Mision de bienvenida (mediodia, Jacob, libre)

El dia era impresionantemenet soleado, con un cielo tan azul como el agua que rodeaba todo el lugar. Me habia levantado tarde, ya que me encontraba cansada del dia anterior haber hecho la mudanza en mi nueva casa. Simplemente la adoraba, sus espacios iluminados, sus colores, su ubicación algo alejada... cada vez me convencia más que habai decidido bien en mudarme alli.
Creo que será un buen lugar para el ejercicio mi pensamiento era algo diabolico, porque una salida a correr se habia transformado en mi mente en la sangre derramada de un vampiro. Desvié la mirada hasta que la posé en una pequeña casa blanca con aberturas rojas y varios arboles rodeandola.
Ésta debe ser la casa... me acerqué jugando con mi cabello suelto y acomodé mi larga remera militar sobre mi short negro. Cuando habia investigado con uno de los sabios de la montaña él me habai dicho que una manada de lobos a cargo de un joven de apellido Black se establecia en La Push y podria encontar su residencia preguntando simplemente a los vecinos.
Me acerqué a la casa y respirando ondo toque unas veces y esperé a ver que me deparaba el destino.

Tok-tok. Sonó la puerta varias veces, Billy no estaba en casa, y mis hermanas menos, era de esperarse, lo único que no, era ese "Tok-tok". Yo me encontraba envuelto entre sábanas y cobijas, con varias almohadas tiradas en el suelo, sólo una estaba en su lugar, detrás de mi cabeza. De mala gana me levanté de la cama, de la cálida y dulce cama, aquella, mi amiga fiel e inseparable, era gracioso, amaba mi cama demasiado, más que la comida; cosa que me recordó que el estomago me rugía, ya levantado de mi amiga fiel me puse unos shorts gris, con una camiseta blanca en mi hombro, dando pasos torpes y soñolientos hacia la puerta, cuando me acercaba a la puerta para abrir intenté ponerme la camiseta, cosa que no conseguí, me la había puesto mal, de plano me desesperé y dejé de intentar, de nuevo la puse sobre mi hombro; el "tok-tok" sonó otra vez, estiré mi mano hacia la perilla y abrí la puerta rechinante.

Me sorprendí, una chica estaba posada frente a mi puerta, jugando con su cabello, y yo...sin camiseta, que vergüenza, lo peor era que no la conocía, había oído que alguien se iba a mudar a La Push, nunca pensé que fuera ella, lo deducía porque conocía cada rostro, voz y paso de los habitantes del lugar, ella era de lo más desconocido que hubiese visto en La Push. -Ehhhh, hola, me llamo Jake, tu debes ser la chica nueva.- Dije dubitativo y un poco avergonzado. -¿Te puedo ayudar en algo?- De pronto mi estómago rujió una vez más, esta vez lo hizo muy notoriamente, lo bastante fuerte como para que la chica lo escuchara. -Ehhh, lo siento, tengo hambre y acabo de despertar, iba a comer algo pero...puedes pasar.- La invité extendiendo una mano y abriendo la puerta por completo. -Disculpa el tiradero, pero, en casa de hombres no hay demasiado órden, siéntete cómoda, es tu casa.-
Giré mis pasos de la sala hacia la pequeña cosina, recorriéndola hasta el refrigerador, lo abrí para ver si algo era de mi antojo, por suerte había un sandwich preparado en él, Billy lo debió haber preparado. Lo saqué y lo metí en el horno, poco tiempo del necesario, pero necesitaba meterme algo a la boca en cuanto pudiera, tenía mucha hambre.
Lo tomé desesperadamente y le dí un bocado, después de saborearlo me dirigí de nuevo con la chica. -Y..¿cómo te llamas?, ¿cuánto tiempo tienes en La Push?- La verdad no ponía mucha atención a lo que hacía, sólo miraba el sandwich, pensando en donde morder la próxima vez.

Tras unos segundos de impaciencia tras la puerta de madera, unos fuertes paos se escucharon, y casi al instante un norme chico de rasgos oscuros pero definidos y muy hermosos apareción, con el sueño plasmado en su rostro y unas mejillas sonrojadas al verme parada alli. Jugaba con su camiseta pero en ningun momento atinó a ponersela, mientras hablaba solo, ya que en los espacios que em dejaba para que respondiera se ponia ahacer algo más o a adentrarse en su casa.
Por mi parte, me quedé apoyada contra el marco de la puerta algo sorprendida con el muchacho, del cual no sabria decir si era hiperactivo o lo habia puesto nervioso.
-Mi nombre es Sabrina Licardi, y si, me mudé al poblado hace unos dias... a una cabaña casi en las afueras, "Flor de Acero" -algo en mi se debatia en como tratar a ese muchacho. Por un lado daban ganas de tranquilizarse y tomar su amabilidad como un extraordinario gesto de sincera confianza, y por otro.. ¿Que acaso el chico siempre era tan confianzudo con desconocidos? Pasé con un suspiro, viendo lo que él hacia mientras inspeccionaba el destartalado lugar, impregnado con ese aroma tan caracteristico de la madera, la sal y los lobos.-En realidad lamento haberte despertado, salí a hacer una recorrida por el lugar y.. digamos que me enviaron a tu casa, por información
No sabia si sentia en mi la fuerza de licantropa, pero me hubiera gustado que no solo para mostrarselo d ela mejor manera. Lo miré con detenimiento, su cuerpo dormado y escultural, con un dorado brillante como el mio que parecia tener destello propios... me acerqué a él mientras comia despreocupado y clavé mis ojos verdes en él, relajando mi cuerpo y pasando mi mano por su hombro.-No me molesta el desorden, solo no quiero ser una molestia.. vine porque me dijieron que en esta reserva vivian los descendientes de Emprain Black

La última frase que dijo hizo que me sorprendiera aún más. Pasé el bocado y porfin pude contestar. -Sí, así es, soy descendiente directo de él, espero que no sepas todo, ¿o sí?- Sentí en su mano el calor de un licántropo, ella parecía más humana que licántropa, pero aún así pude distinguir que eso era, una licántropa. -Bueno, creo que ya lo sabes. Yo soy el alfa del lugar, o algo así, pero, quisiera decirte que en este lugar hay personas que no son personas, debo creer que las conoces, son vampiros, y nos dedicamos a alejarlos de los humanos y La Reserva de La Push.- Conluí y deboré por completo el sandwich, me dirigí a una de las sillas de comedor que había cerca.-Ven, toma asiento, debo decirte más...- Esperaba que me siguiera y que entendiera que no había ningun motivo de extrañeza, ahora que ella era del lugar, también era de la familia, la manada, y la población; de cualquier modo sabría todo acerca de ella cuando se convirtiera en lobo, al igual que ella haría conmigo.

Como su actituid del principio, sigui sorprendiendome con su sinceridad y al confianza con la que abria el dialogo y su mente a una completa extraña. Retiré mi mano de su hombro y me alejé un paso para ver sus facciones mientras gesticulaba y hacia su presentación del lugar.
Con que el Alfa... parece joven a pesar de su contextura y su rostro duro
-Lo se, por eso he venido aqui.. desde que me transformé por primera vez mi objetivo fue poder destruir a cualquiera de esas criaturas que se cruzara en mi camino, o que yo me cruce en el suyo-hice una media sonrisa y lo seguí hasta el comedor, pero sin sentarme, manteniendo distancia y aun con desconfianza y desden. -Espero que no me malinterpretes, lo que más queria era una manada y conocer más sobre esto... pero no suelo apegarme mucho a las personas
Lo miré un poco más y luego desvie mi mirada hacia una parte de la pared donde las fotos de segun crei, sus amigos, llenaban el espacio bvacio de la casa. Sonrei y luego pasé mi mano por mi cabello, buscando demostrarle que mi problema no era con él.

Entendía muy bien su situación, más de lo que esperaba. -Bien, pues creo que necesitamos dar un paseo como lobos y divertirnos un rato, para que eso de "no suelo apegarme mucho a las personas" sea algo que no aplique conmigo.- Dije entre pequeñas rizas, tratando de que la chica, Sabrina, tuviera confianza total en mí, pudiera decirse que sin conocernos ya éramos hermanos, al menos en cuanto a naturalezas, y aún así, sentía más confianza con ella que con cualquiera del lugar, ella era una persona que fácilmente me llevaría bien con ella, me quiera o no me quiera. Será divertido conocerla. Y un gran reto hacer que me acepte Pensé un momento, y en otro, terminando de ingerir el pobre sandwich, o lo que quedaba, me levanté, tratando de hacerle captar a Sabrina que quería que saliera conmigo un rato. -¿Quisieras ir conmigo al bosque un rato? A dar un pequeño paseo.- Quise insitar con tono de inoscencia, para que ella aceptara ir, para que supiera que podía tener confianza conmigo, para que me dejara de considerar como una persona, y que me considerara como un amigo.

Levanté una ceja con su primer comentario, en verdad el chico era muy entusiaste y confiado, y sin darme cuenta, uan risa se em escapó entre los dientes.
-Empiezo a creer que eres un excelente Alfa-dije con una sonrisa mientras recorria con al mirada la ventana, que proyectaba una extensa panoramica del bosque. Luego me volvi hacia él mientras pensativo, terminaba su almuerzo y volvia a sumergirse en su mente, pero antes, la risa renacia en su garganta y me miraba curioso.
-Supongo que podriamos pasear y me muestras el lugar, aunque tambien deberias decirme como hacen los trabajos aqui, las guardias, quiens son los demás de la manada...- lo mire de reojo mientras me quitaba la mochila que llevaba colgada en la espalda y me decidia a sentarme, porque aunque no me gustara la idea de hacerme amigos, siempre era cortés y responsable, y más, con un tema que me interesaba tanto.
Tampoco deberia creerse que transformados en lobos podria leerme la mente... aunque no deberia ser tan desconfiada

Me gustaba la forma que Sabrina tenía de pensar, directa, lo único molesto era su tono un poco de gendarme muy bien camuflajeado. -Me agrada la idea...-Dije con sinceridad.-....Bueno, pues, entonces hay que ponernos en movimiento.- Me levanté de un salto, con intensiones de volver a mi habitación para vestir adecuadamente. -Ahora vuelvo, Sabrina.- Al caminar hacia la habitación, las maderas rechinaron sutilmente, al fin llegué, tomé unos shorts de por allí, me quité la pijama, me puse los shorts, me quité la camiseta, debería dejarla si quería convertirme en lobo sin destrozar otra prenda, así que la voté por una esquina del cuarto, totalmente de cabeza.
Finalmente salí, con los shorts, cortos, sin camisa, con el torso al natural. Ha. -Bien, listo.- Invité a Sabrina con un pequeño ademán, abrí la puerta de la casa y salí, esperando a que Sabrina hiciera lo mismo, me posé sobre el pórtico, cruzando los brazos.

Claramente, parecia más contento con que ocmenzara a "colaborar" con su protocolo de bienvenida, y sinceramente, no queria pasar por una adolescenet descortés. Pero él, sin imitar mi tranquilidad sentandome para conversar, revolvió al casa con su paso rápido y sus movimientos ágiles para ir hasta una habitacion al final del pasillo y volver cambiado y con una sonrisa en su rostro. Lo miré desconforme, ya que creia ver sus intensiones en sus ojos negros, pero la idea de arruinar mi ropa para conocer al bosque no me agradaba. Me paré y me acerqué a él cuando se colocó en el umbral de la puerta y colocaba en su rostro una máscara de impacienca.
-Creo que vamso en direccione sopuestas Jacob-aseguré saliendo de su casa, otra vez con mi mochila al hombro y con un paos lento- ya te lo dije, mi intención es informarme asi que si pretendes mostrarme el territorio, la frontera o lo que sea, por el momento será de la forma humana
Sabia que no le debia ser facil lidiar con alguien con mi caracter, ya que se notaba que la gente de alli no presentaba barrera alguna para entablar lazos con los demás, pero no podia evitar que la desconfianza por un nuevo lugar, una nueva forma de vida, y un nuevo conocido me opusiera abrirme.

Me parecía que la chica era una persona difícil de tratar, era obvio que no se dejaría llevar por lo que digera.

Frustración y un poco de confusión atravezaron mi ser por un momento, y en otro, volvió a mi mente el recuerdo de que tenía una reunión muy importante con Ness junto al río. Me ví inhundado en vergüenza, pero aún así tenía que decírselo.
-Bueno, Sabrina, voy a tener que comerme mis palabras, tendrá que ser en otra ocasión, ¿te parece?- Dejé que la frescura y la serenidad, cosa de la cual carecía, me tranquilizaran. -Mira, debo arreglar un asunto acerca de los vampiros, si quieres me puedes acompañar, será juno al Río Quilayute, me gustaría que ueras, ahí te enterarás de todo...- No sabía si lo próximo era buena idea, pero igual lo dije. -...y además quiero que conoscas a alguien.- Dije eso último pensando en Ness, dejando de lado todo sentimiento ajeno al deseo y la desesperación.

Para mi gusto, todo aquello tenia un tinte demasiado familar y amistoso que me frenó por un momento y tragué saliva al tiempo que me paré y estudiaba su invitación con cada uno de sus gestos. Ponerme a la defensiva no ayudaria, y a pesar de mi carácter distante y a la defensiva, mis objetivos rompían todas aquellas barreras. Sin hacerme rogar más, asentí y me dispuse a caminar a su lado fuera de la casa, meditando sus palabras para responderle de tal forma que entienda que..:
-Por sobre cualquier cosa, mi propósito es luchar contra cualquier vampiro que amenace la vida pacífica de los humanos- le sonrei de la manera más sincera que pude y con un suspiro salí al sol del mediodia pasándome la mano por la frente y bajando mi guardia de aquel chico tan amable y lider de la manada.- Si tienes una reunión no voy a interrumpir, solo quiero saber como nació la manada, contra quienes luchan...
En mi fuero interno una voz me susurraba que lo que me interesaba era también conocer sus historias personales, sus vidas, como habian nacido sus genes... todo aquello que seguramente Jacob interpretaba como "información básica de la manada". Lo invité a caminar en dirección al bosque, observando todo a mi alrededor e intentando encajar en aquel nuevo mundo.

//OFF: Si quieres cerramos aqui luego que respondas y abrimos en el Bosque de La Push

Me parecía que era mal momento para olvidar mis deberes, y más para confesarlos. Para mí era normal, muy amenudo uno se llena de debres y obligaciónes, y eso suele resultar fatídico, y más aún cuando no querías el puesto que llevas, causando más problemas a los que ya tienes. -Sabes que tus dudas también son las mías, no te preocupes, te ayudaré a saberlo todo, pero en otro momento.- Mi voz se tornó un tanto seria. -Luego te iré a buscar para hablar contigo, si no te molesta, llevaré a una persona más.- Pensaba en Ness, tal vez la idea de que se conocieran no sería mala después de todo.
Lo único que me molestaba de estar con Sabrina era su obsesión al derecho que tenía, derecho de saberlo todo, pero lamentablemente me era más que fatídico tratar ese tema. -Pues, estaré en tu casa luego de terminar los asuntos. Espero encontrarte, hasta luego.- Dije interpretando un "Nos veremos". Dando pasos hacia donde en verdad debía estar, junto a Ness, junto a quien le debía decir más que "Mi Ness", sino un próximo "Novia".
Mientras dejaba de planear lo que haría, me escondí entre los árboles que se elevaban cerca de ahí, desvistiéndome a la vista de nadie, para luego pasar a ser quien deseaba ser, un lobo.

//OFF:Le digo a Ness que cierre y te espero en tu casa. ¿Te parece?

Mientras esperaba la reacción del chico para ir juntos al bosque, donde queria presentarme alguien y contarme lo de la manada, su rostro fue poblando de dudas y mis pasos se detuvieron en seco. Se disculpaba conmigo, pero con una actitud seria y muy distinta a la que me venia mostrando hasta ahora, para poder retirarse y posponer lo que iba a decirme. ¿Acaso se habia enojado por mi actitud o se dio cuenta que habia algo que no podia decirme y debia reeplantearse los hechos? Levanté una ceja cuando mencionó lo de alguien más, ¿no entendia mi poca predispocicion a hacer nuevos amigos?
No alcancé a abrir la boca, tal vez no me dio tiempo aproposito, por lo que reflejaba mi cara, y se marchó en dirección al bosque con una actitud seria y decidida. Mi desconcierto era inmenso, y solo atiné a soltar un bufido y salir a grandes sacadas del portal para alcanzar la calle y dirigirme a mi casa. Por lo visto el chico no habai entendido nada sobre todo lo que le conté de mi falta de sociabilidad, pero si empezaba mal todo aquello, jamas conoceria mi naturaleza.

//Cierra y luego abro en casa. Avisa