestra eternidad y pensamos hacer todo para defenderla -enrollé el pergamino y mis ojos buscaban ignorar a la criatura de gestos hiperactivos y soberbios, para que el encuentro acabe pronto y en paz- Supongo qu eno puedo pedirles más, aunque la idea es que tampoco alla residentes carnivoros por aqui, no habrá problema en extender el plazo si limitan su caza a unos 300km lejos de la zona... l
Volteé hacia el gran chico que miraba algo nervioso el encuentro, con su cuerpo tenso e intenté sonreirle y buscar su aprobación en lo que acababa de consedirle a Matt para que al menos, fuera un pacto para calmar las cosas con dos vampiros. Pero él pareci ainmutable asi que suspiré y retirandome hacia mi compalero agregué: -Solo les pido que cumplan las demás reglas y no vuelvan a cruzar a La Push y no adviertas a los humanos de su existencia, o seria el mismo castigo que matar a uno de ellos.