Casualidades (Chelsea, libre.tarde)

Aún paseaba por los bosques de Forks, esperando la señal de Matthew para irnos a Lombardía a seguir con el jueguito que nos traíamos en las manos.
Corría a una velocidad lenta, como si fuera una humana paseando por los alrededores, olía cada fragancia que me brindaba el lugar que estaba impregnado de olores de vampiros, híbridos, algunos humanos y sobre todo de la naturaleza imponente y perdurable.
El aburrimiento me carcomía con lentitud, ya no podía pasar al territorio de los lobos, no porque me lo prohibieran ellos sino porque se lo había prometido a Matthew y no rompería aquella promesa hecha, no lo decepcionaría.
Tampoco podía ir a pararme a casa de los Cullen dado a que me eran aburridos, vampiros tratando de ser humanos, algo que me repugnaba e indignaba. ¿Cómo era posible que quisieran actuar como esos seres insignificantes? ¿Cómo podían rechazarse a sí mismos? Claramente tenía una autoestima muy baja, podría asegurar que estaba pisoteada y por los suelos, cualquiera podría humillarlos. Lamentablemente yo no me estaba creando una buena fama, no me estaba ganando amigos, sino más bien, me ganaba enemigos. Mis enemigos eran los Cullen y los licántropos, unidos parecían indestructibles, anhelaba con fervencia que alguien fuera capaz de derrotarlos, de hacerles ver el mundo tal y como era, no como ellos querían pintarlo.

Calme mis pasos rápidos hasta volverlos lentos, cada vez me dirigía a aquel lugar donde habíamos secuestrado al hibrida Anya, aquel lugar donde se había pasado un momento divertido pero que ahora se tornaba aburrido, un cementerio tenía más diversión y vida que Forks.
Llegue al centro del claro y me deje caer con la suavidad de las hojas que caen al compás del viento hasta toparse con el suelo. El pasto era verde y grande, tanto que cuando me senté me cubría hasta los hombros, las flores se mecían con el suave baile del viento y este mismo jugaba con mis cabellos y se estampaba con mi rostro.

Comenzaba a cuestionarme tantas cosas sobre mi vida pasada, existían tantos recuerdos que estaban perdidos en mi frágil memoria de humana, solo se mantenían vivos los recuerdos dolorosos que me agredían cada que podían.
Me preguntaba cómo se sentía el viento al golpear mi rostro, como sería su tacto si frio o cálido, como sería poder cansarme por tanto correr, como se sentía no tener el aire suficiente para respirar. No recordaba cómo se sentía llorar, ni el dolor físico cual fuera, una quemadura, pincharme un dedo, rasparme, todas aquellas sensaciones habían dejado de existir en mis, solamente poseía sentimientos y eso me recordaba que aún estaba "viva".
Puse los ojos en blanco y bufe, ¿Porque pensaba todas aquellas estupideces? Era infinitamente mejor ser un inmortal poderoso a ser un simple humanos, tan frágil. Me deje caer hasta acostarme, dejando una vez mi mente en blanco, solamente escuchaba los sonidos que estaban a mi rededor. Todo corría con la paz habitual del lugar hasta que escuche unos pasos acercarse a donde yo estaba. Mis sentidos se alertaron, podía ser cualquiera y era mejor estar preparada...

Seguia observando aquel territorio Cullen, el insignificante y muerto pueblo de Forks no se porque, seguia con la ligera sospecha de que ocultaban algo, era como si tuvieran miles de cosas desordenadas, mal hechas, y todas ocultas bajo una ligera sabana que, al primer viento podia descubrise sin mas.

Me adentre mas y mas en el bosque, escuche los pasos de lo que podia se una pantera, no tenia intencion de matarla para beber su sangre, no resultaba asqueroso. Sangre de animal? porfavor!! que horror de alimento no se podia compara nisiquiera una milesima con la exquisita sangre humana.
Era como elegir para beber, un buen vino oh agua sucia del mar.

La pantera me miro, le convenia no acercarse a mi... pero la ingenua no lo hizo. Pobre.
Salto sobre mi y enseguida sin mucho afan, yo la azote hacia un arbol haciendo que de esto sucediera un fuerte golpe, seguro se le habia roto un hueso o varios, enseguida la Pantera supo lo que le esperaba, prefirio correr, correr y correr sin mirar atras, como lo hacian todos los vampiros que estaban a punto de morir cuando se les sentenciaban. Siempre intentaban huir.

Solte una gran risa, que alegro mi animo, esa pantera ya no viviria mucho.
-Que pena.- dije para mi sarcasticamente. Y volvi a reir.
- Aghh... que asco..- me dije al ver que tenia en las manos sangre del animal, seguro lo habia rasguñado, no iva a beber esa sangre claro que no, ya habia pasado a Seattle, creando varios cadarveres. Ademas como ya habia mencionado esa dieeta no me llammaba la atecion.

Fui caminando -ah paso de humano- sin hacer fuerte ruido, no queria llamar la atencion, no tenia sentido aunque bueno si algun debil humano me viera con las manos llenas de sangre argumentaria una excusa oh lo mataria divertidamente... bueno al menos para mi.

Por fin llegue al claro elegantemente me sente a la orilla sin ensuciar una milesima mi capa, ni mi vestido que llegaba a los talones un vestido sin duda hermoso para cualquier espectador, color azull orfanato con ciertos toques de gris. Hablando de buenos gustos me acorde de mi alquelarre y enseguida me acorde de Chelsea, tenia que hablar con ella.

Senti la prescencia de alguien mas, un vampiro, no era Chelsea, la hubiera reconocido al instante era alguien mas, deje de lavar mis manos, no importaba quien fuera estaba discretamente alerta y preparada ante cualquier ser que viniera...

Resién llegaba de Volterra, me habían enviado a verificar la situación en el área Cullen, mientras me dirigía a casa de los Cullen, a un paso veloz, un aroma conocido se me atravesó. ¿Jane? No sabía que ella estuviese aquí. Dije para mí misma. Con un toque de insinuada curiosidad me dirgí a encontrarla, podía escuchar a lo lejos sus pasos, mientras igual algun animal, y...otro vampiro. Aceleré notablemente, justo antes de toparme con Jane pude presenciar un enorme claro dentro del bosque.
Con indiferencia me acerqué a él, podía oler cada vez más el aroma de la vampira desconocida, me acercaba a ella, quien se encontraba tirada entre los arbustos.
Me fatigaba ver tanto verde en el paisaje, así que decidí patear y romper las flores a mi paso, dándome un poco de diversión.
Estando a unos cuántos metros de la vampira me presenté. -Espero y te divierta derrumbar la dignidad de un vampiro al juguetear entre las flores.- Dije con poco calor en la voz. -Mi nombre es Sulpicia Vulturi, me parece que conoces a Chelsea y a Jane, ¿no es así?- Insinuaba y me digera que ellas se encontraban cerca de ahí.
Con la indiferencia a espaldas, pude diferenciar de entre los gigantes verduzcos el tono blanquesino de la piel de Jane, giré la vista y pude identificar su fisionomía entre las plantas.
Con un pequeño ademán la invité a donde yo, esperando una respuesta o justificacción a su presencia en aquél lugar, tan verde, tan asqueroso, tan aburrido, y tan aborrecedor.
Con la mirada fulminé a la vampira, quien seguía en el suelo, mientras el ventuzco movía tan peresosamente mi túnica, ocultando del ambiente mi piel diamantada; decidí colocarme en cuclillas, para poder cinversar mejor con la que se me volvía una persona conocida.

Enseguida reconoci otro olor cerca del area entre esos olores se encontraba el de Chelsea, el de la vampiro desconocida, y el de.... ¿Sulpicia? ¿que hacia ella por aqui? Mi mente se lleno de intriga en ese instante.

Ella se dirigio antes que nada a la vampira que, al parecer, se encontraba acostada jugando con el pasto y las flores, haciendole ver reflejada en ella, la ternura.
En cambio Sulpicia se acerco a ella con cierto asco en ver esa imagen de ternura, asi que quizo estropear la escena cursi pateando las flores mientras se acercaba a ella.
Eso al instante me hizo reir.

Enseguida que Sulpicia se acerco a la vampira, le hablo como en un tono entre frio y burlon, haciendome una seña en modo de que fuera ya que me menciono a mi y a Chelsea.
-Hola Sulpicia, que sorpresa tan agradable encontrarte por aqui...- dije aun sorprendida.
-De hecho no, no la conosco apenas la acabo de ver, una desconocida para mi.- Bueno no por mucho.
-Mi nombre como habia dicho Sulpicia, es Jane... Jane Vulturi..- Pronuncie este ultimo con cierto aire de grandeza y con una sonrisa...

Estúpido Aro, ¿por qué tengo que ser yo la que venga a vigilar a los despreciables vampiros de Olympic y Forks? Me preguntaba, quejándome de estar en aquél lugar, olvidando por un momento que mis amigas se encontraban en el lugar que yo más odiaba en el mundo, luego de Alaska.
Me aterraba un poco la idea de ver siempre verde el lugar, un color que denota vida, odioso, almenos para mí.
Jane se acercó al centro del claro, y al reconocer su bienvenida pude mostrar una sonrisa de desentera satisfacción. -Lo mismo digo Jane.- Me sorprendió el hecho de que Chelsea no estuviera en compañía de Jane, así que me vi obligada a preguntar por ella, estropendo la presentación con la chica. -Bueno, a fin de cuentas, ¿dónde está Chelsea?- Recordé de momento que la vampira desconocida no era de lo ,ás virginal, me parecía haber escuchado de algunas personas que habían roto acuerdos en este lugar, sólo esperaba que no fuera ella, o alguna persona que me pudiese interesar. -¿Y tú quién eres?- Dije en un tono desagradable, tratando de interrogarle, de manera que no tuviese que fastidiarme más.

Al momento que disipé todo pensamiento de que el Sol no saldría en esos momentos me dehize de la túnica que tanto me estorbaba, la tomé de un jalón y la arroje lejos de mi paradero, indiferente de donde cayera. A un segundo buscaba la manera de llegar al grano, saber quiénes habían roto las reglas, pero como los únicos que posiblemente lo supieran eran los Cullen, o Chels y Jane, pues nesecitaba deshacerme de la vampira para poder conversar a gusto con Jane. Sólo esperaba la oportunidad.

Esperaba el momento adecuado para realizar alguna acción. Cerré mis ojos con determinación y deje fluir los aromas hasta a mí para dar con aquel vampiro que me hacia compañía.

El viento fue rápido y me trajo el olor a sangre fresca de animal. Vegetariano. Dije en mi fuero interno, con repugnancia y desagrado.
Ahora las posibilidades comenzaban a carecer, podía ser cualquier Cullen o un vampiro nómada que comía animales con el mismo tipo de pensamientos que el de los Cullen.

Me quede como una escultura en el suelo, sin moverme ni hacer ruidos, sin siquiera respirar ni abrir mis ojos rojos como la sangre. De alguna dirección escuche otros pasos avecinarse con rapidez, podría ser uno de sus amigos. La idea me desespero hasta lo infinito, no quería tratar con dos estúpidos vegetarianos o Cullens, me aburría la idea.

Pronto los pasos se detuvieron, el olor era diferente, más fuerte y propio de un carnívoro, este se acercó a mí con pasos sutiles y decididos, sentí su presencia cerca de mí, a solo unos cuantos centímetros de distancia. Hablo con un tono frio y hostil, era una mujer que se presentaba y le hablaba a otra más. La otra que yo suponía era vegetariana se acercó a nosotras y saludo de la manera más cálida que escuchara en mi vida, y eso me provoco nauseas.

Escuche atenta lo que se decían y como se presentaba. Eran Vulturis, ellas lo habían dicho. Las tan temidas Vulturis, a los únicos seres que todos los demás parecían temerles, incluidos los Cullens. Abrí lentamente mis ojos y las mire paradas, una a cada lado, penetrándome con sus miradas. Mis ojos iban desde la pequeña niña de cabellos rubios y ojos rojos, hasta la alta e igualmente rubia.

Sonreí de lado y les clave la mirada con indiferencia, sus capas, sus vestidos su arrogancia, todo en ellas era cierto como suponían que eran los vampiros de la realeza. Me pare con un movimiento grácil y me sacudí el detestable pasto que se había adherido a mi elegante ropa.
-Sulpicia, Jane.- Musite con enfado tiñendo mi voz en forma de saludo frío.- Soy Katherine- Entone mirando a la rubia de cabellos largos, clavándole mis ojos rojos.

Mi mente comenzó, entonces, a planear. Suponía que andaban vigilando el lugar, tratando de encontrar alguna falla, entonces yo conocía demasiadas fallas de los Cullens, desde el neófito hasta que varios vampiros entráramos a la reserva. Claro no les haría saber que yo lo había hecho, protegerme era lo principal a mí y a Matthew. Bien podíamos aliarnos, o bien podían matarme ahí, como fuera me daría igual le caso era deshacerse de los Cullen.
-Vulturis...-Repetí para mí- Se supone que ustedes deben hacer cumplir las reglas tal y como son... ¿No es así?- Canturree con un poco de interés desviando mi mirada al cielo abarrotado de nubes grisáceas.-Porque si es así yo tengo información muy valiosa y muy útil- Deje que una sonrisa llena de malicia adornara mi perfecto rostro, malicia que no solo cubrió mi rostro sino que llego hasta mis ojos.

Deseaba la muerte de los Cullen más que cualquier otra cosa y ellas eran una buena palanca con la que podía contar en mi cometido.

Al escuchar su voz pasar a un tono admirable paré la oreja, puse demasiada atención, más de la que pudiera querer darle a alguien en ese momento tedioso Al procesar su maliciosa información solté una pequeña sonrisa.
Ansiosa de saber lo que tramaba dije: -Si tienes algo util que decir dilo.- Insité a Katherine con una voz complaciente, esperando a su "información valiosa". -¡Ánda!, ¿Qué esperas?, ¡Dilo!- La presioné aún sonriéndo, intentando adivinar sus palabras.
Me olvidé por completo del lugar y de Jane por unos instantes, en espera de la voz soprano y algo fastidiosa de la chica que con su gesto y sus acciones, empezaba a entrar en mi mundo, en uno de mal gusto, de envidia, de odio, de placer doloro, de muchas cosas que son temiblemente horrorosas, pero que me encantaba divisar en mí. Espero y tenga que ver con los Cullen, así podré excusar mi visita a su casa. Me dije en la mente.
De pronto me invadió el odio y comensé a hablar en voz inaudible, casi para mí. -Malditos vegetarianos despreciables, ¿porqué no se buscan otro mundo de arcoiris para celebrar su innaturalidad,- Sin querer mi voz subió el volumen. -no soporto que aún vean el mundo como unos simples humanos, tan incrédulos e impertinentes.- Olvidé que ellas me escuchaban. Sonreí.. Aún así me valió menos que una vida humana, en fin, para mí ese tipo de vida éra lo que podía tener menor valor. Sonreí de nuevo intentando justificar mi actitud infantil que compartía en ese aspecto con Jane.

Despues de la pequeña visita a los Cullen, estaba algo molesta pero gracias a que sabia canalizar mi ira me tranquilize, sali a dar un peuqeño paseo para relajarme y olvidarme de muchas cosas.

Territorio Cullen por asi decirlo uno de los lugares mas despresiables a mi parecer ya que ellos para nada me agradaban si fuera por mi ellos ya estarian muertos, pero tenia que ser respetuosa anque suponia que no me esperaba nada bueno al regresar pero tenia que afrontarlo sin mas.

El paseo empezo en el bosque y sin darme cuenta llegue al Claro, uno d elos lugares mas representativos de los Cullen empeando que casi todos nuestros enfrentamients habian sido en ese lugar. A pesar de eso la mansion Cullen no estab atan lejos del lugar.

Sonrei y senti el efluvio mas conocido el de mis compañeros y una de las señoras, Sulpicia y Jane estaban en el lugar asi que tenia que reunirme con ellas anque suponia que ya sabiran que estabacerca de ellas, al acercarme senti otro efluvio pero este no lo conocia para nada.
Sonrei al ver a amabas y las salude con un gesto y una leve reverencia, observe a la otra chica y sonrei un poco mas.

-Lamento llegar tarde, Jane, mi Señora que las trae por aqui?- les mencione olvidandome por un momento d ela otra chica. La observe y salude cortesmente ya que era un vampiro y susu ojos me delataban que tradicional. -Me llamo Chelsea, Chelsea Vulturi- le mencione haciendo enfasisi en mi apellido que tanto me gustaba mencionar.

Ignoraba casi por completo la ventuzca que traía consigo el aroma tan familiar de Chelsea. Aún esperaba que la tal Katherine hablara.
Cuando presencié la voz de Chelsea en el Claro, sólo pude responder a sus saludos con un ademán, prestando poca atención, aún con la mirada fija en la vampirilla.
Sea lo que sea, presiento que será de utilidad, pero antes de ir de nuevo a la casa de los Cullen debo ver a esa chiquilla. Me dije en el pensamiento, figurando el rostro maduro de la niña que ví segura de sí misma cuando pisé el lugar en donde me encontraba, el lugar en el que el señor aro había quedado de alguna manera en vergüenza, dejando vivos a los que yo deseaba tanto desaparecidos.
Miré a Chelsea un poco acelerada, pero no me causaba molestia romper una que otra hoja verde que se encontraba en mis cercanías, a mi alcanze, que se encontraba notablemente en un peligro fuera de lo común. Volví a sonreir al destruir otra de las hojitas que había planeado destrozar. Mi pensamiento se distrajo de lo que esperaba, saltando al momento en que Aro me confió la libertad para salir del Castillo por primera vez a solas, en el momento en que era por la encomienda de llevarle a la Familia Cullen entera, al planear el supuesto "secuestro" de la híbrida, cosa que no había confesado a las vulturi hasta esos momentos. Armé en mi mente en tan sólo unos instantes la manera de decírselos, y ese momento sería justo cuando fuera al encuenbtro de la híbirda, la famosa híbrida de Olympic.

La desesperación de la tal Sulpicia se destilaba de su ser, haciéndola palpable. Sonreí de oreja a oreja al saber que tenía la atención de la rubia que parecía ser la que lideraba a la otra de aspecto aniñado.

Creí, hasta cierto punto, que yo era la única que detestaba a los insípidos Cullen, siempre creyéndose los dueños del lugar, imponiendo reglas y tratando de obligar a los demás para seguir algo que no estaba escrito, y alguien debía frenarlos, fueran quienes fueran. Así tuviese que vender mi alma al diablo los vería plañir bajo los Vulturis.

Mis ojos iban y venían de la pequeña a la alta, viendo como esperaban, como me miraban con arrogancia y que al mismo tiempo trataban de apremiarme para que soltara los secretos que seguramente tendría guardados. Y de repente escuche otros pasos sonoros y delicados acercarse a nosotras, mire en su dirección a la espera. Las vampiras de la realeza aprecian no inmutarse, como si aquel vampiro que se acercaba fuera un conocido al cual esperaban.
Instantes después apareció. Una capa de un gris cubría todo su cuerpo, al instante supe pro que había tanta calma en el lugar, ella también era un Vulturi.

Tan pronto estuvo cerca de las rubias saludo con amabilidad a la primera, con respeto y casi devoción a la segunda llamándola "mi señora". ¿Tan importante era la tal Sulpicia? No tenía idea, aun así no me hacía mal un poco de humildad frente a ellas.

Antes de que siquiera dejara ver la información que tenía sobre los Cullen debía asegurar mi futuro y el de Matthew, no haría negocios sin antes estar segura de que ellas no me tocarían y mucho menos a Matthew, quien no tenía nada que ver en todo el asunto.

Tome uno de mis rizos y juguetee con el mientras rodeaba a Sulpicia.
-Hola, Chelsea, soy Katherine.- Musite con amabilidad.- Antes de que te diga todo lo que se sobre lo que paso en los alrededores... Tienen que prometerme algo a cambio.- Dije en el tono más desenfadado.- Cambiare información, solo si me aseguran que esto no me afectara ni a mí ni a... Mi amigo. ¿Qué les parece el trato? Yo les doy la forma de acabar con los indeseado y estúpidos Cullen, si ustedes no nos hacen nada. Y claro, si desean que les ayude bien puedo hacerlo.-Sonreí de forma complaciente y estirando una mano.

Todo sucedio en cuestion de minutos, Katherine nos daba una jugosa oferta de informacion queque podian acabar con ciertas vidas. Esas vidas eran nada mas ni menos de los "queridisimos" Cullen.
Esto parecia un rompecabezas en el cual ya se estaban juntando las piezas para una aniquilacion placentera, enseguida sonrei ante ese pensamiento mio.

Despues de unos cuantos segundos Chelsea ya se habia situado a nuestro lado saludando e informandose de los sucesos.

-Hola Chels...- le dije con una sonrisa pero sin dejar de apartar sobre lo que teniamos que discutir.
-Las explicaciones solo pueden llevarnos a responder que se tratan de simples casualidades.- le dije refiriendome al porque estabamos en aquel lugar.
Como todo aquel que nos ofrecia informacion la vampira pedia algo ah cambio: Mantener su inmortalidad y proteger la de su compañero oh lo que fuera de ella.

Sin dudarlo pude saber que ella habia cometido mas de un hecho no autorizado por nosotros. La ley de este misterioso mundo inmortal. Me sorprendio un poco que supiera sobre los Cullen pero pensandolo bien este era un reducido pueblo donde todos estaban informados de todo.

-Informacion y complicidad a cambio de tu inmortalidad siempre se pide algo ah cambio humm suena bien pero... pides tambien que tu... compañero la pueda mantener eso significa involucrar a alguien mas no se si el este informado de todo esto, y cuales sean sus intenciones parecidas a las tuyas oh con sintomas de afecto hacia los Cullen, lo que, dentro de el caso lo que lo puede hacer mas peligroso para nosotros, se tambien que hay posibilidades de una emboscada oh una traicion por parte tuya y de tu amigo lo cual no te conviene ya que moririas de una forma desgarradora junto con tu compañero.- Se lo dije con firmeza, seriedad y elgancia ya que me parecia correcto advertirle todo aquello, ya que me gustaba hacer bien hechos los tratos asi como el trato de Victoria hace un tiempo.

-Los vulturis tenemos mucha experiencia y discrecion por lo tanto te pedimos esta ultima, y por supuesto que nos cuentes absolutamente todo, hasta los "crimenes" por asi decirlo que hayas hecho y asi ver que cartas en el asunto tenemos y tomamos...-

Al parecer habi llegado en el preciso momento de las declaraciones, esta fase siempre encantaba, las avenazas que se hacian presente como simples advertencias eran la mejor parte de esto. Le dedique una sonrisa a la chica Katherine, a simple vista era agradable pero al parecer mi compañera y la señora Sulpicia no lo veian así.

Me mantuve callada hasta que escuche las ultimas palabras de Jane hablando acerca de los Vulturi´s. Sonrei un poco y observe a la chica.
-Bueno supongo que si tienes algo que decir deberias decirlo ahora y no te preocupes por tu "seguridad " y la de tu amigo estaran a salvo siempre y cuando digan la informacion correcta ya sabes las cosas no saldran de aqui ni mucho menso revelaremos quien nos proporciono tal informacionya que no nos convienen a ninguno de los dos partes, digamos que este sera nuestro secreto - Le mencione con una amplia sonrisa y observe a Jane y a la señora Sulpicia ya que estaba segura que la informacion que nos porporcionara la chica seria de mucho ayuda.

Al pareer no solo los Vulturi´s detestaban a los Cullen´s, si no habia mas personas detras de susu cabezas y eso me agradaba seria una pelea campall o por lo menos eso esperaba. -Y si deseas unirte a nosotros eres bienvenida cualquier ayuda es siempre bien resivida- le mencione con una sonrisilla picara y malevola a la vez.

Sonreí complacida al saber que yo no era la única que quería ver a los Cullen fuera de la faz de la tierra, ellas lo deseaban tanto como yo.

Estaba completamente consiente de que mis pecados serían castigados... O tal vez no. ¿Quién se podría imaginar que los Vulturis fueran tan amables? No lograba comprender por qué les temían tanto los tediosos Cullen y a decir verdad no me interesaba, solo me interesaba verlos muertos, sobre todo a la tal Rosalie.

Asentí al ver que aceptaban mi oferta, nuestra integridad por información que acabara con los vampiros vegetarianos. La idea me fascinaba. Pero no todo puede ser miel sobre hojuelas, al mencionar a mi compañero supusieron que él tenía que ver en todo esto, cuando él ni siquiera tenía idea de mis tratos con ellas.

Suspire y me pasee de un lado a otro tomando mi barbilla y sopesando cada una de sus palabras. Podíamos llegar a un trato justo y con las dos partes ganando algo que nos convendría en el futuro.

-Bien, él no sabe nada de esto que estoy haciendo, así que no tiene mucho que ver y les puedo asegurar que no se opondrá si llega a enterarse.- Dije en el tono más calmo que pude soltar.- ¿Mis pecados?- Solté una risa irónica y las mira con arrogancia.- Mi vida está llena de pecados y crímenes que debería pagar, y más son en cambio otros pagan por ellos. Pero confíen en mí, no me agradan los Cullen, los quiero ver muertos, sobre todo a esa insignificante hibrida. Así que mis errores están de más, lo importante aquí son ellos y lo que han hecho y permitido.- Dije con una sonrisa pícara iluminando mi semblante.- Entonces, antes de decirles lo que se, me aseguraran mi inmortalidad y la de Matt, o no.

Pare mi caminata y me cruce de brazos mirando fijamente a las vampiras.

Me fastidió su manera de negociar, así fue que mi desesperación explotó y me hizo enfurecer. Me lancé a velocidad considerable frente a ella, sólo un centímetro separaba mi rostro del suyo, no me limité y dejé a parte los modales, me dí cuenta de que mi mano reposaba sobre su cuello, rodeándolo de forma amenazante. -Mira, sólo danos la información. Si es útil ten por hecho lo que nos pides.- Mi rostro denotaba tedío, y al momento en que se enfrió mi enojo mostró tranquilidad, la solté de manera instintiba, regresando a la cordura y a la indiferencia que me caracterizaba. Retrocedí un par de pasos y la amencé. -Te advierto que no puedes jugar conmigo.- Una sonrisa destelló en mi rostro, pero una mirada fría seguía culminando a la tal Katherine.

Miraba a la espera de que aceptaran mi trato, estaba completamente segura de que no diría nada a menos que aseguraran a Matt, bien podían aceptar o simplemente matarme y quedarse con las dudas flotando dentro de sus mentes.

Esperaba una reacción diferente, sin llegar al contacto físico, pero parecía que ella no gozaba de paciencia, como la que yo ahora gozaba. Al ver a Sulpicia atacándome desprevenida, tomándome del cuello con fuerza, clavándome una mirada llena de furia y saltando unas amenazas llenas de veneno me recordó a mi antes de conocer al apacible de Matt, cuando yo llegaba a verme tan ridícula como lucia ella.

Sonreí de lado y le sostuve la mirada con la arrogancia coloreada en mi semblante. Querían información y yo era la única que estaba dispuesta a dárselas, o podía unirme a los Cullen y eso me apetecía menos.

La vampira retrocedió y se tranquilizó tan rápido como se había enfurecido, yo la miraba con calma, tan pasible como era capaz de ser, llevando acabo lo que había aprendido de Matt.

Suspire y enarque una ceja, manteniendo la sonrisa.-Sulpicia, solo me aseguro, y también te digo que nadie te va a dar esta información, ya que aquí se protegen los unos con los otros, la única segura soy yo.-Musite con dulzura, manteniendo mi mirada arrogante sobre la rubia.- Solo te digo, no le hagas nada a él, a mí me puedes torturar hasta que muera, pero sí sé que le haces algo a él te juro que no te diré nada y advertiré a nuestros enemigos sobre esto. De alguna forma debo morir ¿no?- dije con calma.

Sabía que estaba tentando demasiado a mi suerte al decir aquello, pero no me importaba no les temía y ellas no eran absolutamente nadie para ordenarme, se creían la realeza pero no lo eran.

Camine con pasos cautelosos de un lado a otro, recordando lo que había visto en el lugar, lo que había vivido. Había tanto de donde sacar que podía dañar a los vegetarianos.
-Veras, para empezar dejaron venir a un clan igualmente vegetarianos, estos traían a un neófito consigo, no causó daños pero aun así convivio muy pronto con los humanos poniéndonos en riesgo a todos, ese clan se ha ido pero aun así ahí está la huella. Luego hay tantos carnívoros rondando por aquí, amenazando con matar hermanos dentro del pueblo donde pueden descubrirnos. Se han fortalecido con los lobos, y estos amenazan con matar a cualquier vampiro carnívoro que cruce, mas aparte los Cullen están disparos-Dije con aire despreocupado, mirando mis uñas eternamente cortas.

Observe como Sulpicia se habia comportado, se parecia tanto a Aro cuando se enfadaba que no habia diferencia entre uno y el otro, sonrei al ver a la chica en el suelo, la tortura era uno de mis mejores pasatiempos y era el que mejor llevaba acabo, siempre lograba lo que deseaba y suponia que por ello era una Vulturi.

Katherine se incorporo agilmente y me quede callada simplemente observando y escuchando lo que la vampira tenia que decir, en realidad no sabia si era una buena informacion o simplemente cosas sin importancia que ya se sabian de antemano.

Escuche sus comentarios con demasiada cautela y atencion, si lo que desia era cierto los odiosos Cullen estaban preparados para una muy buena batalla la diferencia de esto seria que no ganarian con ninguna facilidad.

-Estas segura de lo que dices?- le pregunte con un tono un tanto superior y demasiado duro. Teniamos que estar seguras antes de poder actuar ante esta situacion tan desagradable. -si lo que dices es verdad una guerra se aproxima y es mejor que tomes el lado correcto- le mencione mientras la observababa. -Tú y tu compañero serian bienvenidos en el clan, piensalo los Vulturis son la emjor opcion en estos momentos... con nosotros o en nuestra contra- dije por ultimo mientras observaba a Jane, ya que se habia quedado demasiado callada.

Miraba a la expectativa de la respuesta dada por las mujeres. Ninguna hablaba, todo en silencio, sumergidas en un océano de pensamientos.
Suspire y puse los ojos en blanco, me desesperaba la idea de tener que esperar a sus lentos movimientos.

Jane y Chelsea parecían no tener mucho que decir, las actrices dentro de esa escena éramos su ama Sulpicia y yo, ellas solo nos miraban con cautela, a la espera de que nos atacáramos y tal vez me terminaran destrozando.

Sonreí con un poco de burla retocada sobre mis labios y dirigí mi mirada desdeñosa a Chelsea, quien por fin se dignaba a hablar y me hacía una propuesta que no estaba dentro de mis planes.

Estar dentro de un clan nunca había estado dentro de mis múltiples planes, aun siendo el de los Vulturis al cual parecía que todos soñaban entrar, pero tener influencias dentro de él era mejor, alianzas sin tener que estar directamente dentro del clan, poder ser libre como lo era hasta ahora.
-Te agradezco tu fructosa invitación para estar dentro de tu clan, pero nunca ha estado entre todos mis mejores planes estar dentro de uno.-Musite con amabilidad, aquella amabilidad tan propia de Matt y una sonrisa amable.- Más sin en cambio, estaré de su lado, ténganlo por seguro, siempre que me necesiten. Claro todo debe de ser reciproco.- Sentencie.

Ahora solo faltaba ver la respuesta y estar cautelosa ante sus movimientos.

Pasaban las cosas tan rapido que parecia que pronto llegariamos a un acuerdo.
Me quede en total silencio ah esperar las respuestas y comportamientos de todas, ah examinarlos y luego reaccionar ante aquello.

Eln Sulpicia note su desesperacion por saber, en la tactica que siempre usaba para este tipo de tratos podia ser tan agradable, educado y parecer tan inocente como lo hacia creer Aro oh bien, en su punto de desesperacion, en su limite, salir de sus casillas aterrorizando y causando daño a lo primero que viera, en este momento estaba en algun punto medio de ambos.

Katherine se notaba calmada oh eso queria aparentar, sabia que si movia bien las cartas lograria lo que se proponia oh bien en un paso en falso moriria facilmente, sabia que eramos un peligro, pero no sabia la importancia ni cuanto estaba jugando en ciertos momentos con su suerte. Nos queria brindar informacion ah cambio de un lazo de lealtad y proteccion hacia ella y su compañero.

Por otra parte Chelsea se encontraba en una estrategia parecida a la mia, observando silenciosamente la escena hasta que decidio romper su silencio argumentando sobre si era cierta la informacion que nos estaba brindando y haciendo una sutil informacion acerca de unirse, me quede en silencio pero con una mirada firme despues de aquello.

-Bien por lo que veo tu ya te traias algo con los Cullen's no se quee ni preguntare porque no es lo que me interesa, lo que quieres esque paguen, que sufran, y bien para eso recurriste a las personas indicadas los que establecen las normas, y que en el caso de que no se cumplan nosotros las hacemos pagar. Ahora bien como todo gobierno tenemos ciertos trucos bajo la manga para que pasen ciertas cosas, en este caso alianzas como la que tu deseas que se haga con nosotros cierto? ahora bueno antes de hacer esto como decia Chelsea tienes que estar segura de lo que dices ya que esto puede tomar concecuencias muy graves si de lo contrario no es cierto solo debes comprometerte ah aportarnos todo tipo de informacion, y estar completamente de nuestro lado tanto en confidelidad como en lo que se aproxima deacuerdo?...-

-Quieres algo reciproco no es así? acaso no te conformas con el placer de seguir con vida, tu como tu compañero tienen asegurada su vida en este lugar siempre y cuando la informacion proporcionada de tu parte, sea de mucha valoracion para nosotros.- le mencione cuando Jane termino de decir lo suyo.

De igual manera no era que e importara mucho pero sabia que Katherine no se atreveria a mentirle a ningun Vulturi y no por el simple hecho de ser la realeza vampirica, si no, suponia que era de aquella svampiras de contal de conseguir lo que se propone puede ser hasta la mas fiel consegera, sin tracion alguna, anque quizas me equivocaba pero eso ya lo averiguariamos con el tiempo.

-Simplemente creo que es una muy beuna informacion y como Jane ya lo menciono es claro que tienes algo encontra de los Cullen, pero bueno quien no lo tiene, esos vampirirtos "vegetarianos" como ellos se hacen llamar tienes mas enemigos de lo que creen anque tienen unos muy buenos aliados, aquellos perros sarnozos que los protegen a sol y sombra- mencione recordando mi ultimo altercado con ellos, habia entrado a sus tierras pero era mas rapida e inteligente que ellos, y sali ilesa del lugar como era de esperar de lo contrario no estaria aqui.

Mire a la vampira y sonrei complacida anque se notaba claramente una ligera faccion pensativa. La chica era inteligente asi que sabia que elegiria bien su camino, y una alida como ella nos seria util para poder acabar así por fin con los despreciables Cullen.

El contrato que estábamos haciendo parecía llegar a su fin donde ambos lados tendríamos lo que queríamos, información a cambio de seguridad.

No existía ninguna necesidad de meter a mis amigas dentro del trato, pero a Matthew lo tenía que tener muy bien asegurado a mi costado, si esto me llevaba directamente a mi muerte él no tendría que sufrir el mismo desdichado final que yo.

Mire relativamente a las tres vampiras de capas con diferentes tonalidades, y por una fracción de segundo me visualice con esa capa tan propia de ellas. Esa imagen no me agradaba ni un poco, mi libertad era el tesoro más grande que poseía.

-Les doy mi palabra, las apoyare cuando llegue el momento. Deben saber que si le piden a ese otro clan donde se encuentra el neófito que se le unan yo los detendré en el intento, de eso no existirá problema tengo un as bajo la manga.-Musite con la diversión en mi vocecilla de niña.-Parece que el trato está listo.

Espere un momento más para ver lo que me decían aquellas vampiras tan famosas dentro de todos los clanes. Ahora todo tomaba un rumbo diferente, lo que yo quería se cumpliría.

Mi indiferencia y mi poca paciencia eran más notorias conforme hablaban y hacían una conversación conveniente, fua así hasta que decidí inetervenir: -Bien, Kath, Kath, Kath.- Dije en torno a ella, posando la vista en todo lugar perteneciente a ella, su rostro, su pelo, su olor, su voz, su pose, su actitud; ella estaba ahora en mí, difícilmente podría olvidarme de ella. Guardaba su persona por cualquier situación que se pudiera presentar, nunca es malo prevenir.
-Me encanta tu forma de pensar, indudablemente serías util en nuestra guardia, pero por el momento debemos hacer un encargo antes de cualquier cosa, ¿cierto chicas?-

Giré por mi espalda para definir eso como una indirecta. -Fue un gusto conocerte, y gracias por la información, no dudes en visitarme en Volterra querida, hasta luego. Hay otros animales que torturar..- Dije pensativa, ahora planeaba el revés de Katherine, el tal Mathew. ¿Quién es él?, ¿Qué es de Kath?, ¿Qué tan útil e influyente puede resultar?

Afirmé mi retirada satisfactoria con una enorme sonrisa pícara, pasos lentos en dirección perdida y un tono de voz serio. -Chicas, ¿podemos seguir el camino? ¿o hay algún otro menester por realizar?- Me detuve un momento para esperar a Jane y a Chels.

Sonrei amplaimente al escuchar a Katherine sabia que no seria tan ilusa como para tirarse un clan entero en contra suya y de su compañero, pero no estab de mas prevenirse la informacion era clara y debiamos anunciarla con el resto de la realeza para saber como se debe actuar ante esta situacion, anque era claro que la batalla estaba cada vez mas cercas, por el momento teniamos cosas que hacer antes de planear aquello. Escuche la voz de sulpicia y sonrei ampliamente.

-No te preocupes Katherine en cuanto nesesitemos algo te lo haremos saber, pero como lo ah dicho sulpicia tenemos un par de cosas que hacer y es mejor que nos vayamos ahora antes de que sea demasiado tarde para desasernos de los que nos estorban- mencione con tono demasiado frio visualizando nuestra proxima parada por estos rumbos.

-Ah sido todo un placer conocerte Katherin, espero y tomes la palabra de Sulpicia y nos vayas a ser una visita a Volterra seras muy bien resivida junto con tu compañero- le mencione mas que segura, me agradaba la forma de pensar de la chica y era mas que obio que desprendia odio, venganza algo que era innato en mi persona.

El trato estaba más que hecho. En su momento nos volveríamos a reunir para enfrentar a los seudovampiros Cullen, aquellos que se sentían dueños de mundo, sobre todo la pequeña hibrida: Renesmee.

Sonreí ampliamente y asentí. Ahora era tiempo de regresar a mi hogar, a ver a las pocas personas que de verdad quería. Y a seguir con mis planes, aún estaba Ray como cabo suelto, sabía demasiado y le había hecho una promesa que me convenía cumplir.

Antes de partir a mi hogar eche una mirada más a las Vulturis, sonriendo con un toque de malicia en esa sonrisa.-Estaremos en contacto, esto es todo por el momento.- Musite.

Corrí por el amplio y lúgubre bosque, perdiéndome de la vista de las Vulturis, con las cuales me volvería a encontrar en el futuro.