Invirtiendo los papeles (María Paula, libre.-Mañana)

Salí de la cabaña, o lo que pretendía parecerse a una cabaña. Para mí era un pocilga donde Vivian vampiros cuya existencia ni me interesaba. Antes de alejarme lo suficiente escuche el comentario del vampiro llamado Robbie, Estúpido seudovampiro, no sabes en el lio que te has metido. No soy un ángel, de hecho todo lo contrario, dije en mi fuero interno mientras se dibujaba una sonrisa maliciosa en mi semblante. No debo haberse cruzado por mi camino y menos hacer y decir lo que había hecho y dicho, ahora me convertiría en su peor pesadilla. Me encargaría de volver su patética vida en un suplicio eterno del cual no encontraría el fin, plañiría, deprecaría por que le dejase. Pero eso sería en otro momento más determinado, ahora tenía que arreglar asuntos con mi inútil amiga.
Mientras me alejaba de la pocilga y me acercaba a mi casa sentía la furia disminuir, cada paso me colmaba de tranquilidad. Arrastraba, literalmente, a Marie del brazo, esta aprecia estar ebria e ida en un mundo paralelo a este. Tan ajena en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando la avente sobre el sofá de piel rojo.
Me paseaba de un lado a otro, con la mano izquierda posada sobre mi cintura. Había escuchado tantas cosas dentro de esa casa, la curiosidad me comía viva. Primeramente: ¿Que rayos hacia Marie en esa casa, que era de Luna? ¿Qué problemas tenía con esa tal Luna? ¿Cómo conocía a Antonio? ¿Qué era de Antonio? ¿Qué planes tenía en mente? ¿Que se había guardado en el bolsillo del pantalón?
Me detuve de golpe, nada estaba lucido, simples preguntas sin respuesta lógica alguna. No seguía el hilo de sus pensamientos disparatados. Me acerque, la furia volvía, estaba tan ida en su mundo feliz. Sus actos cometidos en la pocilga habían sido tan estúpidos, innecesarios y vergonzosos. Me sentía realmente decepcionada de su actitud, que no me había ayudado para nada.
Le solté una bofetada en su rostro, con tal fuerza que este se volteo. Rechine los dientes y apostaría que si pudiera llorar lo haría gustosa, todo por lo enfurecida que me encontraba.-Eres un estúpida, María Paula. ¿Qué fue lo que paso en esa pocilga enfermiza? ¿Qué demonios estaba pasando por tu cabeza? Parece que no piensas, que tienes aire en vez de un cerebro avanzado. Pareces una estúpida e incontrolada neófita que no razona.-Musite entre dientes, la voz no me salía a gritos por lo enfurecida que estaba. Se suponía que ella era más vieja y por tanto debía ser más lista y audaz, pero los papeles se estaban invirtiendo.

Todo era el y yo, imaginaba tantas cosa que jamas habría imaginado, no lo imaginaba desnudo o teniendo sexo, ni siquiera besándolo, solo lo imaginaba sonriéndome, como si mereciera esa hermosa sonrisa una persona como yo, tan podrida por ciertas causas, las vueltas que daba este infierno me habían moldeado de esta asquerosa forma. -Cambiare, todo en mi sera diferente, hare que me ames a mi en lugar de a Luna...por que yo....
Algo me saco de golpe de mis sueños, en efecto era un golpe, una bofetada, me impresiono ver de quien provenía, Katherine, mi cabeza do un brusco giro, no había dolor aun así como reflejo coloque una de mis manos donde había recibido el impacto, después me dedique a escucharle sin interrupción.
Quería explicaciones, claro, hasta yo quería explicarme que me pasaba, pero no lo sabia aun.
-No tengo ganas de hablar de ello Katherine.- me limite a decir en tono bajo.

Cerré los ojos con vehemencia y determinación, mientras masajeaba mis cienes con ambas manos. Todo era una total ironía. Una burla al sentido común. Pareciera que Marie estaba regresándome lo que yo le había hecho antes de irme; no me daría explicaciones.
Inhale y exhale un par de veces, absorbiendo el aire impregnado por su aroma y otros aromas que se encontraban revueltos, el de Andrés, el del vampiro vegetariano y otro que conocía, pero que no recordaba de quien era, más el mío. Sentí la tranquilidad regresar a mí, era mi amiga y de nada servía gritarle y golpearla por sus actos tontos e insulsos. Me senté a su lado y abrí los ojos lentamente. Su rostro denotaba la confusión en la que estaba atrapada. Sonreí levemente y recargue me cabeza sobre su hombro, la necesitaba no importaba cuan tontos fueran sus actos, ella era mi amiga y el muelle donde amarraba mi barco en los momentos de confusión, así debía ser yo con ella.-Marie, sabes que me altero con simplicidades así que te pido una disculpa.- Musite con suavidad mientras volvía a cerrar mis ojos con más tranquilidad.- Me alegro de volver a verte, no sabes cuánto te he extrañado...Y no sabes lo que sucedió en Roma...Por cierto ¿Por qué mandaste a Matt?-Pregunte sin inmutarme, lo había mandado para que se envolviera en una pelea con Dmitry y luego saliera con Rosalie, para después confesarme su amor. El vampiro era algo extraño. Por el momento hablaremos de mí, pronto seria su turno, tal y como ella lo había pedido.

Mire hacia el suelo, sabia que si levantaba la mirada me encontraría con su total reprobación y molestia, esto era verdaderamente estúpido, me sentía un perrito regañado.
Entonces sentí su cabeza recargarse sobre mi hombro, un leve recuerdo de cuando me contaba sus penas vino a mi un segundo y se fue. Coloque una de mis manos sobre su cabeza.
-Oh mi pequeña Kath, descuida, ya sabemos que ambas estamos locas, una mas que la otra claro esta, pero eso nos une, - trataba de no ir directamente al tema de Matt, pero ella había preguntado, estaba en su total derecho- pues, el solo pregunto y que tenia de malo darle un poco de información de la persona que ambos queremos, bueno Matt te ama jajajaja.- la mire e hice un gesto con mis cejas

Suspire. Tenía razón sobre lo que estaba diciendo, ambos me querían casi de igual forma, pero en diferentes sentidos. Abrí los ojos y sonreí con ternura. Hacía tiempo que no me sentía de esta forma tan llena de tranquilidad, sin disturbios agobiando mi vida y mejor aún, sin la confusión carcomiéndome por dentro. Ahora todo estaba tan claro y lucido dentro de mi mente, solo faltaba decírselo a mi amiga. Deje mi cabeza recargada sobre su hombro, que en tiempos muy remotos había sido tan frio y duro como el hielo y la roca conjuntados en uno mismo. Esos tiempo donde ella escuchaba mis estúpidos lamentes y lloriqueos. -Sé que en los últimos días, antes de que me fuera, me comportaba rara...Pero todo tiene su razón de ser. Matt me confundía al igual que otro vampiro, que supongo no te agradara.-Dije huyendo a su mirada, sabía que tal vez explotaría por decirle que Dmitry tenía las características de Edmund.

Había sentido su indiferencia, no esperaba que su recepción fuera tan seca, claro que tampoco esperaba que hiciera un carnaval por el simple hecho de que nuestros caminos volvieran a cruzarse, pero no esperaba que básicamente se largara a Roma por culpa de un tipo.
-Otro vampiro?-dije con voz baja, en realidad no quería decirlo, era un pensamiento, pero ya lo había dicho, aclararía mis dudas- Otro vampiro Katherine?, como puedes pensar en otro vampiro, no es por nada amiga pero sinceramente, Matt es como el tipo perfecto para ti y tu fijándote en otro?, y por que no me agradara?, habla de una buena vez maldita sea- me había exaltado un "poco", pero era la verdad, desde que lo vi supe que Matt seria el bueno para Katherine.

Ya lo sabía yo. Ahora los papeles volvían a invertirse retomando su respectivo lugar. La voz de Marie sonaba molesta y llena de inconformidad, sensaciones poco agradables. Aleje mi cabeza y la mire, escrutando su rostro que se tornaba bañado en molestia, tal como lo había supuesto, ahora presentía que la bomba explotaría. Decirle todo sería un grave error, pero nunca le escondía secretos. Suspire y cerré los ojos, tratando de hallar la forma de explicarle las sensaciones que tenía y, que hasta determinado momento me había confundido.-Marie...-Dije en un leve susurro y pidiendo disculpas con mis ojos.- No es mi intención, jamás lo fue, enamorarme de dos vampiros. Me conoces sabes que nuca he sido así, pero ahora dos hombres me confunden...O me confundía, ya todas mis dudas están resueltas, amo a Matt, como no tienes una idea. Él fue hecho para mí, es esa pieza que faltaba en mi rompecabezas. Pero otro pieza importante es otro vampiro llamado Dmitry, es extranjero, alto, de rizos dorados...Tan perfecto.- Y tan parecido a Edmund, termine la frase para mi.- Él es la otra pieza importante de mi rompecabezas, mi medicina.

En cierta parte comprendía lo que estaba diciendo, eso de querer a dos personas era algo por lo que al parecer estaba pasando en este preciso momento, pero eso no tenia importancia, ahora ella era la protagonista, yo solo la amiga que hace preguntas, o corrige errores.
-Hay Katrerina - jejejeje en un pequeño tropiezo mi lengua creo un nuevo nombre para Kath- es probable que uno de ellos, y creo sabes a cual me refiero, esta de sobra, solo es momentáneo, el real es el otro, pero ni creas que ignorare el hecho de que no me has dicho porque el tal Dimitry ese no me iba agradar, que hay en el de malo, ademas de que lo acabas de proclamar tu medicina?- sabia que esa descripción me sonaba a algo similar pero no sabia a que.

Ladee mi cabeza y la mire llena de confusión, claro en su mente se había borrado el recuerdo de Edmund puesto que a ella no le había dejado ese daño psicológico como a mí, aun recordaba con dolor y odio esa etapa de mi vida. Suspire con alivio, por lo menos no se pondría a decir de palabrerías y me evitaría el regaño, matando dos pájaros de un tiro. Me encogí de hombros, no mencionaría el nombre de mi fallecido esposo, seguiría la plática como si no me acordara de él.-Creo que era eso mismo, mi medicina. No sé qué sea lo que te impulse a apoyar a Matt, pero está bien si te agrada...Por lo menos uno de tres te agrada.-Dije riendo. Ahora me sentía mejor hablándole con la verdad a mi amiga.

Me daba ganas de sacarme el cerebro y buscar dentro de el a quien me recordaba aquella descripción de la gran frustración que me estaba causando el no saberlo, y Kath seguía sin responder mi pregunta, entonces lo supe, caí en el hoyo indicado, y sabia porque Kath no lo decía de una vez.
Fingí que le escuchaba con atención, incluso reí cuando hizo su pequeño comentario sobre mi.
-Hay Kath- dije con cara de mustia, como si aun no adivinara el porque no me agradaría Dimitry- ya basta, ya se a que te refieres- entonces mi tono cambio- ese imbécil tiene la misma descripción que el bastardo ese que se llamaba tu marido, Edmund,como puedes hacerlo? tu cabeza no funciona de la manera adecuada, como te puede parecer atractivo alguien que se le parezca a ese ... - pensé tantas palabras que ni se le acercaban para poder describirlo- bueno a el, me impresionas, y me regañas a mi?, no hagas que me decepcione, espero que pronto Matt se deshaga de ese infeliz.

Creí que el tema había sido evadido completamente, que ya no recordaba a aquel hombre con parecido, muy poco, a Dmitry. Baje la mirada hasta el suelo avergonzada de mi gran estupidez, hasta yo misma me golpearía si no fuera porque el hombre de verdad me atraía, aunque no de la misma forma que Matthew. Levante lentamente la mirada para encontrarme con la suya, llena de furia, ahora imaginaba que si fuese humana estaría cambiado de colores constantemente, pasaría del rojo al azul, y así una gama inmensa dentro de su rostro pálido. Solté una pequeña risita al imaginármela de aquella forma tan ridícula.-Marie, Marie, debes de tranquilizarte. Creo que no eh sido muy clara. Amo a Matt más que a mi propia vida, es mi complemento...Esa parte de mí que se había perdido en algún lugar. Pero al mismo tiempo es tan similar que es increíble. Y Dmitry es...No se cómo explicártelo, Marie. Pero ya basta de mi...Es tu turno ¿Cómo es que conoces a Antonio?- Aún existía la duda en mí del porque conocía a aquel vampiro del que la tal Luna había preferido no mencionar ni su nombre.

Bueno si, me había alterado demasiado, pero es que no podía concebir que ella aun buscara a alguien con las mismas características que aquel infeliz.
Al menos estaba completamente segura de estar enamorada de Matt, por quien yo votaría si ella pidiera mi opinión, cosa que yo perfectamente sabia, ella jamas haría.
Ahora que ella había "aclarado" mis dudas, sabia que tendría que recompensarla con una moneda del mismo precio, informarle de mis asuntos con Antonio y del porque estaba yo en aquella cabaña.
-Oh mi querida, como explicarte de un modo fácil y sencillo esta larga historia, que prácticamente se resume en largos dias y noches, de los cuales no creo que quieras enterarte, supongo comprendes el porque, pero descuida, ya paso, solo fue un amorio pasajero.

Me sorprendio mucho saber que mi amiga habia estado interesada en algun vampiro, que no era un simple juego, que la realidad es que estaba enamorada de el. Yo siempre habia querido ver a Marie enamorada, pero nunca fue asi, siempre estaba en capa de desinteres total hacia los hombres. Y ahora me habia perdido de aquella etapa, que parecia haber pasado, suspire y sonrei.-Me hubiera gustado verte enamorada, Marie.-Dije mientras cerraba mis ojos nuevamente, ahora todo corria con total calma, pero aun tenia mis dudas, una gama infinita de dudas que seguian flotando en el aire que estaban relacionadas entre si. -Pero sigo sin entender...¿Que hacias en casa de Luna?

La miraba masticar mi respuesta, saborenadola, probando que tenia de malo y que de bueno, y cuando respondió fue una respuesta irreconocible en ella, como si en verdad le hubiese gustado verme en ese estado tan estúpido, muy parecido a estar drogado o ebrio.
La mire totalmente sorprendida - jajajajaja cariño, en verdad querías verme en ese estado?, pues mira, el hecho de ir a casa de Luna para buscar como destruirla por dentro me ayudo a encontrar a la verdadera persona que no es hecha para mi y aun asi la deseo solo para mi. Andres , felicidades, mírame, estoy enamorada.

Abri los ojos sorprendida de lo que Marie argumentaba. El amor era impredecible, por completo. En gustos se rompian generos, pero los de ella eran excesivos, estupidos incloso...¿Como le podia gustar un gana pan de segunda que nos habia tratado como un par de basuras? Tal ves mi amiga no comprendia el hecho en el que ese ser nos habia tratado, como dos viles locas sueltas por el mundo devastador. O quizas estaba ciega....U otra opcion era que le encanatba que le tratasen mal. No lo se alguna debia de ser la respuesta correcta, cual, ni idea. Suspire con una gran frustracion, frunciendo el ceño.-¿Por que no te puedes buscar hombres que verdaderamente te aprecien, Marie?-Susurre con tono amargo