Agotado (anochecer lluvioso, Luna)

Después de mi fallido intento por hacer que Luna bebiera sangre humana le acompañe a cazar un par de animales en el bosque.
Tal vez mas adelante se consumaría el cambio, pero por el momento, iríamos lento, no podía hacer un cambio tan radical, tan de golpe.
Así que me senté a mirarle cazar, con esa gracia que tanto le caracterizaba, y a intentar saber a quien me recordaba, estaba seguro de que ya había conocido a alguien parecido a ella, tal ves solo había sido alguna persona que conocí en mi buque, pero yo sentía que era otra cosa.
Por fin termino de alimentarse, y al parecer estaba bien satisfecha; se recostó junto a mi, respiraba rápidamente, como si la caza la hubiese agotado, fue entonces que supe a quien se le parecía.
-Luna- dije sacándola de su descanso- desde el primer momento en que te vi llamaste mucho mi atención, y creo que no lo disimule ni poco, lo debes haber notado, al igual que Roberto y Antonio lo hicieron. -me detuve un momento, no sabia si estaba bien hacerle tal confesión, respire profundo y continué- Y acabo de descubrir la razón, cuando era humano, me enamore de una niña, bueno ni tan niña, pues ya tenia 16 años, al igual que yo, ella tenia un gran parecido contigo, bajita, esbelta, cabellos dorados, muy blanca, incluso su forma de ser era como la tuya, sus ojos cafés eran como estrellas para mi, su nombre era Denisse, y antes de irme a la mar le prometí volver y casarnos, lamentablemente mira lo que me paso, por ello, por su bien le mande una carta notificándole mi desaparición, para que ella continuara su vida, y claro lo hizo, se caso, tubo hijos, algunas veces los espiaba, incluso estuve en su entierro, muy triste, pero no sufrió, fue muerte natural. Así que es por eso que te veo con estos ojos enamorados, pero se que no eres para mi, no le haría esto a mi amigo.- calle, le había dicho demasiado.

El sol se había puesto de nuevo en el ocaso, haciendo clara evidencia de la aparición de la lúgubre noche, las gotas de lluvia caían con delicadeza, pero aun así nos empapaban. Una vez más corríamos a toda velocidad, yo en la espalda de Franco, sostenida con vehemencia. Sentía el viento frio golpear mi rostro cálido y esas molestas gotitas, pero no importaba, este día había sido de lo más exhausto y largo que jamás había tenido. Encontrarme con otra hibrida era casi imposible. Encontrarme con una licántropo y un carnívoro se me hacía aun peor. Esta vida está llena de complejidades que el ser humano es incapaz de creer, concebir y entender, para mi mala suerte yo si las entendía, las concebía y las creía. A veces sería bueno ser un simple mortal, sin agobiarse siquiera. Y cuando crees que la vida está mal y no esperas a que empeore pasa justamente eso. Cada vez nos acercábamos a lo que ahora llamábamos hogar, para poder descansar después de cazar. Podía sentir en mis labios la sangre del animal cuya vida había arrebatado. Aún estaba sorprendida por esa acción pero mis instintos vampíricos me traicionaban, y ahora deseaba sangre. Franco se paró de golpe por alguna razón, yo mire al rededor para encontrarme con Andrés y Luna que se encontraban echados en el pasto, relajados, sin mayores preocupaciones. Baje de un salto del cuerpo de Franco y corrí hasta donde Luna.-Luna!!!!!!.- Musite con alegría. Tenía mucho que no la veía, había desaparecido después de alguna riña con sus múltiples novios.- No sabes cuan preocupada he estado.- Dije como un reproche, pero siempre con esa sonrisa amable que había heredado de Maximiliano.

No sabia si el agotamiento o el atascamiento de sangre estaba haciendo que no escuchara bien, pero si era verdad lo que decía Andres no quería oírlo mas, estaba enamorado de mi porque me parecía a alguien de quien estuvo enamorado, eso no era agradable.
No le iba contestar, solo me iba levantar y marcharme, tal ves me despidiria para no verlo mas, pero solo eso, algo muy descortés.
Por suerte llegaron Frank y Any a salvarme.
Me levante y la abrase fuertemente, si fuera humana ya estaría bañada en lagrimas.
-Any, te extrañe muchísimo, tu padre esta en mi casa, quiere verte- entonces me llego un olorcito que no era normal en ella- te has alimentado de una manera no común en ti? - dije agarrándola de los hombros e inspeccionando sus ojos.

Después de habernos encontrado con Nessie, una hibrida, Dmitry, un carnívoro y Sabrina, una licantropa, esperaba que el día terminara en algo menos enredoso. Jamás había estado tan confundido en mi vida y creía que nada más la podía confundir.
Corría a toda prisa para llegar pronto a la casa de mi hermana, para que así Anya descansara del fatigoso día. Si creía que esta vida estaba loca, solo era el principio de una eternidad llena de sorpresas. La noche nos había alcanzado y con ello la lluvia, que bien era ligera una simple brizna, pero a la velocidad que corría nos empapaba por completo.
Entre los aromas que se disfrutaban del bosque percibí uno que ya me era familiar. Lo seguí hasta dar con su dueña, quien estaba recostada en el suelo junto con otro vampiro cuyo nombre y presencia desconocía por completo. Baje la velocidad hasta caminar a pasos lentos. Anya bajo de mi espalda en un salto grácil y se echó a correr para acaparar la atención de Luna, aquella mujer que tenía aspectos físicos muy similares a los míos, me preguntaba si tuviéramos alguna relación familiar. Eso era imposible ya que ella no podía tener herencia.
Cuando por fin me acerque más a los vampiros observe con mayor a tención a él. Lo esencial, pálido y perfecto, de cabellos chinos y negros, perfectamente peinados y ese color...Rojos. -Hermanita, no sabes que gusto es verte de nuevo.-Dije sonriendo y sin quitarle la mirada de en sima al vampiro.- ¿Notas algún cambio en ella? Pues sí, hoy me sorprendió comiéndose un ciervo entero ella sola.

Esperaba algo, minimo una sonrisa o molestia, pero en lugar de eso Luna se volvió estatua, signo de sorpresa, o eso supuse. Estuve a punto de pedirle que dijera algo, -di algo, no me dejes así con todas estas sensaciones por dentro comiéndome-, pero llegaron dos casi niños, conocidos de ella, quien en el instante que aparecieron volvió a su cuerpo.
Los tres ignoraban mi presencia, no me agradaba eso.
-Hola soy Andres, un amigo de Roberto, mucho gusto- dije interrumpiendo su "tan interesante" charla- y ustedes son?

Para mi gran sorpresa Maximiliano se encontraba en busca de mí. Puse los ojos en blanco ¿Ahora que quería? A lo mejor solo había venido para conquistar una vez más a Luna.-Sabemos bien que él no viene a buscarme a mí...Creo que más bien a ti.-Dije con amargura. Odiaba que pretendiera a mi amiga después de que esta lo hubiera rechazado.
Inmediatamente Luna se percató del olor de la sangre animal que emanaba de mi boca, sonreí con algo de pena y me tape la boca. A esto Franco agrego su opinión, se suponía debía ser secreto, pero eso era inútil.
Nos habíamos olvidado por completo de la presencia del vampiro, lo recordé hasta que volvió a hablar presentándose una vez más.-Creo que tú y yo ya nos conocemos. Él es Franco, mi prometido.-Musite con una sonrisa en mis labios.

Era muy cómico la manera en que Andres quería hacer notar que existía, y mas aun que parecía no conocer a Any, cuando hasta hace unos días creyó que ella era yo.
-Jejejejeje,- no pude evitar el reírme- y mi hermanito, apoco no nos parecemos?- dije mientras abrazaba a Franco e imitaba sus gestos.
En algunas cosillas básicas eramos parecidos, si hacías una descripción básica de Franco y yo podía que si, castaños, pálidos, ojos color caramelo, pero si ya ibas mas a fondo, había diferencias.

Realmente no eran tan parecidos, yo juraría que no eran hermanos de "sangre", tal ves solo lo llamaba así por el gran afecto que le tenia al niño.
Inhale profundamente y en el momento en que termino de hablar Luna decidí hacer la declaración que le seguiría a aquello que le había contado a Luna, aun sabiendo que Robbie la amaba, yo también sentía lo mismo, y si tiempo se le había terminado.
-Excelente, entonces- me estire y tome la mano libre de Luna- si tu hermana acepta, creo que pronto seremos cuñados, Franco- me arrodille y la mire directamente a los ojos- Luna, me permitirías intentar entrar a tu corazón?

Todo transcurrió de una manera fugaz. Primero el vampiro se había presentado y las chicas hicieron lo mismo presentándome a mí. Sonreí amable, si él era amigo de Roberto también sería mi amigo, no exista ningún problema. Ahí era donde te dabas cuenta que la vida podía resultar divertida y algo confusa. Él era carnívoro pero no igual que Matt, Dmitry y Antonio, sino más como Roberto.
Correspondí al abrazo de Luna, rodeando sus hombros, calculando mi fuerza y recargando una mejilla en su cabeza. Abrí la boca lleno de impresión, no esperaba que hiciera tal cosa ese vampiro. Tomando delicadamente una de las manos de Luna y arrodillándose en el pasto mojado se le declaro. Valla que buen amigo de Roberto resultaba ser, pero no juzgaría, yo no, eso lo tenían que hacer Luna y Roberto. Solté a mi hermana lentamente mirando sorprendido al vampiro que esperaba la respuesta de su amada. Habíamos llegado en un muy mal momento. Voltee a ver a Anya, quien poseía la misma sorpresa que yo, con una mirada llena de súplica, tratando de pedir que nos largáramos del lugar.

Hermanos", esa era la palabra que siempre utilizaban cuando se presentaban, aunque no tuvieran nada en común, a no ser por el cabello, los ojos y lo pálido, de lo contrario no utilizarían tal palabra. Moví la cabeza de un lado a otro y puse los ojos en blanco.
Sorpresa, eso era lo que nos había dado Andrés con lo que decía. Postro una rodilla en el suelo y tomo la mano de Luna, musitando con ternura y casi devoción que la amaba, que le permitiese entrar a su corazón pétreo y sin signo vital. Yo abrí los ojos desmesuradamente, eso era algo que no nos esperábamos. Otro vampiro más enamorado de Luna. Mire a Franco que se encontraba sorprendido tanto como yo, pedía con su sola mirada que nos fuéramos del lugar, pero ¿Sería eso lo correcto? Sería correcto dejar a Luna con Andrés, debíamos averiguarlo. Camine hasta ponerme del otro lado de Franco, tomando su mano y mirando a Luna.- ¿Quieres que te dejemos sola?-Pregunte con curiosidad.

Esto era demasiado vergonzoso, si lo anterior lo había sido, esto lo era aun mas.
Mire a Franco y Any, si fuera humana ahora mi cara parecía un jitomate con ojos, lamentablemente al ver los ojos de Any hice que ella sola contestara a la pregunta, no se iría, no queria estar sola en esto.
Quería mirar a Andres y obligarlo a olvidarse de sus absurdos sentimientos hacia mi, pero me era imposible, era aun mas grande mi vergüenza.
-Estas loco- dije aun sin mirarlo y zafando mi mano de la suya- tu no me conoces, solo crees que soy alguien que ya murió, ademas no le puedes hacer esto a Roberto, el es tu amigo- de alguna manera debía recapacitar.

No era lo que había esperado de un momento como este, pensé que ella se lanzaría a mi, me respondería con un beso de su dulce boca, o algo parecido, en cambio me rechazo cruelmente.
Me levante en cuanto menciono a Roberto, y tome su cara entre mis manos, podía sentir su respiración, era tan agradable sentirla cerca.
-Lo se, se que hago mal en quererte, e intente sacarte de mi cabeza, luche contra mi y mis sentimientos erróneos, sabiendo que tu no eres mi Denisse, pero no pude, me enamore de ti Luna, se que no te conozco, pero quiero hacerlo, saber todo de ti todo- estaba sonando como un psicópata obsesivo, pero no podía evitarlo.

Esto era peor que una caminata a la luna. El suelo era tan desparejo y húmedo que comenzaba a arrepentirme de mi loca idea por dar un paseo por el bosque. DEbía llegar a mi coche antes de que cayera más la noche y ya no pudiese orientarme Auch, ay, me quejaba a cada paso. Pero era tan bello... practicamente irresistible, se sentía el aire fresco, colmado de humedad que alborotaba mis bucles de una manera disparatada. Al dirigir la vista hacia arriba los árboles formaban un exuberante techo natural, que se filtraba apenas la poca luz que lograba escapar de la niebla que se preparaba para recibir a la noche. Suspiré, intentando guardar en mi memoria cada unos de los detalles que recogía a mi torpe paso. Pero en un memento, tropecé y caí de bruces, dándome un fuerte golpe y dejando escapar un grito ahogado, imperceptible. -Dios mio...- apoyé mis manos en el suelo y me incorporé con dificultad pero al hacerlo me di cuenta de que el terreno era como una especie de colina, mi inestable equilibrio no soportó y me resbalé cayendo por el pequeño terraplén. Grité muy asustada, lo más fuerte que pude y al llegar al suelo, al dejar de caer, me dí cuenta de que un grupo de personas se encontraban muy cerca de donde yo estaba y ni siquiera me había dado cuenta. -Oh... eso dolió- me dije para mí misma, haciendo muecas. Por suerte solo eran rasguños.

Todo esto no era más que una vil ridiculez, no quería enterarme de nada de los asuntos de Luna y sus tantos y múltiples parejas. Irnos era la mejor opción pero Luna no dejaría a Anya irse y eso me tenía ahí, aun. Trataba de concentrarme en los sonidos que existían a mi alrededor, el rápido andar del corazón de Anya y su respiración acompasada, el suave viento acariciando nuestros rostros, las gotas de agua golpeando el suelo y algo más. Una humana se encontraba cerca de los alrededores, sus pasos torpes provenían de una colina alta y no muy lejana. Ahora si debíamos irnos antes de que se apareciera por ahí ya que mis sentidos aun me traicionaban. Me volvía para ver a Any y pedirle que nos largáramos inmediatamente, lamentaba dejar a Luna, pero no podíamos hacer más.-Any...-Dije interrumpido por un golpe en lo alto de la colina y unos gritos llenos de temor. Voltee a ver de donde provenían y la vi. Una mujer caía descontroladamente desde lo alto de esa colina, golpeándose con todo lo que se encontraba su alcance. Cuando por fin dejo de caer se revisó su cuerpo que contenía cortadas de donde salía sangre, muy poca pero salía. Desde hacía quien sabe cuento tiempo no interactuaba con ningún humano por mi descontrol y ahora ella estaba ahí.
Todo en mí se nublo, de je de razonar y tener esos pensamientos tan coherentes que siempre tenía. El olor de su sangre, por mínima que fuera, se elevó desde su lugar y llego impactándose de lleno contra mi nariz. La ponzoña salía a borbotones y no pensaba en nada que no fuera esa sangre pasar por mi garganta. Tense mis músculos, gruñendo por la molesta sed que había vuelto a nacer en mí, y eche a correr en dirección de la humana, sin pensar en anda que no fuera su sangre dulzona apaciguar mi sed.

Quedarse a escuchar las cursilerías de Andrés me desagradaba por completo. Franco y yo no teníamos lugar ahí, estábamos de sobra y el vampiro podía molestarse de nuestra presencia, pero tampoco podía dejar a Luna sola y con su sola mirada me lo había dicho, me reprocharía si llegaba a abandonarla. Miraba a todos lados, sin prestar mucha atención a lo que decían ambos vampiros. Voltee a ver a Franco que me llamaba y su mirada era de completa suplica, yo también quería irme pero no podía, simplemente no. Algo distrajo por completo su atención y de paso la mía. Mire a una humana caer desde una colina que estaba apoca distancia, golpeándose con los obstáculos presididos por esta y gritando con todas sus fuerzas. Miraba impactada tal caída, olvidándome de todo.
Errores siempre son cometidos y algunos se vuelven imperdonables. Eso había comentado yo al quedarme un instante más ahí, ahora la humana corría un peligro inminente estando cerca de un vampiro carnívoro.
Franco perdió los estribos por completo, claro se me había olvidado por completo que era todavía un neófito y que desde su transformación no interactuaba con humanos. Las chica sangraba muy poco pero eso fue suficiente para que Frank enloqueciera por completo, se tensó y gruño con amenaza para después echarse a correr en su dirección, a una velocidad impresionante.- ¡NO FRANCO!-Grite con el pavor en mi tono de voz y corriendo tras de él. La chica sería muy afortunada si llegábamos a tiempo, de lo contrario su vida acabaría en un flash.

Las palabras de Andres golpeaban ms oidos, por lo que me los tape, no me gustaba escuchar tanta estupidez absurda viniendo de alguien a quoen crei interesante.
De pronto un delicioso aroma llego hasta mi nariz, al parecer Franco y Any miraban el lugar de donde provenia el olor. Con un rapido movimoento Franco se lazo en direccion a la chica, Any no podria controlar a Franco y salvar a la chica al mismo tiempo, asi que sali corriendo detras de ambos suplicando no perder la cordura y salvar a la chica a tiempo.
Deje de respirar y rapidamente rebace a Any, pero seria mas que dificil alcanzar a mi hermano asi que intente gritarle, sabiendo que el era inmune a mi control mental.
-FRANCO TU NO ERES UNABESTIA, NO LE HAGAZ DAÑO!!!- suponía que no me haría caso, pero no perdía nada con intentarlo, mire hacia la chica que yacía en el suelo, aun frotando sus heridas, tal ves creía que Franco, Any y yo corríamos hacia ella para auxiliarle, pero no era así, esos podían ser sus últimos minutos, y yo no lo permitiría, no por ella, si no por Franco, entonces se me ocurrió la grandiosa idea que tal vez si lograba que la chica me mirara la haría moverse, así que le comencé a gritar- CHICA CHICA AQUÍ AQUÍ VOLTEA- mientras agitaba mis brazos, suponía que desde lejos esta escena se vería bastante graciosa conmigo agitando los brazos como una lunática, "Luna la lunatica".

Me frustraba ver que Luna se tapara los oídos para no escucharme, era de suma importancia lo que estaba diciendo y ella ignorándome, me entraron ganas de ir y quitarle las manos de las orejas, pero cuando por fin me decidí a hacerlo algo capto mi atención, un sonido seguido por un aroma, un delicioso aroma, y también la atención del hermano de Luna, aunada a la atención de ella y la de la otra chica.
Todo ocurrió muy rápido, de un segundo a otro el chico corría en dirección a la chica de quien provenía el aroma a sangre, y detrás de el su novia y Luna.
Intente quedarme parado, no pensar en la chica ni en la sangre, pero no pude evitarlo, cuando me di cuenta yo también corría en su dirección y estaba dispuesto a pelear por mi alimento, tal ves el chico era un neófito, pero yo tenia mas experiencia.
Algo me saco de onda, era Luna gritándole a su hermano y después a la chica mientras agitaba sus brazos, que pretendía?, ella no quería beber sangre humana, así que la única respuesta seria que intentaba evitar que su hermano comenzara a hacerlo.
Conteniendo la risa que me causo ver a Luna haciendo sus esfuerzos decidí ayudarle.
De un salto derribe al chico, haciendo que ambos giráramos en el suelo, ahora Luna y Anya podían huir con la chica herida.

Auch!... Dolores punzantes sentía en cada parte del cuerpo, en esos lugares la sangre estaba acumulada, los sentía latir como si tuviese un corazón aparte en cada futuro hematoma. Respiré profundo un par de veces e intenté mover mis piernas, con cuidado, ya que tenía miedo de haberme lastimado gravemente. Me incorporé a empujones y tambaleandome al momento que escuché gritar a una de las personas con voz fuerte; al levantar la vista, vi a un hombre que se acercaba a mi corriendo a una velocidad disparatada, para luego sumársele dos personas más una chica que junto con la otra comenzaron a perseguirlo y gritarle y otro hombre que saltó sobre el y lo tumbó al suelo. Una exclamación absurda se escapó de mi boca No, no otra vez... Mi respiración se agitó de golpe y una frío extremo se apoderó de mi cuerpo impidiéndome movimiento, no supe que hacer, cómo reaccionar... ¿Por qué a mi? bufé con cansancio. Me di media vuelta y comencé a trepar por la pendiente empinada con desesperación, no había forma alguna de escapar sino era escalando. Me apresuré, pero me parecía imposible moverme, resbalaba y volvía al mismo lugar simplemente con más heridas. Esta vez, los enfrentaría. Me paré firme de frente, era inútil intentar escapar... -Lo... lamento- dije algo asustada y aterrorizada.

Todo era una intrépida carrera contra el tiempo. Franco corría a una velocidad desmesurada perseguido por mí y Luna, quien me paso rápidamente, agitando sus brazos para llamar la atención de la humana, ya que no podía controlar a Franco. Andrés, se lanzó como bala tras de la humana y su sangre dulce, todo estaba en contra de ella. Para mi gran sorpresa los planes de Andrés cambiaron repentinamente o siempre estuvieron ahí presentes, no lo sé con certeza, se abalanzó sobre Franco dándonos una oportunidad muy valiosa para salvar a la chica.- Luna tu quédate con Franco yo veo a la chica.- Musite mientras corría hacia la humana. Aun no confiaba en el instinto animal que se podía desatar de Luna.
Pronto estuve cerca de la humana que trataba de huir del lugar a como diera lugar, presa del pánico y terror que causaba Franco.- ¿Estas bien? No, no te disculpes. ¿Por qué no mejor me acompañas lejos de aquí?- Pregunte con preocupación y ansiedad mientras la tomaba delicadamente del brazo. Si salíamos tendría que ser a la voz de ya, no me fiaba por completo de los tres vampiros.

No tenía control de nada, mi cuerpo reaccionaba por sí solo. La sed era devastadora y agobiante. La sangre de la chica entraba dulce por mi nariz haciendo mi suplicio más grave. Oía las voces de Luna y Anya gritarme con todas sus fuerzas palabras que no alcanzaba a razonar, no existía otra cosa que no fuera sangre y más sangre. Mi control lo estaba echando a la basura, como si nunca hubiera existido. La distancia entre la humana y yo cada vez era menos, mi suplicio estaba a punto de terminar.
Sentí una fuerza devastadora golpearme tremendamente, tirándome al suelo y dejándome casi inmóvil. Era el tipo cuyo nombre ni recordaba en esos momentos. Le gruñí enfurecido y con ambas piernas lo empuje lejos de mí, lo podía matar pero quería a la humana más que matarlo. Me preparaba para seguir mi cacería cuando vi a Anya acercarse a la chica, ahora ambas me miraban con los ojos llenos de pánico, un pánico que me hizo ver el monstruo que era. Deje de respirar, tal como Luna y Roberto me habían dicho que hiciera en casos como estos. No deseaba lastimar a la chica que no me había hecho ningún daño. Ni a Luna que me había ofrecido su amistad y sus conocimientos, igual que Roberto. Y menos hacerle algún daño a Anya, eso sería imperdonable.
Tense la mandíbula y cerré los puños, todos estos meses ya casi acababan y esta era la primera prueba de mi control.

Había olvidado por completo la presencia de Andres, y de pronto apareció de la nada, como caído del cielo, fue una gran ayuda, pues se abalanzo sobre mi hermano, agradecí profundamente que se encontrara en estos momentos conmigo, pues Ann y yo no hubiéramos podido pararlo ni amarrándolo las dos al mismo tiempo.
De inmediato seguí las instrucciones de Ann, quien corrió en auxilio de la humana, y yo hacia Franco, quien para ese momento ya se había liberado de Andres y estaba dispuesto a ir por la chica. Pero algo lo hizo desistir, tal ves el golpe lo hizo entrar en razón, o tal ves Ann, lo que fuese había logrado que Franco pensara.
Corrí hacia el y lo abrace fuertemente, una parte por alegría y otra para tenerlo prisionero si volvía a perder la razón. El estaba muy tenso, lógico, puesto que estaba poniendo una gran resistencia para no caer en esa enorme tentación que significaba la humana.
-Vaya hermanito, para ser la primera ves que te enfrentas a esto, lo hiciste muy bien, te felicito- dije mientras me paraba de puntitas para poder besar su frente.

El chico era mucho mas fuerte que yo, era un neófito, por lo cual alguien debía apresurarse a ayudarme.
Rápidamente se deshizo de mi, afortunadamente algo lo hizo reaccionar, y junto con eso apareció Luna, quien lo abrazo fuertemente; ella emitía una sensación de calidez maternal, que mas que su hermana parecía su madre. Me alegro ver el cariño con el que lo trataba que espontáneamente sonreí , ademas que su intento por alcanzar la frente de su hermano era algo gracioso.
Me acerque lentamente, no sabia de lo que era capaz el niño.
-Parece que entrenaron bien a tu hermanito Luna, quien lo haya hecho, merece una felicitación. Solo una cosa, ahora la chica que piensa que tu hermano quería hacerle y por que?

El pánico se aferraba a mis sentidos con una fuerza estrepitosa, no me dejaba pensar, no me dejaba ni siquiera respirar. Sentía mi corazón latir con furia presa del pánico y no había forma de tranquilizarlo, me tomé el pecho sintiéndolo subir a cada respiración con más dificultad. Calma... me dije. Respiré profundo una vez y a medida que seguía, iba resultando con éxito. Pero los temblores no cesaban y mi visión observaba todo y a la vez nada. Todo parecía ir a máxima velocidad y a la vez impresionantemente lento. Una mujer se acercó a mí en una velocidad que creí mágica. Sus grandes ojos me miraban apresurados y también deseando desaparecerme. -Si...- no había opción, no había otra salida. y tampoco sabía como saldríamos de aquel lugar ¿Escalando? A lo lejos divisé con dificultad el enfrentamiento que se sucedía con los demás. Por mi culpa. Me sentí devastada, ¿Acaso lo único que podía atraer era peligro? ¿Qué me sucedía? El piso era inestable, resbalozo, había señales de peligro en todas partes. Rocas, terraplenes, lodo... Suspiré, apretando mis puños a los costados, obligándome a dejar de temblar para volver a pensar con claridad. -Por favor, sácame de aquí...- le supliqué predispuesta y con el pánico a flor de piel.

Tome el brazo de la chica con delicadeza, con el temor a que se rompiera como una copa de vidrio. Su voz denotaba el pánico que salía desde su ser, obviamente no conocía cosas de esta naturaleza inimaginable para los humanos con sus vidas simples y monótonas. Le ayude a levantar y pose mi cálido brazo alrededor de su cintura para que no todo el peso de su cuerpo estuviera sobre de ella, presentía que se desmayaría de la adrenalina que irradiaba.
Volví la cabeza para ver que sucedía con los tres vampiros, que repentinamente estaba sedientos. Parecía que todo transcurría con más calma. Ahora Franco mantenía sus puños cerrados, igualmente que sus ojos. Luna rodeaba su cuerpo marmoneo y perfecto, obstruyendo cualquier alternativa que tuviera el neófito. Y Andrés... Solo estaba de estorbo.
Ahora sacaría a la chica lo más pronto que me fuera posible o sino me arrepentiría el resto de mi vida. Tratar de escalar no era el mejor idea, analice el bosque que se posaba frente a nosotros, invitándonos a una salida muy concurrida por árboles y arbustos, todo tan verde, un mundo de marcianos. Camine en dirección contraria de los vampiros, alejándome a pasos apresurados, arrastrando conmigo a la humana, que era ligera como una pluma.-De verdad lamento lo que sucedió allá atrás. Pero no te preocupes estarás bien, ya no correrás mas peligro.- Inquirí con voz amable y tranquilizadora, mientras me alejaba de los vampiros.

Mantenía los ojos y los puños cerrados con determinación y fuerza. Sin respirar, solo escuchar y sentir, tratar de relajarme y no pensar en la devastadora e insaciable sed que me consumía. Pronto sentí a alguien aferrarse de mi cintura con la misma determinación que la mía. Lo voz de Luna, ya tan conocida en mi mente, me ayudo, pero no lo bastante. Cierto, esta vez había conseguido frenarme a tiempo, mas sin en cambio ¿Que pasaría si volviera a sucederme esto? ¿Sería capaz de controlarme? ¿Amarraría a esa bestia que poseía en el fondo de mí ser?
Sus labios cálidos y suaves correspondieron a mi frente como un premio a mi "buena actitud".
Abrí los ojos lentamente y fulmine al vampiro que se acercaba con cautela.No soy un perro para que me entrenen, idiota, proferí dentro de mí, no quería envolverme en una disputa por estupideces. -¿Por...que, no nos...Largamos de…Aquí?- Pregunte con dificultades a Luna. Mientras veía como Anya y la humana se alejaban a pasos presurosos, estarían bien, de eso no cabía duda