CRISIS ( Luna, libre, tarde)

Corría a una velocidad exorbitante con mis sentidos agudos alertas en busca de alguna señal de Anya. Jalaba a Luna de un brazo, como si fuera un papalote o una muñeca de trapo, era mejor que me acompañara en este infierno del que era preso, si enloquecía ya tendría a quien, por lo menos, no me dejaría morir.
Corrí en silencio durante un largo rato, buscando algún rastro reciente de Anya. En los alrededores no se veía nada más que árboles de distintos tonos de verdes y solo el arrullador sonido del viento con algunas señales de vida, pero ninguna de ellas era Anya, solo animales que andaban de paseo.
Me pare de golpe al sentir la grandiosa novedad, por fin había encontrado el aroma dulzón de Anya. Sonreí aliviado y la sensación de calma me invadió, cada segundo estaba más cerca de Anya. Al final solo estaba cazando y no perdida, quizás estaba entretenida haciendo alguna otra cosa y por eso tardaba en regresar.-La encontramos, Luna.- Musite maravillado. Jale de nuevo a mi hermana, ahora siguiendo el aroma a miel de Anya.
Corrimos unos kilómetros, internándonos en el bosque, donde solo veíamos pasar árboles y más árboles. ¿Por qué razón se había internado tanto en aquel bosque? No importaba eso, solo que estuviera bien y a salvo.
Poco a poco los árboles comenzaron a abrirse dejando filtrarse algunos atisbos de luz. Desacelere el paso hasta caminar y salir al claro en forma de un perfecto círculo.
Mire a todos lados para encontrarme con que el lugar estaba solo. Ahí el olor de Ann era más fuerte, sin lugar a dudas ella había estado en ese lugar.
Camine hasta ponerme exactamente en el centro del claro y me encontré con que había más aromas ahí, no lograba identificarlos, pero estaba completamente seguro que ella había estado acompañada de vampiros... Pero ¿Quiénes?
Seguí olisqueando pero su rastro se confundía con el de los otros vampiros.
Nuevamente sentí el peso de la gravedad azotarme y yo no podía evitar sentirme destrozado, incompleto. La desesperación comenzaba a hacerme presa de ella, nuevamente.
¿Quién querría hacerle daño a Anya?
No tuve que pensarlo mucho para dar con la persona adecuada, la que encajaba con el perfil.
Yaeel era el único lo bastantemente loco obsesionado para hacer una cosa tan demente.
Oleadas de ira comenzaron a golpearme con devastadora intensidad. Un gruñido feroz y bestial salió desde mi garganta hacía la nada, ya que él no estaba ahí. Apostaba mi vida a que él había sido. – Creo saber dónde está Anya.- Dije en tono frío a Luna, sin mirarla.
Yaeel no era tan ingenioso para llevarla a otro lugar que no fuera Lombardía, ahí donde ambos la habíamos conocido.

Franco jalaba de mi sin ningún esfuerzo, yo trataba de correr a su paso pero en algunos momentos me era imposible y me tropezaba, el parecía no notarlo y seguía corriendo, levantándome por la rapidez en la que corría.
De pronto algo llego hasta el, por alguna razón creyó encontrarla, después de un momento note que había encontrado el aroma de Any, el cual seguimos por kilómetros y kilómetros, estaba muy esperanzado, y no lo culpaba, yo también lo estaba. Me imaginaba que la encontraríamos recargada en un árbol durmiendo como todo un ángel.
De repente se paro, yo casi caigo por la fuerza que traía conmigo, estábamos en un lindo lugar, casi igual al que imagine en el que ella estaba, y si, aquí había estado un rato, su aroma perfumaba este lugar, pero había otros aromas, pude distinguir a la perfección uno, Matt también había estado aquí, y también la amiga de Antonio, probablemente, no estaba segura podía equivocarme, solo una ocasión la había visto; el que si reconocí perfectamente fue el de Matt, el había estado aquí, no sabia si al mismo tiempo que ella, pero pudo haber visto algo. Comencé a dudar de un visita a mi casa, y de el porque quería comportarse tan agradable conmigo.
La voz de Franco me sobresalto, ya sabia con quien estaba, acaso pensábamos en la misma persona?.
-Quien crees que fue?-dije molesta, no podía creer que Matt hubiese raptado a Anya, pero tenia que saber en quien pensaba Franco para decirlo con tanta seguridad como lo estaba haciendo.

Fulminaba a los árboles que se posaban frente de mí. ¿Cómo era posible que Yaeel tuviese una obsesión tan grande como para hacerla desdichada? No lograba saberlo, no tenía ni la más remota idea de cómo funcionaba su cerebro, si es que tenía cerebro -Yo creía que tenía aire-.
La voz de Luna, tan llena de molestia no era para más, lo que no lograba alcanzar a comprender era en quien pensaba ella...¿Había otra persona que quisiera hacerle daño a Anya....U obligarla a hacer algo que no quisiera? No, yo no conocía a tal persona solo a Yaeel.
Volví mi mirada a Luna con la incredulidad pintada en mi rostro.- Yaeel... ¿Quién más pudo haber sido?- Pregunte con desdén.

Claro, la idea de Franco era muy correcta, Yael estaba locamente obsesionado con Any, y por alguna extraña razón andaba merodeando aquel hospital donde raptamos a Franco hace ya mucho tiempo atrás. Pero su aroma no estaba por ningún lado, de menos ya teníamos dos candidatos, Matt, a quien conocía muy poco para dar un veredicto sobre el, y Yael, quien nunca me dio una buena espina.
-Buen punto Franco, es una buena deducción, yo jamas lo hubiera pensado, pero presta mas atención,-dije tomado su cara entre mis manos- el aroma de quien reconoces aquí ademas de el de Any?-espere unos segundos a que lo pensara, después continué- Matt también estuvo aquí, tal ves al mismo tiempo que ella, ahora tenemos dos posibles sospechosos, ademas, no te has puesto a pensar en Max, que lo sabes, no esta nada a gusto con que ella este aquí contigo, pudo habérsela llevado, hay tantas posibilidades Franco.
Estaba molesta, y fastidiada, la única pista que teníamos de Ann era su aroma, y muchas posibles sugerencias de quien la había raptado, y por que, la única que no encajaba era Matt, el que tenia en contra de Ann.

Mire atónito a Luna ¿Se había vuelto completamente loca? Matt que daño le haría a Anya si no la conocía, o ella me lo hubiera contado. Él estaba completamente descartado de la pequeña lista. Ahora Luna tenía un punto a su favor, Max. Era más claro que el agua que yo y Max éramos como el agua y el aceita, jamás nos resolveríamos juntos, lo único que nos unía era Anya, a la que ambos amábamos incondicionalmente. Y, aunque yo tratara de hacer la paz con Max este no se dejaba, no quería que formara parte de su vida, y a mí me venía valiendo si Anya me dejaba entrar no necesitaba el permiso de su padre.
Suspire y puse mis manos en los hombros de Luna. Seguía pensando en que Yaeel había sido, quizás Max, pero nunca Matt.-Creo que estas acertando en ciertas cosas. Tanto Max como Yaeel podrían haber sido...Pero te has puesto a pensar en el hecho de que Maximiliano no le haría daño a su hija, por más insignificante que fuera su dolor de ella también es de él, por eso ha aguantado esta relación y ¿Que le daría el valor de ver a su hija sufrir?- Pare y tome un trago de aire, aunque no lo necesitara.- Matt...Cierto aquí está su aroma, pero el anteriormente estuvo cazando y no conoce a Anya, así que está descartado. Por ultimo esta Yaeel, es el único capaz de cualquier cosa para retener a Anya a su lado, tal vez escondió su olor lo bastante bien, tal vez alguien vino por Anya y el los miro desde lejos... Tuvo un plan, lo presiento, sé que es el. Y ahora debemos regresar a Lombardía.- Sentencie.

Empece a caminar de un lado a otro buscando razones, lineas enredadas que conectaran ideas con nombres, nada quedaba muy claro, había sido Yael o Max, pero Matt por algo estaba aquí, algo me lo decía, como un zumbidito en la cabeza indicándome que había acertado.
De pronto Franco me detuvo, seguramente ya lo haba mareado o enloquecido mas con mi locura que salia de a poco.
Escuche lo que decía, mientras hacia lineas en mi cabeza, como un mapa, cada palabra se iba escribiendo en la imagen de ese mapa que estaba creando mentalmente, usando mis posibles argumentos.
-Esta bien lo que dices de Max, no lo había visto desde ese punto, Yael si, esta loco, no hay remedio, todo apunta a el, peor no podemos descartar del todo a Matt, no lo conocemos lo suficiente para saber con quien estamos tratando.- comenzaba a hablar apresurada, las palabras chocaban unas con otras, parecía loca -dejemos de perder el tiempo, vayámonos.- jale del brazo de Franco, y corrí hacia la casa.

Fruncí el ceño en gesto pensativo. Luna tenía razón en todo lo que decía, sus palabras no eran más que ciertas. Todos los que habíamos mencionado eran los posibles sospechosos, sobre todo Yaeel, seguía inclinándome a que él era el que había hecho este plan. Maximiliano tal vez, pero no tanto. Lo que no lograba cuadrar en esta complicación era el hecho de que Matt estuviera implicado, se me hacia ilógico, pero Luna no lo descartaría así de simple y dejaría que hiciera sus propias conclusiones.
Asentí, lo mejor era movernos y no estar ahí parados viendo el tiempo transcurrir. Corrí en dirección de la cabaña donde estaba Roberto y el humano. Dejando atrás todo rastro de nuestra presencia.