La tranquilidad deseada (mañana, Jacob)

Nessie se sonrojó ante mi inesperado acercamiento y, sino fuera por mi tono de piel rojiza, ella también hubiera notado como mis mejillas tomaban el mismo aspecto. Luego, con una voz que apenas se escuchaba en el silencio, anunció su breve marcha a su cuarto en busca de un buzo para el entrenamiento. Aunque todavía no estaba totalmente seguro o, mejor dicho, nada seguro, de lo que estaba haciendo, ambos podíamos sentir la satisfacción de haber logrado un avance que significó el paso de mi rol de protector y niñera al de un amigo, y porque no decirlo, novio. "Novio...," pensé mientras Nessie aún estaba en su cuarto cambiándose, pero había algo en aquella palabra que cambiaba todas las cosas, eso ya no lo convertía en el juego de niños que solían seguir inclusive ahora, cuando ninguno de los dos tiene algo meramente infantil en su físico, sino que todo se volvía más serio y formal. Temía perder la facilidad con que las cosas se nos daban, el encanto de poder hablar de cualquier tema y reírnos, el ser simplemente nosotros, un par de adultos inmaduros.

"¿Es tan importante madurar?" La pregunta hacía eco en mi cabeza, pero las respuestas no parecían claras, mezclándose entre las ondas que rebotaban en su interior previamente. Después de todo, tanto Nessie como yo, habíamos tenido una adolescencia irregular. Por otro lado, ella también tuvo una infancia del mismo estilo, por lo que realmente no se podía comparar conmigo. La inminente idea de que Nessie todavía no haya experimentado, ni vivido las mismas cosas que yo me perturbó. Era tan egoísta e injusto quitarle esa pequeña libertad de elegir que ella tenía sólo por el hecho de querer ser su novio que parecía destrozar aquella leve idea que había surgido cuando ella partió.

Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que olvidé a Nessie, ya no sabía cuanto tiempo llevaba en su cuarto. "¿Acaso ya pasaron más de 10 minutos? ¿O fueron 5? ¿Ya pasó un minuto? ¿No han si sólo segundos desde que me dejó aquí?" Perdí toda noción de la realidad pero si sabía algo. Estaba dándole a Nessie un curso totalmente inmerecido. Pero el hecho de haberla perdido por un lapsus variable de x minutos me dejó impaciente. "Quizá se dio cuenta de lo mismo que yo y está encerrada en su cuarto, con miedo de decirme que prefiere seguir viviendo a solas. Tal vez sólo no encuentra el buzo." Me dije con preocupación y, sin pensarlo dos veces, caminé hacia el cuarto de Nessie encontrándome con la pequeña puerta cerrada. Levanté mi brazo y empujé mi puño hacia adelante, de forma que avisaran a la chica de mi presencia. "O seguramente estoy siendo estúpidamente obsesivo", me convencí, deteniendo mi movimiento a escasos milímetros de la superficie de madera. Bajé mi brazo de forma automática y me senté junto a la puerta, apoyando mi cabeza sobre el muro que estaba a mis espaldas. La práctica no comenzaba, pero ya me sentía exhausto sin haber ni si quiera corrido.

Antes de que desapareciera él ya se había hundido en sus pensamientos de forma tan facil que llegué a creer que necesitaba un tiempo para meditar. Caminé a paso lento hasta mi habitación porque por alguna extraña razón me sentia algo mareada y temia que al hacer movimientos bruscos pudiera lastimarme.
Tal vez hallan sido las sensaciones, o los aumentos bruscos de temperatura....- negué con la cabeza ese pensamiento solo por el hecho de que si dejaba que ese tipo de ideas me dominen y avergüencen con tanta facilidad, no podria controlarme frente a mi padre. Al entrar a mi habitación, me recibio una oleada de fresco aire que me brindaba mi ventana, y a su vez era levemente perfumado por el aroma de jazmin que desprendían mis cortinas. Cerré la puerta a mis espaldas casi por inercia, ya que con mi vestimenta actual estaba cómoda para correr o pelear, y a continuación me acerqué hipnotizada por esa sensación de frescura que parecia desembolver esos pensamientos de mi cabeza.
Era tan extraño todo que parecia un sueño: me sentia completamente liviana como el helio, pero al mismo tiempo habia algo que me unia ferozmente a la Tierra; algo en mi pecho parecia absorverme como si me faltara algo, pero al mismo tiempo me sentia completa y extraordinariamente feliz; sentia en mi boca un sabrozo dulzor que ansiaba volver a disfrutar pero que temia reclamar.
Con un suspitó me apoyé en el marco de la ventana y dejé que mis pomulos se humedezcan con las diminutas particulas de agua que desprendia el viento de las hojas. Era todo delicioso hasta que cai en la cuenta que me habia quedado soñando, y solo capté esto cuando el cambio de peso de un pie al otro me avisó que habia alguien detrás de la puerta. Abrí mis ojos enormes y sin pensarlo me dirigí al ropero y tomé un buzo cómodo, saliendo rápidamente y chocandome con su imagen congelada en el suelo. Sonrei al verlo nuevamente alli, como tantas veces, esperandome para pasar un dia más juntos.
-Bueno, creo que ya estamos listos para divertirnos juntos un poco, ¿No Jakie?- flexioné un poco mis rodillas para agacharme y estiré mi mano hacia su mejilla para invitarlo a levantarse.

//Cerrado por inactividad.