Sorpresa planeada (Sabrina, libre, tarde-noche)

Hay veces en que uno planea las cosas y no resultan como uno tenía en parámetro. Eso me sucedía muy seguido, pero totalmente no estaba acostumbrado a tener un resultado tan frustrante: me sucedió que cuando fui por Sabrina al Instituto en un auto que tomé prestado de casa de Katherine, ella iba en su auto y yo en el de Katherine. Llegamos a donde se supone era la fiesta, me dí cuenta que la fiesta no era exactamente donde se había acordado. Descubrí que la casa en fiesta era la mía. Me molesté de inmediato con mis amigos.
La furia me comía, pero fui capáz de recordar que debía comportarme, a veces odiaba parecer un cazanovas, pero me ayudaba a no estar sólo nunca.

Cuando detuve el auto frente a la casa, mis planes de diversión se disiparon y se hicieron humo, apenas recordaba el trayecto del Instituto y la actitud tan extraña de Sabrina, cuando la veía por el retrovisor ella cargaba consigo un semblante extraño. Me enfurecí, bajé del auto y cerré la puerta de azotón. Me dirigí hacia la puerta del auto de Sabrina y la abrí, ofreciéndo mi mano cortésmente, intentando no arrugar mi camisa medio abotonada.
-¿Vienes?- Quise sonreir sinceramente, pero el enojo no desaparecía por completo de mi rostro.
-Hay una fiesta allá que te va a encantar.- Quise asegurarle a Sabrina una diversión adolescente.
Por un momento planée ocultarle a Sabrina que la fiesta estaba en mi morada, pero concluí que sería imposible ocultar la cantidad de imágenes que reposaban alrededor de las paredes de la sala y el recibidor. Me resigné a ocultarlo y lo confesé entre medias mentiras.
-Espero no te des mucha cuenta de que esa casa no es de mi amigo.- Reí tontamente, aún con la mano en medio del auto y el exterior que oscurecía notable y lentamente.

OFF//:Está mejor?

Velocidad, fuerza y adrenalina, esa era la combinación perfecta de sensaciones que me constituía: peligro. Sobrepasaba la marca del velocímetro despreocupada, y una sonrisa brillante de éxtasis aparecia en mi rostro; con mi mente concentrada solo en ese complejo y sumamente delicado plan en el que buscabamos conocer al vampiro que tenia relación con aquel albino altanero y saber a fondo sus planes: esa telaraña invisible que los chupasangres tejían sobre los inocentes humanos.
Las calles se estrechaban al avanzar sobre le pequeño pueblo, los joven parecían dirigirse al mismo sentido, y las luces alumbraban sus frágiles cuerpos, y la muerte los rondaba…Disminuia la velocidad y bajé los vidrios para percibir el ambiente: oli el aroma, registré con mis ojso cada movimiento, puso toda mi atención en las casa. Nada
No es tan estúpido, no se aparecerá… aunque seria la oportunidad perfecta, estúpidos humanos adolescentes incomprendiendo la vida.. básicamente un tenedor libre de sangre
Detuve mi pensamiento al estacionar el auto, tomando mi pequeño bolso beige a regadientes por la femineidad con la que vestia. Bajé a unas casas d edonde me habi indicado Ray, llendo hacia la gran fiesta, siempre observando y formulando planes para cada posibilidad, atenta, calculadora.
Vislumbré al muchacho dirigiéndose hacia mi y tuve que relajar mis músculos para poder sonreir, a fin de cuentas, él era un simple humano que jugaba ingenuamente en el filo de la muerte con el depredador más peligroso del mundo, y mi intención, no era más que erradicar esa amenaza, y mientars el chico no se interpusiera en mi camino, no lo mataria yo misma.

Luego de poner cara de poker y empezar con mi escena de muchacha normal, él demostró que algo en sus planes habia salido mal y debiamos dirigirnos a otra direccion, y en seguida mi sospecha se elevó a un nivel que debia controlar. Acepté sin rodeos y se dirigió a su auto con fastidio en cada bruto movimiento, mientras yo por mi lado subí a mi auto con el apuro de tener mucha diversión es anoche. Pero durante todo el trayecto que lo segui él parecia inquieto mirando hacia atrás y conduciendo demasiado rígido. Su forma de actuar era muy extraña, y aun empeoró cuando detuve el auto detrás suyo y bajó a portasos y con ilógico apuro. Pero cuando estaba siguiendo sus pasos con al mirada llegó a mi lado y abrió la puerta destrabada, extendiendo su mano con toda la cortesía que fue capaz de formular en su rostro, mientras yo seguia desconcertada hundida en mi asiento. Si reaccionaba directamente podria sospechar, asi que opté por comportarme como si fuera una verdera fiesta con un verdadero amigo y sin planes d epro medio.
-No está todo bien, ¿verdad?-fui sincera, la forma por la cual llegaria más rápido a él. No tomé su mano porque la adrenalina aun corria por mis venas y solo habia disparado aun más mi temperatura. Salí del auto y quedé entre él y la puerta abierta, con una mueca de lado- En verdad no importa donde es o de quien es la casa, me invitaste a divertirme y parece que eres tu él qu eno lo hace...

Por un momento me exalté, pero me dispuse a relajarme. -Bien, creo que estás en lo correcto, vámos, la fiesta nos espera.- Dije con una sonrisa ahora entre el rostro.

Con una mano invité a ir delante. Luego dí el primer paso para ir dentro de la casa en fiesta.

-Por más que creí, nunca imaginé que me traicionaran mis amigos trasladando la fiesta a mi casa, lástima que ellos también tengan llaves.- Ahora veía frente de mí el juego del verdadero amigo, de pronto no sabes si el verdadero está junto a tí.

Mi pequeña risa sonó ya frente a la puerta, no sabía en qué momento debiera entrar a su lado. Confuso e indeciso mi mano se abrió paso a su chaqueta. -Yo la llevo.-Anuncié.
Por accidente mi mano rozó la suya, sentí de inmediato un calor inmenso emanando de ella, mi mano ardío por un momento; estaba atónito, me mantuve inexpresivo un segundo, pero... ¿Qué fue eso?, ¿porqué arde así?
-¡Sabrina, ¿estás bien?, tu piel está muy caliente!- Me dirigí hacia ella como si no estuviera a gusto con ella, como si mi reacción fuera encontrarme enojado.