Dificultades (Nicole, libre- tarde nublada)

Bajo alguna circunsatncía, una que yo desconocia por completo, me aleje de la casa infestada de vampiros, ahora ermos mas y se volvia bochornoso. Anya, Max, Luna, Roberto, Andres y Sendra. Estar con todos, a excepción de Ann, me hacía sentir que me robaban el aire, aun que yo ni lo nesecitara. No existia la intimidad dentro de una casa asi, plagada de vampiros que podían escuchar hasta el minimo susurro, la minima respiración. Por eso que saliera de la cabaña de Luna, con Ann. Caminamos unas cuadras y decidio ir a comprar unas cosas, yo me limite a sentarme fuera de una enorme mansion, mientras esperaba el regreso de Anya.
Me alegraba hasta cierto punto que ningun humano anduviera cerca, y mas ahora que estaba solo, de lo contrario no sabía como controlaria la situacion y mis estribos. El día estaba nublado así que existia el problema de que alguien sospechara sobre mi verdadera identidad y eso em alegraba, a demas estaba en el aire libre, sin más vamprios a mi alrededor.
Repentinamente unos pasos me llamaron la atencion, provenian detras de mi y se acercaban lentamente. Estos estaban acompañados del suave golpeteo de un corazon, que mandaba sangre a un cuerpo vivo y que debia saber realmente bien. Aleje rapidamente esa idea de mi cabeza, no cometeria ninguna estupidez, y me puse rigido, con la mandibula tensa y sin respirar ni un momento mas. Voltee la cabeza para encarar al humano que se acercaba a mi...

Salì a dar unas vueltas caminando para conocer el lugar, era todo tan distinto, tan lindo que no querrìa volver a España por ningunas casualidades. Venìa caminando despiestada casi llegando a mi casa, ya estaba cansada de ver a mucha gente que tenìa en mente darme un buen baño de relajaciòn cuando de repente me sorprendiò ver un chico por aqui, asique decidi hacercarme para saludarlo, conocerlo y por lo menos hacer una amistad màs. En un cerrar y abrir de ojos el chico se voltiò hacia a mi y eso me asustò un poco, sonreì y dije- Hola- Lo mirè por unos segundos- No, no lo conozco- Pensè- Me llamo Nicole pero puedes decirme niqi, como màs te guste- Sonrio cordialmente y lo miro.

¿Qué hacer en un momento tan dificultoso? Podía pararme y caminar, alejarme de ella sería lo más sensato que pordía hacer, no debía ser un maldito egoista y quedarme ahí para arrobatarle su vida. Por otro lado podía poner a prueba mi autocontrol, aunque esto me llevara a acabar en algo tragico si perdía los estribos.
Me pare con la lentitud de un humano y sonreí, mostrandole mis perfectos y peligrosos dientes. No respiraba, ni lo haría para no correr el riesgo de hacer alguna tontería, con la mandibula tensa. Escuche su voz tersa, veía en sus ojos verdes la chispa de miedo que le había provocado mi ser.-Un gusto, Nicole. Soy Franco... Parece que eres nueva por aquí.- Musite con amabilidad y la voz atercipolada, alejandome un paso a ella, lamentaba mi falta de educación a no darle la mano, pero mis ser entero era frío como el hielo y podía sospechar algana cosa.

Wouw, que dientes- Pensè por un momento- Un gusto Franco- Sonrìo- Sì soy nueva, hace unos dìas me mudè a aquì, asique no tengo muchos amigos que digamos.. No sabìa que hacer una situacion como esta, el chico era medio raro, me daba un poco de miedo, no sabìa si era peligroso o què.. Me quede mirando hacia la nada pero luego sonò mi celular, mirè la llamada y era mi madre, no tenìa ganas de hablar con ella porque seguro tenìa malas noticias, lo guardè en mi cartera y mirè al chico, sonreì de medio lado y le pregunto- Eres de Forks? Quizà lo habìa cruzado en algun lugar y no me acordaba de el. Suspirè cansada.

Podía percartarme de la chispa de miedo que emanaba de sus persona. Sus movimientos nerviosos y como se esforzaba por que no me diese cuenta, pero era totalmente envano, lo observaba todo con lujo de detalle, como si lo viera en cámara lenta.
Un sonido proveniente de algun lugar distrajo lo suficiente sua atención de mí. Mientras ella observaba el pequeño celular, con la llamada entrante, yo mira por ensima de mi hombro para tratar de encontrar a Anya. ¿Donde diablos se había mentido ahora?
Volvi rapidamente la mirada a ella, cuando comenzaba a hablar una vez más. Trate de relajarme un poco, pero era un caso totalmente peridod, si bajaba la guardia, aunque fuera un segundo, ella acabaría muerta entre mis manos.
-No, no soy de Forks. Vengo de Francia, hace unos meses que me mude aquí con mi hermana.- Musite, con tono despreocupado, encogiendome de hombros.- Parece que tu tampoco eres de aquí.

Lo miraba seria y un poco nerviosa, el actuaba como si nada- No, no soy de aquì, soy de España- Sonrio de medio lado, la brisa movìa mi pelo lentamente y aspiro el aire- A quièn buscas? Preguntè curiosa, ya que miraba sobre su hombro. El tenìa algo raro, no sabrìa como explicarlo, era curioso, me miraba como su fuera su carnada no sè, en verdad este chico si me asustaba, quizàs no le caìa bien y querrìa lastimarme- Pensè, pero luego ese pensamiento se borrò de mi cabeza y le pregunto- Donde vives? No entendì porque se lo habìa preguntado, capas que por curiosidad, pero yo no era asì, no me interesa meterme en la vida de los demas, pero bueno, tengo que conocer gente- Pensè y sonreì.

Le dedique una sonrisa de lado, mas amable para que dejara esa tension que emanaba a un lado. La humana era inofensiva y yo esperaba serlo, con todas mis fuerzas. Ya casi había pasado el año donde más me encontraba destabilizado, ahora me creía capaz de enfrentar todo, esperaba tener un expediente completamente limpio, sin muertes que remordieran mi conciencia. Solo la muerte de un vampiro deseaba fervientemente, y eso jamas me haría sentir mal.
Debía ser más sociable y tener muy en cuenta que los humanos siemrpe estría tan constantes dentro de mi vida, y yo dentro de las suyas, y tenía que acostrumbrarme a ellos, empezando desde ahora.
El viento golpeo mi cara de lleno y respire el aire frio que estaba ahí, la brisa misma jugo con los cabellos de la chica y atrajo su aroma hasta mí. Era dulzon y delicioso. Fue un error creerme capaz de hacer tal estupidez, no debí haberlo hecho jamas. En un parpadeo veloz sentia mi garganta quemarme hasta lo indeseable, no quería matarla pero su sangre era lo que podía calmar mi sed.
Un leve gruñido salio desde el fondo de mi estomago hasta mi boca, podía ver la bestia en queme convertia a cada fracción de segundo, sobre sus ojos verdes.

La vida te presenta situaciones y circunstancias en las que uno debe intervenir, lo desee o no. Todo sea por un bien que agradecerás a un largo plazo y del que luego te aprovecharas.
En esta vida, también, te percatas de la fragilidad y mala suerte que poseen los humanos desgraciados como ellos solos. Siempre tentando a la suerte al trata de conversar con un vampiro, especialmente con un neófito o un carnívoro sediento, cualquiera es peligroso, no importa que tan nuevo o antaño sea en esta nuestra nueva vida.
Acababa de alimentarme de un puma que encontré de paso, mi sed estaba controlada y mis ojos de un dorado reluciente. Caminaba con calma por las calles, casi vacías, de Forks. El aire despreocupado jugueteaba con mi cabello, despeinándolo, pero no era de mucha importancia, lo único que importaba era mantener ese halo de calma.
Vagabundeé por un tiempo hasta que la brisa trajo a mí un par de aromas particulares. el primero era de una humana que seguramente sería deliciosa y el otro era de un vampiro que yo ya conocía de algún lugar, tomando en cuenta que Forks era pequeño.
Me acerque y vi la escena de un ángulo perfecto, la humana estaba enfrentando a su segura muerte, con el neófito Franco acechándola. Suspire y puse los ojos en blanco, debía hacer lo correcto para que mi farsa continuara. Camine a pasos humanamente rápidos y me postre frente a la humana, protegiéndola con mi cuerpo.- ¡Estúpido! No querrás matar a una humana y menos hacerme daño a mí, créelo- dije tan bajo que solo el pudiera escucharme.- Espero no te esté molestando este chiquillo.-Musite lo suficientemente alto y me volví para ver a la rubia de ojos centellantes. Le regale mi mejor sonrisa, una de lado y ladee la cabeza.- Creo que está un poco mal humorado, debes entenderlo un poco. Soy Matt.- Dije con la voz aterciopelada y persuasiva.

Estaba todo tranquilo hasta que un gruñido saliò de su boca, me asustè e hize un paso hacia atràs. Luego un chico apareciò y se puso en fente mio, no entendìa que estaba pasando, habìa entrado en pànico, no sabìa si correr o quedarme allì, pero vì la cortecìa del chico que llegò y decidì quedarme para ver lo que pasaba, èl me dijo algo si me estaba molestando, pero no era asì, el no me molestaba- No, no me estaba molestando, gracias- Le dedico una sonrisa; El chico se presentò y yo debìa hacerlo tambièn- Me llamo Nicole- Le sonrio de nuevo y miro a Franco, esstaba totalmente aterrada, no entendìa la situaciòn.

Poco a poco comenzaba a perder los estribos. Sentía como mis muscolos comenzaban a contarerse, preparados para atacar a la que sería mi presa y mi alimento que saciaria esta sed desgarradora e inesperada. Mi mente ya estaba nublandeose, casi dejaba de pensar racionalmente, cuando un chico se interpuso entre nicole y yo, le gruñí con enfado, si quería morir también el no sería problema.
Hablo por lo bajo, con una voz amenazante y que ya conocía, eso fue suficiente para distraerme de mi acto desenfrenado. Parpadé un par de veces y recompuse me compostura, me cruce de brazos fuertemente y tense la mandibula. El olor que se elevo desde el chico era dulzon, el era alto y de cabellos caobas, su palidez me decia que era vampiro, cierto lo conocía pero ¿Quien era? Tarde unos segundos para similar su voz con su aspecto y ver que había cabiado en el. Ahora sus ojos eran de un reluciente color dorado, ese rojo intenso había desaparecido por completo, sin dejar ni un rastro de que fuere carnivoro, ahora era vegetariano.
Observe y estudie sus actos, parecía tan calmo, no le molestaba el olor de la chica, respiraba y aun así controlaba su bestia, debía ser muy viejo para tener tal experiencía, yo solo la alcanzaría con el pasar de los años. -Lamento si te asuste.- Dije con la voz tensa.- Y tu, Matt ¿Que haces aquí?- Exigir saber, debía agradecerle el habernos salvado de un acto criminal como el que yo quería hacer.

Mantenía dándole la espalda al neófito que era mucho más peligroso que yo, y ahora más, teniendo en cuenta que deseaba desayunarse a la humana y yo interfería en tal cometido.
Por su lado, la humana parecía aterrada con semejante e inesperada actitud del chico hermoso que estaba tras de mí. Era obvio que ningún humano se espera tal reacción, no están acostumbrados a verse como comida o ser la presa.-Que lamentable situación si ellos son siempre las presas.- Dije para mí. Le guiñe un ojo y sonreí.-Es un gusto conocerte, Nicole. Parece ser que no eres de aquí, nunca antes te había visto.- Musite y toque con el dorso de mi mano su mejilla cálida, sin importarme que sintiera mi frialdad emanada desde mi perfecto ser.
La voz tensa del neófito me distrajo, se me había olvidado por completo que estaba ahí detrás y que podía atacarme si así lo deseaba. Me vire lentamente y ladeé la cabeza, observando sus actos, ya no se veía tan amenazador como hacía unos segundos insignificantes, pero no dejaba de tener ese aspecto asesino que se tiene en los primeros meses de ser un vampiro. No dejaba de ser un peligro desatado por el pueblo. Eso me hacía preguntarme el por qué andaba solo en un lugar tan concurrido de humanos deliciosos. ¿Dónde estaba su creadora? Creí que Lunita era más responsable, pero esta vez me defraudaba por completo al dejar a su "hermanito" suelto como una bestia hambrienta en un pueblo tranquilo.
Suspire y camine hasta posarme frente de él, lo tome por los hombros y le dedique una sonrisa paternal, ahora resultaba que yo tenía que llevarlo con su sagrada hermana. -Solo estoy de paseo, Frank. ¿Es que acaso no puedo pasear por aquí?- Pregunte ofendido por la idea, aunque la realidad era que no me ofendía en lo más mínimo.
Me puse a su lado y le pase la el brazo por sus hombros, apenas si me llegaba a la altura de mis mejillas. - Bueno, entonces, ¿De dónde eres, Nicole?- Inquirí como si nada hubiese pasado.

Franco me pidiò disculpas asique le dediquè una pequeña sonrisa- Està bien- Mirè a Matt y el acariciò mi mejilla como si me conociera de toda la vida, su piel era muy frìa, pero eso no me importò- No, no soy de aqui- Sonrìo. Èl conversa con Franco y yo los miraba, luego me preguntò de donde era asique le respondì- Soy de España, vivo con mi madre- Sonrìo de medio lado, pero luego la sonrisa se me borrò cuando me puse a pensar lo que habìa pasado- Èl me gruñò y me miraba como si yo fuera si carnada, los humanos son carnìvoros pero no comen personas, este chico tiene algo raro, no sè- Pensè y los volvì a los dos sonriendoles.

Ahora me estaba dando cuenta de la estupidez que pude haber cometido al pensar en matar a la chica. Era un tipo egoista que solo pensaba en frenar mi sed y no en el dolor que le causaria a ella al arrebatarle la vida. Aun peor, arruinar la forma de vida de mi familia. Valla estupido que era. Esperaba que a la chica se le olvidara lo sucedido, ese pequeño incidente.
Matt respondio a mi pregunta con tono ofendido, aun que sabía que fingia. Pusos sus manazas sobre mis hombros al pronunciar su linea actuada y luego rodeo mis hombros con un brazo, olviendose para ver a la humana. Se veia tan tranquilo, como si no hubiera pasado nada en absoluto. Como si fuera un humanos, eso me hacia preguntarme tantas cosas sobre el. ¿Como habia llegado a esta vida? ¿Como habia superado esta etapa? ¿Cuanto tiempo tardo en obtener tal experiencia con su tranquilidad? Y tantas más que deseaba formularle, pero ahora no era el momento adecuado.
Asenti con verguenza a la chica, que por el momento se distrajo con su nacionalidad. -Bello lugar España, mi novia es de ahí, tambien.- Musite con un tono más alegre. Eso me seguia haciendo preguntarme donde diablos estaba Anya.

Poca memoria, eso es lo que poseían los humanos. Su memoria era tan delicada y fragil, se olvidaban de las cosas tan rapidamente y al pasar de los años, si la recordaban, creían que solo fue su insulsa y poca imaginación. Así que no debía preocuparme tanto por que la chica sospechara algo de nuestra existencía, como ellos decian: "son solo mitos creados por la imaginación". ¡Oh pero que equivocados estaban! Era la realidad y ellos creyendo otras cosas, pero era mejor así, que vivieran en la ignorancía.
Sentí como el neófito comenzaba a relajarse a cada segundo, eso ya era bueno, por lo menos ya no intentaba desayunarse a la chica. Me recordo a mis primeros meses de vampiro, era como un loco que solo vivia por matar a los humanos, para frenar la irritación que me causaba la debastadora sed, sin ver la belleza de esta nueva vida, solo nublado por el deseo de la sangre. Años despues comprendí que existian cosas mas intesas que el dulce de la sangre.
Mientras pensaba eso la chica y el neófito hablaban de su estancia y su nacionalidad, cosas insignificantes pero que valerian en un futuro. -Interesante. Nadie me pregunto, pero yo soy de Inlgaterra, somos coterraenos. Que emoción no ser el único extranjero en este sitio.- Musite con euforía, algo que no sentia de verdad. - España es un bello lugar, no se que te atrajo a este pueblo aburrido.- Dije. Mis pensamientos volaron, no es tan aburrido cuando molestas a tus semejantes. Pense

Anteriormente Matt me habìa preguntado de donde era y yo le dije de España, Franco se uniò a la conversaciòn y seguimos hablando de eso- Si, España es muy lindo, en realidad soy de Barcelona- Sonrìo- Vine aquì para alejarme de esos ambientes, despues que falleciò mi padre yo jurè no volver nunca màs; Forks es muy lindo, no pensè que iba a ser asi- Suspiro y vuelvo a sonrei- aunque este pueblo es medio raro, no lo sè, no es como yo lo pensaba, pasan cosas muy raras- Pensè y volvì mi mirada hacia ellos- Cuèntenme de sus vidas, no los conozco casi nada- Sonrio de medio lado y me sentè en forma de indio en un banquito.

Parecía que las ideas de la chica comenzaban a ir en la dirección contraría a lo que había sucedido, tal y como el vampiro quería que fuera. Sonreí, ahora otro tema de conversación, me sentía satisfecho de saber que por lo menos podía convivir en paz, claro en presencía de un vampiro viejo. Quería aprender lo más del vampiro que me abrazaba de una manera informal, para ser mejor cada día y poder llevar esta vida más feliz posible.-La verdad yo no conosco ni España, ni Inlgaterra y supongo que son unos maravillosos países... Yo nací en Francia, ahí vive mi familia solo estoy aquí por un intercambio, con mi hermana, claro.- Dije. Claro que la mitad era una verdadera mentira lo otro formaba parte de mi vida pasada. Me volvi para ver al vampiro, ¿Que mentiras diria él?

.Vida. A los humanos se les iba de las manos como el agua que corre por los ríos, sin que jamás lograran aprovecharla. Siempre se hacían las mismas preguntas insulsas, buscaban formar parte de esta inmortalidad de la que solo los afortunados lográbamos conseguir, los que estábamos hechos y destinados para esta vida. La inmortalidad no era para todos, y los que jamás la obtendrían se consolaban con creer que su "alma" era inmortal. El "alma" no existía sino ¿Dónde estaba mi alma? perdida, quizás.
Le regale una sonrisa a la humana, sin escuchar bien sus palabras, mi mente se encontraba a ciento tantos años de aquí, la época donde yo tenía esta edad donde me habían inmortalizado.-Bueno yo solo estoy aquí de vacaciones, tal vez me quede a vivir por aquí, no existe ninguna razón por la que deba regresar a Inglaterra.- Musite mecánicamente. Si regresaba a Inglaterra sería solamente si Katherine iba

:// cerrado a petición de Matt