Andando sin rumbo alguno. (Ginger, Lucy, libre, día caluroso)

Me cansaba de merodear por el aburrido bosque de Forks, recordaba que se volvió aburrido después de que me perdí y tuve la mala experiencia de encontrarme con gente extraña, fríbola y extrañamente agradable.
En un momento me perdí en aquél día tan frustrantemente motivador, en otro, un compañero me tomaba por el hombro, tratando de decirme algo.
Inquieto, volví de mi sueño depierto, retomé consiencia de que estaba en mi habitación; había invitado unos cuantos amigos a ver televisión, nada muy importante, sólo un juego de práctica de baseball, el preferido de los chicos; como el único con pantalla plana de 45 pulgadas era yo, pues no pude negarles el placer de ver el partido conmigo. Me veía aburrido en el cuarto, recostado de lado en el pequeño y cómodo sofá de piel marrón, con los piés sobre él, colocando los brazos hacia los lados, uno sobre el respaldo y otro hacia la nada.
Mi amigo intentaba proponer una idea que quizas agradaría a todos, a las seis personas que yacían tiradas en la habitación. Al momento en que tuvo la atención de todos se hizo de pié y dijo: -Bien, ya acabó el juego, ¿por qué no vamos a dar una vuelta a Port Angels?- Obvio ninguno se negó, no tenían nada que hacer, ¿y yo?, ni hablar, igual acepté.
Ya todos tomando sus abrigos y las llaves del auto se preparaban para salir sin mí, cosa que me puso de mal humor, yo aún seguía moviendo el tiradero de ropa que tenía en la cama, rebuscando un suéter verde a rayas de un color miel opaco, que por casualidad convinaba con mi playera color savia. Tomé mis tenis, pues andaba en calcetas, acomodé mis agujetas y luego mis piés dentro de los tenis.
De reojó observé por la ventana que todos estaban tomando lugar dentro del auto, así que no me molesté en abrochar las agujetas. Bajé como nubarrón las escaleraas y me apresuré a subir.
Cuando sonó el motor todos empezaron a debatir por cuál disco sonar, me aburrió el debate, así que tomé mis audífonos y puse mi música favorita.

Por suerte la carretera estaba vacía, así que llegamos rápido, estacionaron el auto cerca de una avenida principal y andamos a pié. Unos buscaban cómics, otros accesorios de quitarra, bajo, batería, etc., mientras yo buscaba un lugar para descansar, giraba la vista de un lado a otro, luego de unos momentos avisté una banca cerca de unos arbustos, me dirigí a él y tomé asiento, junto de una chica que parecía observar detenidamente el lugar. Qué extraño.

Estaba de compras con mi abuela, nos encantaba comprar ropa para el abuelo.

Estaba tan cansada de comprar todoel dia, asi que fuimos a unas banca, la abuela habia ido por nos helados, or lo mientra que yo estab juegando con mi celular. Un joven se sento ami lado no le puse tanta atencion como lo hago siempre,voltee a ver como era el joven, era un poco guapo, era de tez blanca, ojos azules cabello castaño claro y delgado.

Me quede asombrada al ver que el joven era guapo, nunca habia visto a un joven tan guapo como el, no le quitaba la mirada de ensima, creo que el ya habia descubierto que lo miraba, asi que decidi mirar para otro lado. La abuela no lleggaba eso me ponia de nervios, me pare a ver donde se encontraba, no la vi asi que me volvi a sentar a lado del joven.

Tenia ganas de platicar un poco, recorde el momento cuando conoci a Ashley, ella era una chica muy buena como todos mis amigos.

Al momento que me senté solté un pequeño y audible suspiro, recordaba la suavidad de los inmuebles del departamento al que Kath me había llevado, donde pasé momentos íntimos y preocupantes a su lado, luego de pasar un susto con Matt.

Pude notar al rabillo del ojo que la chica que estaba a mi lado se ponía nerviosa, me observaba detenidamente en un momento, y en otro giraba la vista buscando algo. Caso omiso. Giré la vista a mi bolsillo del suéter, donde llevaba el reproductor de música, que seguía sonando música a los auriculares en mis orejas; metí mi mano a la bolsa para tomar el reproductor y cambiar la pista, saqué el reproductor y observé que aún faltaban unas cuántas canciones, impaciente busqué en él hasta encontrar algo suave, tranquilizante y reconfortante, lo encontré, un poco de música clásica, lo puse en reproducción.

Antes de poner el reproductor en la bolsa, este se me resbaló de la mano y cayó, por acto reflejo traté de alcanzarlo, pero no pude, lástima que el reproductor había caído a un lado de la chica, quería evitarme vergüenzas ese día.
Con cuidado de elegir las palabras me animé a pedirle a la chica el pequeño reproductor. -Ehh...¿te molesto si me pasas el reproductor que cayó junto a tí?- Tímido, indesiso, así parecía estar por culpa de mis palabras.

Estaba tan nerviosa, nunca me había pasado esto frente a un chico, no sé qué me pasaba, el chico interrumpió mis pensamientos eso me enfadaba mucho pero no podía decirle mi coraje.- Si ten.- dije un poco nerviosa.

Nunca me había pasado esto, no sabía que se sentía estar nerviosa, desearía que mi abuela todavía no llegara para conocer un poco más al joven, tenía una voz muy varonil como mi abuelo.- Hola, me llamo Ginger Evans.- dije con un tono más despreocupado, alcé m rostro par de ella.a ver qué pasa de bueno, de pronto venia una mujer. Ash mi abuela ya viene que no se podría ir otro rato a la nevería? Tenía que ser yo y mi mala suerte, la mujer se acercaba más y más, pero no era mi abuela era una joven de ojos azules y cabellos largos iguales que los míos pero los míos eran aún más largos que los los de ella.

Al fin el reproductor estuvo en mis manos sentí la nesecidad de quedarme ahí, mis amigos me llamaban para seguir caminando, cosa que en verdad no deseaba. Hize un pequeño ademán con la mano, negando la invitación.
Me dí cuenta que la chica me llamó, su nombre era Ginger, un nombre dulce, uno que convinaba con su mirada infantil y sus gestos tiernos. -Un gusto, Ginger.- Dije con una inevitada sonrisa. -Mi nombre es Ray.- Mientras mis amigos se marchaban yo me presentaba con la pequeña.
-Oye, ¿te parece que aquellos de ayá son buenos amigos?- No se po rqué razón dije aquello, aunque en verdad no me agradaba andar en compañía de ellos, siempre haciendo desmanes, cosa que aunque me encantaba, no venía con mi personalidad.

Mientras observaba que se alejaban pregunté a la niña que si venía sola. -Y, ¿vienes sola?- Parcía que venía sola, así que supuse que sí.
Pude distinguir que ni ella ni yo teníamos un objetivo en aquel momento, así que tuve el valor de invitarla a caminar. -¿Me acompañarías a conocer el lugar? Yo soy resién mudado a Forks, y nunca antes había pisado estos lugares, ¿podrías ser mi pequeña guía turística este día?- Pensaba que sería buena idea hacer amigos en Port Angels, sólo por si volvía a perder el rastro de la civilización. Sin motivo alguno sentía la necesidad de sonreir, a pesar de las diferencias que pudiera tener con ella, me agradaba, además de su actitud infantil y amigable, en ella había algo que me llamaba la atención, algo que no podía descifrar.

el chico me preguntaba cosas extrañas- Este no creo, pues no los conosco asi que no los puedo jusgar jejeje.- el chico me daba un poco de miedo.-Eh.... vengo con mi abuelita, aunque fue a comprar unos helados.- dije volteando los ojos.

Estaba un poo distraida por lo mismo de que tenia tantas cosas en la cabeza.-Este.... estara bien que mi abuela me busque?.- dije volteando a verlo.

Me sonó a cuando yo era niño, siempre haciendo preguntas de una manera inoscente.
-Pues no, debería avisar que vas a caminar.- De un salto me puse de pié, invitando a Ginger a caminar, pero más bien, era una invitación para buscar a su abuela.
-Vamos, tienes que buscar a tu abuela.- Me parecía un tanto extraño el hecho de conocer o tratar con una abuela, con algo que nunca conocí o tuve, lamentablemente mi inafncia fue una pérdidda de integrantes escenciales en la vida de alguien sano. Parecía que una pequeña lágrima uería tomar lugar en mí sin mi consentimiento.
Por más tonto que fuése, sentía total confianza en Ginger.

el chico en vedad queria conocer la ciudad.-Este en vedad no se donde esta, lo unico que se es que este en una neveria.- dije con uana voz muy triste y a la ves bajando la cabeza.

No sabia donde se encontraba la abuela, que no me bastaba de ser torpe, y ademas de todo no sabia donde la abaula si encontraba. Se veia alo lejor una mujer muy parecida a a abula caminamos hasta la señora, era la abuela.

Ella me dio permiso pero, ella me iba a estar cuidando, eso me parecia maravilloso.-Este Ray mi abula nos va a acompañar, que te parece?.- dije con una gran sonrisa.

Típico, no pude negarme, era normal que a la edad de Ginger aún la acompañaran.-No, no hay problema.- Dije sonriendo aún más. -¿Vamos primero al centro, o prefieres conocer el malecón?- Pareciera que la firmeza de mis palabras denotara que conociera el lugar, pero sólo había visto esos dos lugares por la ventanilla de camino a Port Angels.

Giré los paso a un lugar incierrto, pues esperaba la respuesta de la pequeña Ginger, de la agradable y pequeña Ginger.

Ray era tan buena persona conmigo.- Este cual de los dos?... Este creo que ya los conoco pero es bien el malencon.- dije mirndolo a sus lindos ojos.- y de donde eres Ray?.

Estaba n poco cansada creo que no descanse tanto como crei, tenia un poco de sueño.- Este...!!.- no tenia nada que decirle tan plticaora hasta enfadba a i abuela.

Port Angeles: la gente, los ruidos que brotaban de cada elemento o persona que conformaban esa enorme ciudad invadian mis sentidos con vehemencia e impietud, con los colores chillones de la nueva moda, con los aromas de los restaurantes, con los gritos de los estudiantes. Nadie podia ser ajeno de nada de lo que pasaba a su alrededor, pero claro, yo era la increible excepción que nada de aquello la sorprendia o le llamara la atención, mis pensamientos iban en las miradas de aquellos universitarios que posaban sus ojos en mi esbelta figura de color dorada (vestida con una pollera tableada de jeans y un top color esmeralda) y en las personas que inocentemente se encontraban conviviendo con criaturas frias tan cerca. Y esa idea ocupó toda mi cabeza cuando mi olfato percibió un desagradable pero tenue olor en un grupo de personas cerca de donde estaba. Disimulaba ver una vidriera de artículos de deporte mientras buscaba ver la procedencia de ese aroma tan puntual.
No hay vampiros cerca... pero el aroma de uno se halla practicamente impregnado en algun lugar... y mis ojos verdes se posaron en un muchacho de cabello extremadamente rubio que parecia conversar con una niña mucho menor que él.
Pedofilia... ¿es la clase de humanos que también aceptarian ser comida de vampiros? ¿Tal vez una mujer?
Las probabilidades eran muchas, a pesar de las escasas hipotesis y la única certeza: si habia estado en contacto conscientemente con un vampiro y habia salido vivo, estaba involucrado con uno.

Un sentimiento ligeramente preocupante me acosaba, sentía la mirada de alguien sobre mí, extrañamente giré la vista, pude reconocer una chica de un cuerpo escultural, de total ligereza y frescura impregnada en su rostro, acompañado de un ceño totalmente confesador, delatando curiosidad, asco, preocupación, o talvez insatisfacción.
Apenas pude escuchar lo que Ginger me comentaba, mientras yo me distraía observando a la chica que llevaba una playera esmeralda que la delataba de entre todos los peatones.
Con notable torpeza fui capaz de responder:-Soy de Quebec, me mudé hace poco a Forks, por...- De pronto me atrapó la idea del sufrimiento que llevaba por ser novato huérfano, por estrenar la sensación de la soledad y la incomprensión. Sentía que me faltaba aire para respirar ante esos pensamientos y recuerdos que volaban y desvanecían en mi imaginación, logrando concluir lo estaba por comentar.-...por que mis padres murieron.- Fui sincero y honesto, un tanto sentimental, haciendo reconocimiento a lo que mis padres me habían enseñado toda su entera y posiblemente placentera vida.
Volví la mirada a sus ojos angelicales y pregunté por una correspondencia. -¿Y tú?, ¿eres de aquí?- Pregunté en un tono de curiosa indiferencia, pues aún se centraba mi atención en la chica que se encontraba tras de mí, intentando lograr un descubrimiento o lago así.

//OFF: Es Port Angels, no New York. x)

Sentia que lagien nos estaba mirando, eso me incomodaba y me ponia mas nerviosa de lo que ya estaba, Ray volteeo a a ver a otro lado.- Soy de Manhattan Beach, Estados Unidos.- dije con ua voz decepcionada.- Eres huerfano?.- eso me sorprendia primera vez que conocia a una persona huerfana. No sabia que hacer primera ves que platicaba con un huerfano.

No solo el chico habia clavado sus ojos en mi por mi nada disimulada observación, si no que también la niña que lo acompañaba voleteaba sobre su hombre para vislumbrar el punto de distración de su amigo, me rei de tal hecho aunque buscaba si su observación era por mi indiscreto fichamiento o por mi aparienciencia fisica.
De todas maneras, acercarme sin motivos seria muy obvio, tal vez podria coquetearle para seguirlo y cuando se desocupe intentar obtener información... Pero eso podia ser un trabajo muy complicado si notaba que luego de que un vampiro entrara en su vida, alguien más de una naturaleza sospechosa se interesara en él... me debatia entre esa opción y la de irme para luego buscarlo con Jacob con su olor cuando noté que su mirada delataba que le preocupaba que lo estuviera vigilando, por lo que sonrei y le dediqué una sonrisa, para luego voltear a la vidriera y caminar hacia ellos de forma indirecta y discreta, observando vidrieras y a las demás personas que circulaban por alli. De pronto tuve una idea, por más torpe y apresurada que fue, y del bolso que llevaba cruzado sobre la falda, saqué la camara de fotos a la que tanto amaba y fotografia los paisajes, los edificios, los embotellamientos y cuando iba a sacarles a ellos noté la inocencia en los ojos de esa niña, y como se embelecia por el muchacho.
¿Recien se conoceran? Eso podria significar que no sabe en el peligro que se esta metiendo si el chico está involucrados con vampiros... por lo que me contaron de los carnivoros ahsta son capaces de usar humanso como carnadas para obtener alimento... ¿será éste el caso? Con un rápido acercamiento pasajero los fotografié y tragué saliva, continuando preocupada por la extraña situación pero fingiendo un poco mñas mi interés por ellos.

Me percaté de que, por más que lo fingiera, no sabía fingir bien del todo, almenos para mí, la chica detrás mío, era muy mala actriz. Así que dejando a un lado la ternura de Ginger, me aveciné a la chica que contrastaba con todo el lugar. Intentando ser directo y no ofender. -Hola, ¿necesitas ayuda con algo?, te ves agitada- Con el tono de voz más amable que encontré quise esconder el notable interés que ella causaba en mí, nada comparado con lo que sentía enormemente para con Kath.

Para no causar una muy mala impresión me presenté con ella, cosa que no solía hacer de tal manera con gente que me interesaba. -Mi nombre es Ray, ¿y el tuyo?- Pudo sonar un poco grosero, pero era necesario entablar con versación para poder descubrir lo que planeaba.

Caminaba por mi nueva cuidad vecina escuchando música con los auriculares. Llevaba mis lentes oscuros con orgullos, por que hacía tan solo unos instantes me los había comprado y me habían hipnotizado decididamente.
Pero, como esas casualidades, tu sexto sentido te llama la atención y apareció una mujer morena, de una piel dorara inmaculada que era extraña. Años de práctica tenía yo como para ser la mejor gitana de mi grupo. Pero, era la primera vez que no comprendía lo que sentía. Ni tampoco entendía por qué esa mujer me llamaba la atención. A la vista era normal y corriente pero... había algo, especial. Era probable que hasta sea mágico.
No solía ponerme nerviosa cuando me pasaban estas cosas pero no pude evitarlo. Quién era? ¿Por qué mi instinto me llevaba a ella?
Por mis grandes anteojos, ella no podía saber que yo la veía así no me preocupé. Debía encontrar una excusa para acercarme.
¿Preguntarle la hora? Era muy poco conversación ¿Empujarla sin querer y embetunar su ropa con helado? Era probable que le moleste y mucho... No, debía haber algo...Tal vez...
Caminé hacia ella con paso decido, pero un chico rubio me ganó de mano y se acercó primero a la chica especial. Dudé, pero estaba demasiado cerca como para que no se de cuenta de mi precncia.

Pude diferenciar ptra sombra cerca del lugar, otra chica, que nada discreta, y todavía más mala actriz se acercaba para observar la escena, una extraña e incómoda escena.
El lugar incrementaba su inconformidad, pues la vergüenza me venía comiendo desde dentro. Intenté integrar a Ginger, haciendo un pequeño además, para que no se excluyera de la situación.
-Ven Ginger, creo que está buscando algo.- Dije dirigiéndome a la niña, esperando que su abuela también se acercara,por si acaso.

Me perdíi unos momentos en mi pensamiento, recordando a Katherine, intentando estar de cualquier manera junto a ella.

Habia dos chicas viendonos extraño Ray se acerco a una de ellas, una mujer de tez morena, de un cuerpo muy hermoso. Ray me dejo un momento sola y luego llegu y se dirijio muy gentil a mi.- oh... claro vamos...!.- Las chicas que nos miraban nos aurrinaron los planes que tenia con Ray.

La abuela se a sento en una banca cerca de nosostros y nos miraba muy fijamente.

Al escuchar aquello quedé en vergüenza, Sabrina sólo parecía fotografear el luh¿gar, sólo que la manera en que enfocó a mi dirección perturbó mi pensamiento por un instante. Sinmás escusas para hechar una mirada a ella me alejé de donde estaba, reanudando mi recorrido con Ginger, dejándo lo sucedido en un indiferente segundo plano.

-Bueno, al parecer le molestó el hecho de tratar de ayudarla.- Dije en voz alta para mí mismo, olvidándo que apenas estaba a unos pasos de ella.

Con el rostro cabisbajo dí un paso más y me propuse seguir en contacto con ella, así remarqué mis pasos hacia con Sabrina. Me parecía una chica que me causaba algo en mi interior, algo indescriptible y extraño, en una extraña manera me recordaba a Katherine. -Mmm...¿Te gustaría ir un día a una fiesta?- Arguí tímidamente. Recordé de momento que algún amigo armaría una celebración en el edificio en pocos días, pensaba que ella no era tan cerrada como para darme un "no" por respuesta. -En Forks, talvez no sea una fiesta grande.- Dudaba en que el chico, Geremy, no hubiera invitado a casi toda la escuela.
Esperaba que me diera la afirmación, para aprobechar la ocación y darle mi número o viceversa, que me diera el suyo. Astuto y tonto ala vez, querido Ray. Resonó la frase que me asignaron mis compañeros pasados antes de retirarme de Canadá.

Creo que era una mala ida preguntarle algo a esa chica, mejor era retirarme de ese lugar.- Bueno me retiro, me dio mucho gusto en conocerlos cicos ojala nos veamos e otro momento.- dije con una voz chillona. No me gustaba decir mentiras era muy mala para eso.

Me fui corriendo haci la banca donde estab mi abuela, la jale del brazo y me fui platicando hasta llegar a al auto azul marino.

La sonrisa del chico se desvaneció en un instante, y la satisfación inundo mi cuerpo que no pude evitar mover anciosa cuando bajó su cabeza y se disculpó por su estúpido y apresurado comportamiento, alejándose con la muchacha que parecia olvidada a sus espaldas. A pocos pasos soltó un comentario que me hizo mirarlo con furia, pero luego recordé cual era mi intención con el muchacho, por lo que tocí con indiferencia, volteando para buscar mi celular en el bolsillo de la mochila, pero fui interrumpida porque los pasos que se alejaban volvieron, ¡otra vez! asi que cuando escuhé su voz me di vuelta hacia él con la mente preguntándome como haria para hacercarme al chico tan molesto, pero con información tan valiosa, pero con un rostro blanco de póker. Timidamente el chico elevó una sonris en sus labios y me invitó a una fiesta, la cual parecia su carta de salvación.. ¿Buscaba él tambien investigarme a mi ¿Seria un uno contra uno a ver quien ganaba primero? Pero como era un chico joven y sincero, y su excusa fue perfecta y poco sospechosa no la pensé mucho y acepté, aunque no pude ser capaz de devovlerle la sonrisa, solo asentí y tocí un par de veces.
-Claro, podriamos aclarar el incidente de hoy, más tranquilos-pocas palabras no delatan las intenciones y no hacen dudar de la decisión. Aunque el chico ya me molestaba por su conexión con un rey de la noche, supuse que solo era un indefenso humano que caia lentamente en una telaraña invisible para él, asi que lo mejor seria aceptar y luego comentarle a Jacob lo sucedido y como seguiria mi plan. Iba a continuar con mi improvisación cuando a la chica parecieron llenarle los ojos de lágrimas, de tristeza o desilución, pero se escusó cansada de estar en último plano y se fue corriendo junto con una anciana a unos metros. La miré con desdén, no me gustaban las niñas caprichosas que solo buscaban llamar la atención de muchachos más grandes con inocencia y ternura, pero claro, mi caso era distinto. Volví mis ojos hacia él y noté que la frialdad que desprendia mi actitud no iba a convencerlo que queria acompañarlo asi que bajando la mirada hablé con tono de disculpa.- Lamento mi actitud, es que solo buscaba continuar con mi hobiie, adoro sacar fotos y no queria traerte problemas con tu amiga... pero bueno, ahora debo irme, ¿Dondé nos vemos para la fiesta?
Luego que me digiera el dia y el lugar podria planear con detenimiento que haria y como, y ya podria dejar de actuar apresuradamente como una loca ciclotimica.

No me molestó nada en aquél ambiente frío y ventozo, sólo podía sonreír innecesariemente. -Bueno, pues nos veremos en el Instituto de Froks, ¿te parece?, yo pasaré por tí y llegaremos a la fiesta.- Fui franco y acelerado, hablé con sierta inquietud en el tono de voz y en un pedazo de papél escribí mi número celular, se lo entregué a Sabrina y me despedí.
-Te veré frente a la entrada.-
Concluí con mi intento de coqueteo y agité mi mano sobre mi cabeza, retornando mis pasos con los chicos a los que había avandonado.
Me apresuré y alcancé a unos cuantos dentro de una tienda de tiras cómicas. -Chicos, volví.- Enteré a quienes compraban un par de revistas bobas. -¿Es hora de volver?- Pregunté mientras observaba por la ventana que el auto en el que llegamos estaba fuera esperándonos.
Geremy, de quien hablaba hace unos momentos, se encontraba conduciéndo, pero me hize presente en el auto y me apoderé del volante, en cuanto todos estuvieron dentro aceleré y salí a la carretera para llegar a Forks. Ya eran borrosas las palabras que crucé con Sabrina, pero aún recordaba cada gesto y facción suya.

La actitud del chico era demasiado impredecible y extraña, por ejemplo, ¿Encontrarnos para una fiesta en el Instituto de Forks? O el chico no tenia muchas citas a menudo o prefería un lugar apartado y solo, ¿quién iría a un estacionamiento un sábado por la noche? Asentí y tomé su numero con fingido interés, colocándolo en mi bolsillo, ya que no pensaba llamarlo hasta el dia del encuentro, peor al menso tendría su olor para rastrearlo si podía descubrir algo. Sin muchos más preámbulos él se fue y yo opté por echar una mirada más a la extraña mujer que parecía divertida observando nuestra conversación, pero luego suspiré y volteé hacia la calle que estaba atestada de todos los compradores del Centro Comercial, para perderme entre ellos e ir formulando mi plan recordando cada palabra intercambiada con el muchacho.
Era lógica, calculadora y desconfiada, una combinación perfecta para poder sacarle información a ese insulso humano y matar fríamente a su amiguito como él hacia con los que lo rodeaban. Sonreí, la idea me deleitaba.

//Off: Cierro a pedido de Sabrina y Ray