Inesperado (Jane, Chelsea, Cullens, libre. Medio día nublado)

Me encamine hacía mi hogar primero con pasos lentos para cerciórame de que Jane y Chelsea me seguían, luego comenzó la carrera a la mansión blanca. El viento azotaba mi rostro de lleno, pero eso no significaba que me desagradara ni un poco, miles de fragancias se hacían presentes en el ambiente: tierra mojada, musgo, pino, roble, humedad, la sal que provenía del mar cerca de la reserva y otros tantos más me hacían sentir verdaderamente feliz de estar nuevamente en mi hogar y con mi familia.
Tras corre un tramo largo de regreso, con los árboles invadiéndonos por completo la vi, tan grande e imponente, llamativa y sin igual. La casa de grandes ventanales y de un blanco inmaculado se posaba frente de nosotras, lo único que nos separaba de ella era el río tan lindo que estaba a escasos metros. Lo salte con gracia mientras echaba un vistazo para asegurarme que las Vulturis aún venían tras de mí de todos modos si hubieran querido detenerse o irse a otro lugar lo hubiese visto en cuanto lo ejecutaran.
Baje la velocidad cuando por fin estuve a unos pasos de llegar a la puerta. Antes de siquiera atreverme a abrir la puerta volví a mirar por las decisiones de todos para comprobar que todo se mantenía igual, mi única preocupación era Bella que estaba en su cabañita propensa a dar una vuelta por la mansión si así lo deseaba, solo para asegurarse que yo estaba ahí y así quitarse de encima su soledad, no le costaba nada quedarse en su cabaña y hacer algo de provecho como leer o salir a cazar, pero tampoco le costaba nada salir corriendo hacía la mansión.
Después de verme tentada de dejar a las Vulturis para decirle a Bella que se quedara en casa que yo tenía algunos pendientes desistí por varias cosas, una podía ser que me siguieran las vampiras y otra que Bella me siguiera de regreso. Negué con la cabeza y abrí la puerta con un movimiento delicado y veloz para luego adentrarme hasta la sala.
-Siéntanse como en su casa.- Musite en el tono más alegre mientras me dejaba caer, aun que estaba cómoda parada las costumbres humanas estaban arraigadas.- Entonces... ¿Han visto alguna anomalía en el lugar?- Pregunte con inocencia y esbozando una sonrisa.

Observe a la equeña Cullen nos habia invitado a pasar a su casa para asi poder hablar mejor, en parte era bueno ya que quizas podriamos ver algun otro vegetariano. Camine con sigilo al lugar para despues hechar a correr tras la pequeña Cullen y llegar a su hogar, entramos y me dedica a mirarla mientras me sentaba con delicadeza en el sofa frente a la pequeña Cullen. -Veo que las cosas han cambiado por aqui- le dije refiriendome a la decoracion del lugar anque suponia que esto se lo debiamos a la esposa del doctor ya que tenia entendido que se creia toda una ama de casa.
Observe a Jane y le sonrei delicadamente incluso parecia tierna e inofensiva la pequeña capa cubria el vestido rojo carmesi que traia e incluso cubria mis zapatos asi que no tuve problema alguno en abrirla ya que obiamnete era Forks y el sol no llegaba al lugar por lo cual nadie sospecharia.

Nos movimos hacia la mansion Cullen tan garnde y escondida comprada con las otras casas de este pueblo. Iva al margen de Chelsea hasta que por fin llegamos.
La pequeña vampira abrio, se sento comodamente en el sofa y dijo unas cuantas palabras, note la casa, habia nueva decoracion, al parecer la esposa de Carlisle se esmeraba en pertenecer al grupo de insignificantes humanos.
Seguramente lo mismo penso Chelsea ya que tambien vio unos segundos el lugar eh hizo un pequeño comentario volteandome a ver mientras mostraba una sonrisa reluciente.
Baje mi capucha de la capa nuevamente, observe a Chelsea y casi sincronizadas nos quitamos la capa ella llevando un hermoso vestido color rojo carmesi, y yo llevando un veestido de tirantes caidos en color azul marino.
Le devolvi la sonrisa a Chelsea, luego voltee a ver ambas capas.
-En donde podemos dejar esto?.- pregunte en un tono "amable" se podria decir.

Tiempo después de evitar lo inevitable. Me encontraba corriendo a gran velocidad viendo pasar los aromas envueltos del bosque. Entre a la cabaña seguida de Alice. Me encontraba bastante frustrada. Entre a mi habitación envuelta en indignación, y le abrí las grandes puertas blancas llena de tonos crema de mi armario.

Alice probablemente es la mejor amiga que me había podido conseguir en mi vida, pero no me lograba evitar que me tratara como su “Barbie”. Entro de inmediato al armario y saco la ropa tirándola al suelo y seleccionando por prendas y colores lo que era apropiado de mi vestimenta.
Tomaba cada una de mis blusas favoritas y las arrojaba a una bolsa negra con desdén. Bufaba mientras veía como se organizaba mi nuevo armario, todo el estaba impregnado de un estilo completamente distinto al mío. Ahora se parecía al closet de Rosalie.

Me arroje hacia el reclinable de terciopelo miel esperando ya no ver mas esa masacre.- Podrías dejarme una de mis blusas, las usare poco.- Le implore a Alice, sin obtener respuesta veía como los colores de mi armario cambiaban y las bolsas de basura se llenaban mas.

Su rostro reflejaba triunfo al ver mi armario organizado perfectamente por color, tipo de tela y ocasión, afortunadamente aun conservaba el atuendo que traía puesto. Alice extendió un suéter azul marino y un pantalón de lino caqui y lo soltó de golpe. Sus ojos se tornaron fijos y clavdaos hacia la pared.Alice tenia una visón.Su rostro no reflejaba buenas noticias seguido Alice salió disparada después de decir que tenia que llamar a Jasper.


Su aroma aun se desprendía en la habitación, mire la ropa que la había dejado a un lado. Y gire de un lado a otro tratando de averiguar que habría visto. No creía que no hubiese sido grave, ella no solía preocuparse por cosas menores. Su rostro era un mascara de completa preocupación.

Después de un tiempo de darle vueltas al asunto entretejiéndolas en mi cabeza sin llegar a ninguna conclusión. Tome las llaves y salí hacia la mansión. Trate de rastrear su olor que se encontraba hacia la misma dirección que me dirigía. Me frene en seco justo frente al riachuelo que cruzaba frente a la casa, donde el rastro de Alice era más fuerte pero estaba envuelto con otros dos que me helaron. Vulturis
.
Alice se encontraba con miembros de los Vulturis .Esa fue su visión y me mintió. Decidí ocultarme y escuchar su conversación pero ya era tarde. Seguramente Alice ya me había visto venir y reconocerían mi aroma.
Me pare frente de la casa dudando en dar vuelta al picaporte. Pero tenia la perfecta idea que ya sabían de mi presencia.

Sentadas en el sofá blanco se posaban ambas Vulturis, admirando cada insignificante detalle de la casa, cada cambio acontecido en ella. Mantenía mi sonrisa en mi semblante, sabía que la tensión, por mi parte, se aspiraba en el aire, seguramente ellas lo olían y se deleitaban con ello.
Mientras ellas observaban los detalles que Esme y Rosalie se habían dedicado a poner en cada lugar, yo mantenía un ojo en las decisiones de mi familia, especialmente Bella que estaba a unos metros de casa y podía llegar en cualquier momento.
En ese preciso instante su imagen me asalto. Había tomado la decisión de seguirme, tal y como lo pensé desdé el principio. Fruncí el ceño molesta ante su actitud poco factible, le pedía que sobreviviera y se rehusaba rotundamente a aferrarse al a vida, como era su costumbre. Llegaría en un minuto, no más y no menos.
-Puedes dármelo sí así lo deseas.- Extendí la mano y me pare para encaminarme hacia el perchero.- Igual tú, Chelsea, tal vez te sea más cómodo.
Mire por el rabillo del ojo a Bella que estaba parada frente al rio, indecisa de acortar distancia, su decisión fue simple, ahora estaba en la puerta trasera.
-¿No piensas entrar Bella?-Musite en voz alta, con un tono amable, fingiendo que todo corría a la normalidad. Gire mi cabeza en torno a la puerta para verla cuando entrara y fulminarla con la mirada por tomar decisiones tan absurdamente tontas.

Sonrei un poco ante lo que decia la pequeña Cullen y le entrege la capa para poder estar as comoda como ella lo decia, di un amplio suspiro mientras mis ojos rojo carmesi se avivaban cada vez mas, senti el aroma de aquella vampira la que alguna vez habia conocido de reojo siendo una humana una insignificante humana.
-Isabella deberias pasar a reunirte con nosotras-mencione mientras cruzaba mi pierna sobre la otra y colocaba mi cabeza sobre mi mano esperando que la otra vampira se dignara a entrar, observe por un momento a Jane y pose mi mirada de neuvo al lugar por donde Isabella deberia entrar o por lo menso eso me decia su olor inconfundible.

Despues de pronunciar mis palabras, a instante me lego un olor familiar, claro ya sabia quien era, la antigua humana que causo tanta polemica, inmune por decirlo asi a mi don. Creo que esa era la unica falla de mi don algo que me hacia preguntar ¿porque? pero pensar en eso en estos momentos no importaba.
Me le quede viendo a la puerta unos instantes, luego la pequeña vampira dijo que ella podia tomar nuestras capas, le di la mia al igual que Chelsea, que la miraba de vez en cuando.
-Porque no entra tu amiga..?, seria descortes que se quedara ahi afuera no..?.- dije esbzando una amplia sonrisa, despues la pequeña vampira pregunto que porque no entraba seguido de otro comentario de Chesea.
Mientras contestaba la otra vampira que seguramente no queria entrar, podia ver la tension de la pequeña vampira viendo a la puerta esperando a la otra vampira, se oia segura en sus palabras pero su mirada reflejaba lo contrario.

Rozando el picaporte dorado con mis dedos, se escucharon las armoniosas voces de las presentes en casa. Alice pronuncio sus palabras con naturalidad, como si todo estuviese en orden.
Seguidas de Chelsea y Jane donde me invitaron a pasar, sabia que no había otra alternativa. Gire el picaporte y entre a la casa. Cada uno de mis pasos eran firmes y seguros, los cuales estaban cubiertos por unos ojos rojos carmesí y un par de ojos dorados sobre mí.

No tenia idea de que palabras decir, fingí estar segura y consiente de la reunión .La primera silueta que tuve frente a mi fue Alice.–Hola Alice.-Dije en tono seco.La fulmine con la mirada por haberme mentido. No entendía por que Alice se seguía arriesgando sola, ya no tenía a la antigua Bella humana y frágil a la cual debía cuidar. Ahora podía ayudarla, y lo haría aunque ella no lo aprobara.

A un lado de Alice se encontraba la pequeña Jane que ya no poseía la gran capa característica de los “Vulturis”, portaba un delicado vestido azul marino el cual caía grácilmente, sobre su cuerpo inmortalizado en la niñez. Enseguida Chelsea mostrando un seductor vestido rojo carmesí contrastando con el tono de sus ojos. – Jane, Chelsea es un gusto tenerlas por aquí.- Mostrando seguridad en cada una de mis palabras.-Seria mejor pasar a la sala no creen.- Dije esperando caminaran delante de mi,despues tendria tiempo de reprocharle a Alice su comportamniento.

La presencia de Bella era demasiado llamativa y aún más para las Vulturis que percibían su olor deslizarse desde la puerta, ese olor dulzón al cual yo ay estaba acostumbrada, pero que para ellas había un toque de diferencia que con el mío.
Miraba con paciencia la puerta hasta que Bella giro el picaporte y entro con calma, seguridad y firmeza, cosa que solo me ayudaba a seguir como si todo corriera con la normalidad acostumbrada.
El tono de voz que me dirigió fue de lo más seco y frio que podía emplear, normalmente me trataba con cariño al igual que yo a ella, pero ahora ambas estábamos molestas por lo acontecido. Ella porque yo le mentí y yo porque ella no se quedaba segura en su cabaña.
-Bella, te estábamos esperando.- Dije con seriedad y calma impregnadas en mi voz. La fulmine con la mirada mientras se acercaba con pasos decadentes, al igual que ella lo hacía conmigo.
Suspire y volví mi rostro hacía las Vulturis que se encontraban al tanto de nuestros gestos y nuestras palabras, incluso en el tono que utilizábamos la una con la otra, tratando de encontrar un punto de debilidad para atacar con ferocidad si así se disponía el momento.
No me había percatado de que no las había llevado a la enorme sala, simplemente a una pequeña estancia. Sonreí y asentí a los comentarios de Bella, la tome de la mano y la arrastre detrás de mí, echando una ojeada a las Vulturis para cerciorarme de que vinieran.
Suspire abatida sobre lo que se avecinaría por mentirle a Bella, esa mentira tan sencilla seguramente me costaría un gran reclamo por su parte, nunca estaba de acuerdo con mis decisiones por más que estas fueran las correctas y seguras para todos.
-No quiero que me reproches nada, Bella, tú sabes que trato de tomar las mejores decisiones.- Inquirí en un tono bajo, mientras la veía para rectificar mi comentario.
Pero una mínima parte de mi agradecía que Bella se encontrara a mi lado para apoyarme, no tenía a Jasper por el momento y el apoyo de la familia siempre era necesario. Ahora estaba más segura de mis convicciones, mis decisiones, mis actos y las palabras que salieran serían más seguras que antes.
-Y te agradezco que estés aquí y ahora.- Le dije con dulzura.
Pronto estuvimos en la enorme e iluminada sala que seguía tan bella como era su costumbre. Me volví a ver a las Vulturis con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
-Aquí estaremos más cómodas, y así podremos charlas sobre lo que ustedes deseen.- Dije con suavidad y amabilidad.

Seguimos en respuesta de Isabella, ya no tenia opcion asi que muy a su pesar se incorporo con nosotras a la pequeña pero elegante sala. Al parecer algo le salio mal a la pequeña vampira aunque quisiera demostrar lo contrario.
Se notaba en su mirada fulminante y en su tono de voz hacia IIsabella. Se sentia la tension entre ambas ya que Isabella reaccionaba del mismo modo.

Sonrei ampliamente mirando a Chelsea, me resultaba divertido todo esto.
Unos segundos despues ellas se movieron a la que supuse era la sala grande Alice nos miraba como en señal de que vinieramos.
-Creo que sus señas demuestran que vayamos para alla..- le dije a Chelsea arqueeando una ceja, ella como que aasintio y fuimos con paso victorioso y lleno de gracia a la gran sala con el toque de los Cullenn que se esmeraban tanto por ser corrientes y debiles humanos.

Puse los ojos en blanco por unos minimos instantes... que estupido.Pense para mi misma mientras llegamos y nos sentamos delicadamente en el sofa. Observe como Alice aparto un poco a Isabella cambiando repentinamente su estado de humor de un tono enojada a un tono completamente dulce, volvi a arqueear la ceja definitivamente la otra vampira no era buena para actuar un engaño si esque de eso se trataba.

Llego el momento en el que al fin Alice se dirigio hacia nosotros y comento que en esta sala estariamos mas comodas, y que charlaramos de lo que desearamos, en ese instante me pregunte a mi misma si no nos estarian escondiendo mas cosas de las que yo podia creer.

-Bueno pues ya que creo la platica tuya y de Isabella concluyo, quisiera saber como la la violencia por aca en Forks, neofitos, carrnivoros, hibridos quiza?..- dije recordando a la hija de Isabella y Edward.

Observe cada movimiento de las vampiras renegadas por la naturaleza, ellas se hacian llamar vegetarianas pero solo intentaban ser algo que no serian nunca, respetar la vida humana cuando eras mas poderosa y mas astuta que esa raza, por que intentar ser como ellos?, esa pregunta siempre rondaba mi cabeza cuando se trataba de los Cullen.

Sonrei divertida y asenti ante el comentario de Jane sin mencionar ni una sola palabra me levante agilmente y con gracia del sofá y me dispuse a dirigirme a la gran sala, al estar ahi la observe detenidamente, siempre con ese toque a humano, cada lugar cada sitio que los Cullen tocaban tenian ese asqueroso toque a humano algo que para mi parecer era repugnante.

Escuhe el ultimo comentario de Jane y sonrei ampliamente mientras completaba su frase o mejor dicho pregunta. -Mas hibridos quiziste decir no? Jane- mencione mientras observaba a Isabella -espero que tu hibrida no este causando problemas, ya sabes que a Aro no le agradan las sorpresas y ella tiene un gran potencial como para desperdiciarlo con su muerte- dije en tono sisañoso mientras observaba a Jane.

Siempre es sabido que Alice toma buenas decisiones en cuanto respecta a nuestra familia, tenerla a nuestro lado era de gran ayuda y una base muy importante de esta familia, todos la estimábamos demasiado, sobre todo Edward y yo. No sabría que hacer sin mi mejor amiga, y más ahora que Edward, Jasper y toda la familia se encontraba dispersa nos necesitábamos la una a la otra, apoyándonos incondicionalmente hasta que estuviéramos unidos otra vez.

Al parecer no era la única que pensaba de aquella forma, Alice compartía esos pensamientos. Ahora estábamos más sólidas que antes, ella me necesitaba para una situación como esta ya que no sabíamos cuando quisieran atacarla estando ella sola y más aún, cuando Jane podía dañarla con solo pensarlo y desearlo.

El hecho de que Alice me tomara de la mano y me hablase con voz cariñosa, ese tono que siempre usaba con todos, me dio el valor de seguir adelante con la situación que enfrentábamos y que se podía tornar algo peligroso. Agradecía en el fondo de mi alma que Alice y yo tuviéramos dones, yo con mi escudo mental que ni Chelsea ni Jane podía quebrar y el fabuloso don de Alice para ver el futuro, estábamos preparadas para esto, así ambas nos protegíamos la una a la otra; ella podía prever los ataques físicos y yo bloquear los mentales, protegernos era lo primordial.

Caminamos a la gran sala siempre bañada con los rayos de sol que se infiltraban por los grandes ventanales de la pared sur que daba una vista al bosque, en dirección a mi cabaña, y al rio que parecía tener incrustados diamantes en él. Después de todos estos años ni Esme, Ni Rosalie y ni Alice habían tocado la sala que era exactamente igual que como yo la recordaba, desde mi etapa como humana. Ese inmaculado blanco era lo más sobresaliente y memorizado en mi memoria.

Las Vulturis nos pisaban los talones, siempre al pendiente de una posible disputa entre nosotras dos, al tanto de nuestras acciones, quizá a la espera de ver el punto débil. Odiaba la idea de saber que Aro ansiaba con celo poseer a Alice entre su corte, y la idea de que pudieran llevársela me aterro tanto como saber que deseaba destruir mi familia y mi hogar, no permitiría eso.

Llegando a la gran sala las Vulturis se sentaron con gracia en el sofá más amplio e igualmente blanco, observando la casa y desaprobándola. Me deje caer sobre el sofá frente de ellas, jalando a Alice conmigo y puse mi mejor sonrisa, esperando que no se viera fingida dado a que las mentiras jamás se me habían dado bien, aunque ya fuera una vampira ese seguía siendo una debilidad, algo estúpido ya que todos en mi familia mentían a la perfección.

Las palabras de Jane seguidas por Chelsea me molestaron, no solo porque estaban demasiado cerca de la verdad, sino porque metían a Renesmee en el tema, dándola como una niña irresponsable y problemática, cosa rotundamente negable. Renesmee era madura y muy responsable, podría asegurar que más que yo. No podían juzgarla así después de ver que en verdad era madura y pensaba las cosas antes de hacerlas o decirlas.- ¿No lo han visto ustedes mismas? Todo está muy bien por aquí. En cuanto a Nessie, no ha causado ningún problema, nunca ha causado un solo problema.-Mis ojos se dirigieron principalmente a Chelsea, conteniéndome a ser grosera solamente mostré frialdad que se apodero de mi rostro completamente.

Todos los Vulturis eran predecibles, no se necesitaba poseer un don para ver la superioridad que se adjudicaban por ser parte de lo que ellos mismo llamaban nobleza.
Ambas vampiras se movieron y sentaron con elegancia y ese aire de superioridad que las rodeaba como un aura, yo me deje caer a un lado de Bella.

Todo lo que habíamos temido, desde que nos fuimos, salió por sospechas en la mente de Jane. Se estaba acercando a la realidad, a la verdad pura. Si llegaban a ver algún inconveniente, para ellas, irían a Volterra a informa a sus amos y estos volverían, con todos los deseos del mundo en deshacer nuestra familia, no necesitaban más que un simple pretexto, el que fuera, para venir y deshacerse de nosotros.
Ahora no podíamos confiar con nuestra suerte, tal vez si volvíamos a pedir ayuda se nos brindaría, la incondicionalidad de la amistad esta siempre presente en los lazos cariñosos que nos unen a nuestros amigos. Pero era claro que no todos serian participes, más una cosa más: En el transcurso de nuestra separación se habían ganado enemigos, perdido territorio, violado normas y un sin fin de cosas en Forks, siempre que se creía tener la paz sucedía algo extrañamente malo, como una maldición que arrastraba mi familia a causa de los celos de los Vulturis hacia la familia Cullen.
Mantuve mi rostro sereno ante su pregunta, tomándola como inocente, ocultando al verdad entre mis pensamientos, como si todo fuere de lo más normal del mundo. Y, como era su costumbre, siempre querían ver el punto débil de la familia, atacando por donde se les diera a entender. Bella no se pudo contener, y menos tratándose de su amada hija.
Mire de reojo el rostro de mi hermana y en este estaba puesta una máscara de frialdad, alguna de las dos debía ser más racional, no dejarse llevar por las emociones y darles el punto débil ver, aunque en Bella ya era sabido que con Nessie nadie debía meterse.
-Como dice mi hermana, todo está bien por aquí. Nada novedoso que contar, lamento tanto decepcionarlas.-Musite en tono monocorde y con el semblante serio.- Y en cuanto Nessie, es una ángel, no causa ni un problema. Como ustedes sabrán, tiene un potencial magnifico y una mente muy desarrollada, no se preocupen.- Tenía que haber apoyo, y más cuando se trataba de mi única sobrina.

-Exacto..- dije en cuanto Chelsea complemento mis dudas.
Despues de escuchar atentamente cada una de sus palabras le sonrei ampliamente, enseguida voltee a ver a Isabella poco despues de que Chelsea acabara de pronunciar su frase: "a Aro no le agradan las sorpresas y ella tiene un gran potencial como para desperdiciarlo con su muerte" de inmediato, el rostro dee Isabella cambio, sus labios se volvieron una linea rectaa, sus cejas se juntaron hasta fruncir el ceño, su rostro tan blanco como la neblina se quedo inmovil, mientras que, la pequeña vampira reaccionaba de otra manera, como si acabaramos de darle al punto como si acabara de descubrir algo que escondian, como si justo estuviera desterrando aquelllo bajo tierra.
Su rostro notaba sorpresa, despues del tono un poco agresivo de Isabella para contestarle mas que nada, a mi hermana, lo decia por la direccion en que miraba fija y tensamente a Chelsea.

Seguido de ella, Alice hablo pero en un tono un poco mas tranquilo que el de su acompañante, tal vez porque asi era ella oh tal vez porque queria relajar un poco las cosas, aunque no se sabia que diria Chelsea despues.

- Eso esperamos... aun asi, tarde oh temprano los provocara...- dije sonriendo burlonamente y era cierto, ya que la hibrida era joven, por lo tanto no dudaria en divertirse un rato, en jugar sin parar por asi decirlo. Hasta que nosotros terminemos el juego...

Después de escuchar las palabras de Isabella, la estúpida expresión que había realizado me había enfadado un poco pero la maligna sonrisa que me caracterizaba no se escondió ni un solo minuto. La hibrida era un simple fastidio, por ella había empezado una gran pelea todo por intentar salvarla, solo esperaba que ellos no se equivocaran con ella, como las Cullen habían mencionado un par de minutos atrás, la chica tenia talante pero era un talento que desperdiciaba, es joven y era fácil provocarla solo esperábamos el momento preciso para que ella se doblegara y así poder torturarla un poco, con tanto que me agradaba esa idea.

Sonreí y observe a Jane mientras sentía la mirada acosadora de Isabella, Alice como siempre trataba de relajar el asunto pero muy bien sabía que los Vulturis no se traían consigo juguetitos tontos si no eran más que reales. –Supongo que ambas están en lo cierto solo espero que la chica no los decepcione- mencione con un solo propósito provocar más a la ex humana.

-En donde está el resto de tu "familia"- hice énfasis en ello e incluso las marque con mis dedos aquellas comillas en familia dándole un pequeño tono de asco ya que eran vampiros, nunca lograrían a ser una familia de verdad y tenían que estar consientes de ello

Cada una de las palabras de las Vulturis eran como veneno revuelto en acido, con intención de dañarnos mas profundo de lo que podíamos desear. Sus miradas reflejaban cientos de navajas apuntándonos sin poder dañarnos.

Mis palabras fluyeron solas ante su comentario, no me importaba perder la decencia frente a ellas. No tenia por que mostrar educación ante sus comentarios sin sentido solo con el afán de irritar a mi y Alice.

Mire de reojo a mi hermana quien solo pretendía mantener en claro la “serenidad” en Forks. Sentía como se podía poner tensa ante los comentarios estúpidos de Chelsea, pero podía fingir también su enfado haciéndola parecer tranquila.

Alice aun mostraba serenidad en su rostro, y su palabras acompasadas lo mostraban, a diferencia de las mías. Siempre había sido pésima para fingir lo que sentía, y no pretendía ser hipócrita ante ellas.

Su falta de credulidad en Nessie solo reflejaba su frustración ante su intento fallido de eliminarla. Sabía que no se rendirían y tenían en mente estar pendiente de ella como halcones esperando a que mi hija decayera para poder atacarla como su presa con una excusa permitida.
-Sabrán que Nessie, es mas madura que cualquiera que hable en esta sala, así que pueden hacerse un favor y dejar de preocuparse tanto por ella.- Dije en un tono y seco amargo mirando fijamente a Chelsea a los ojos, quien mantenía una sonrisa sínica de oreja a oreja.

Cada una de sus palabras palpitaba en el fuero interno de mi mente haciéndome fastidiar hasta lo mas latente de el. Mientras cada frase sin sentido soltaban más cerca estaba de perder la razón.
Aspire aire con el afán de despejarme. Mis pulmones se impregnaron de aire revuelco de sus fragancias imponentes y fuertes llenas de un olor a “asesino”. Aroma el cual jamás me gustaría conservar. Hice mueca de desagrado ante sus olores, que casaban en mi una especie de nausea.

Ambas se posaban frente a mi y Alice con sus miradas clavadas en nosotras. La mirada de Jane era penetrante y siniestra, su don era de lo más aterrador que podía un vampiro poseer. El de Chelsea era igual de bueno e hiriente. Una ola de tranquilad me empapo al saber que gracias mi don era inmune a los dos de ambas. Mire a Alice quien era vulnerable a sus dones. Decidí tomar mis precauciones debidas y estire mi escudo hasta envolver a Alice y cubrirla de seguridad. Así ninguna de ellas podría lastimarnos por más que deseara.

Sonreí ante la idea de saber que ellas no podrían lastimarnos. Jane y Chelsea se mostraban como las dueñas de los vampiros. Sabiendo todos que ellas no poseían una autoridad tan grande como la que puede tener Aro.

No pretendía contestar su idea banal sobre nuestra familia. –Nuestra familia.- Lo dije recalcando letra por letra, que aunque les pesara. Eso éramos. A diferencia de su enorme aquelarre, en el de nosotros estaba envuelto de algo que ellas carecían. Amor.
-Todos tienen ocupaciones y no pueden estar en Forks.- Dije respondiendo secamente a su pregunta.- Y ¿Como esta su aquelarre, Aro, Marco y Cayo? No pudieron venir y por eso mandaron a sus súbditas. ¿Por que eso son cierto? Solo súbditas.- Dije en un tono sínico y con una sonrisa al pronunciar mis palabras, al igual el que ellas empleaban para dirigirse a nosotras. Alice y yo también podíamos jugar su mismo juego.

No podía ser cierto. Cerré mis ojos con determinante fuerza y puse mis dedos sobre mis cienes, sobándolas lentamente. Las Vulturis comenzaban a agotar mi paciencia con sus desdenes y la manera más déspota que les era posible, su objetivo era irritarnos lo suficiente para desatar una pelea. No, nosotras no comenzaríamos una insulsa pelea, no nos rebajaríamos a tal cosa atacándolas primero.

Éramos civilizadas, en cuanto respecta a Bella y a mí, no éramos vulgares como ellas, insinuando y dando en el punto exacto para dar comienzo a lo que ellas tanto anhelaban, simplemente no se lo daría y no permitiría que Bella se saliera de sus casillas. Alguna de las cuatro debía ser racional, yo era más racional y Bella igual. Suspire y deje caer mis manos a mis lados, abriendo lentamente los ojos. Me volví a ver a mi hermana.-No tiene caso que te enfades, Bella, no es lo más correcto. Date cuenta que solo buscan que comencemos a pelear, tu y yo somos civilizadas, no como ellas.- Mi voz se volvió un poco suplicante, sabía que Bella podía ser impredecible para los demás, pero no para mí que la conocía muy bien y que podía ver sus movimientos antes de que siquiera los hiciera.

Tome una de las manos de mi hermana para darle paz y fortaleza al mismo tiempo, relajarnos era mejor que dejarnos llevar por nuestros instintos asesinos que tratábamos tanto de despojar de nuestros seres. Volví a suspirar antes de encarar a las Vulturis.

Al voltearme a verlas me encontré con sus rostros llenos de burla y satisfacción al vernos molestas, estaba más que claro que se deleitaban con vernos de esa manera. No permitiría que se burlaran ni de mí, ni de Bella, ni de ningún otro miembro de mi familia.
Sabía que hacían todo aquello por celos. Nos odiaban a mi tanto como a Bella por tener dones sin iguales, dones que su gran amo Aro deseaba tener con codicia y ambición entre su corte, inclusive más que a ellas mismas ya que mi don le podía dar más que el de Jane o Chelsea en una batalla o alguna otra cuestión; el de Bella lo protegería cien veces más que Jane, nada podría dañarlo si nos tenía a su lado. Si eso era, celos por ser mejores que ellas en tantos sentidos, pero yo no soy presumida ni mucho menos, me guarde esos pensamientos, no quería alardear.

Deje que la frialdad invadiera mi rostro, aquella sonrisa que había tenido se borró con la misma rapidez en la que llego, ahora solo era una línea recta que no volvería a curvarse en una sonrisa hasta que se largaran de mi casa aquellas vampiras. Mis ojos amielados y cálidos tomaron la solidez del oro, era fría como el hielo. Mi ceño quedo perfectamente liso como la madera, sin ninguna arruga de preocupación.

-Claro que mi preciada familia se encuentra muy bien, haciendo sus deberes, de eso no deben preocuparse yo lo es mejor que ustedes, tómenlo en cuenta.- Mi voz salió con puntadas de hielo, tratando de herir sus sentimientos(Si es que vampiros de su clase tienen sentimientos), o por lo menos su orgullo con aquella indirecta sobre mi don.- En cuanto a Nessie, les aseguro una sola cosa: Ella es madura, como bien lo ha dicho mi hermana. Puede alcanzar al madurez que nosotras, por lo menos de Bella y mía, poseemos. O es que... ¿Acaso su memoria falla? Si bien recuerdo cuando vinieron a tratar de destruirnos vieron la madurez con la que pensaba, lograba tener una buena percepción del bien y el mal, eso no ha cambiado en lo absoluto, pese que antes era más joven y corríamos mas riesgo de perderla de nuestras manos, ahora ella es capaz de tener un pensamiento e inteligencia basto como para ser prudente y pensar las cosas antes de hacerlas, no hace estupideces así porque si.- Sonreí orgullosa de saber que tenía la razón absoluta, orgullo de mi sobrina que siempre hacia el bien pese a todo, jamás dejándose seducir por el mal.

Otra sonrisa de satisfacción lleno mi semblante al recordar una viejísima visión en la que Chelsea era participe. Ella se creía tan madura cuando no respetaba ni una sola normas.-Si hablamos de madurez, responsabilidad y respetar las reglas... Una de ustedes no queda bien parada aquí ni ahora.- Mis ojos se dirigieron de Chelsea a Jane. ¿Porque pelear contra ellas cuando podía hacerlas pelear a ellas mismas?
-Jane, creo que Chelsea no te ha contado absolutamente nada sobre un acontecimiento que sucedió no hace mucho. Si me permites decírtelo, parece que es una irresponsable, inmadura y, sobre todo, incumple las reglas establecidas, ¿Cómo es posible que una de las Vulturis haga ese tipo de cosas, siendo ustedes quienes deben poner el ejemplo?- Mi mirada penetrante y fría se concentró en Chelsea, acosándola y acusándola.- Hace poco tiempo vino a Forks a hacer algún tipo de desmán, se acercó demasiado a la reserva de los quileutes, de hecho entro cuando está prohibido pasar a esa zona... Solo digo, nosotros los Cullen respetamos sus normas al pie de la letra, o ¿Cuándo hemos creado a un niño inmortal o exhibirnos antes los humanos? La respuesta es nunca, así que les pido de la manera más amable y atenta, sobre todo a ti Chelsea, que respeten el tratado que tenemos con ellos ya que ese es global como el De los Vulturis, y si te vuelves a acercar ahí te aseguro que nosotros no meteremos mano para tratar de pararlos ya que están en todo su derecho de hacerlo... Pero si tratan de dañarlos entonces tengan por bien seguro que estaremos con ellos...-Suspire y mire a Bella esperando a que me apoyara más que me dejara sola, aun peor con aquel comentario hecho para sus amos.- Así que espero todas sus dudas estén resueltas. Espero que Aro se encuentre de lo mejor, al igual que Cayo y Marco, se perfectamente bien que están algo ocupados y por eso las han enviado a ustedes, como sus representantes y sus súbditas, que lamentable... Pero bueno, si desean cazar que sea lejos del pueblo por favor.- Sentencie.

Ahora nuestra suerte estaba echada, si se molestaban con nuestros comentarios seguramente se nos vendrían encima, aunque lo dudaba.

Se notaba tanto como la claridad del agua como le dolia a Isabella cada palabra que mencionabamos, como la hacia arder, como la hacia querer gritar.
Pronto se le acabaria la paciencia, yo sonreia, ella fruncia el ceño. Y como de esperarse... abrio la boca. Para defender a su pequeño monstruo, diciendo que ella podria ser mas madura que cualquiera que estuviera presente, de inmediato me le quede viendo en una mirada intimidante.

Rapidamente, menciono a nuestro alquelarre diciendo que solo somos simple subditas,
- No te conviene acabar con mi paciencia Isabella, no sabes en lo que te metes..- dije en tono firme, manteniendo mi mirada tan intimidante para cualquiera, enseñandole los colmillos.
Enseguida hablo la duendecilla, blah blah blah, ofreciendole discursos a la ex-humana para que esta se lograra tranquilizar por lo menos un poco.
Menciono casi lo mismo que la ex-humana solo que con mas tacto por asi decirlo. Puse los ojos en blanco, porque repetir lo mismo? hasta que escuche cuando nommbraba a Chelsea, le puse total atencion.
Enseguida voltee a ver a Chelsea, ¡¡¡¿que demonios?!!! [/i[i]]¿cuanta indiscresion se cometio? ¿porque lo hizo de esta manera? me aturdi un instante. Me confundi.

Pero no era la primera vez que me topaba con estos trucos, llevaba varias decadas aqui como para poderme engañar en esto, este momento no era el momento para aclarar las cosas con Chelsea.
La mire con cara de: ¡¡¡¿¿que diablos??!!.
-Hablaremos en otro momento sobre eso...- dije observando a Chelsea
Despues de eso casa palabra de la duendecilla me hacia enojar mas ¿que creia que eramos? ¿que se creia ella? ella no era nadie para hablarnos de esa manera.

-Disculpa pero quien te crees que eres como para intentar darme ordenes?, Acaso tienes alguna autoridad?..- Le dije con una mirada temeraria, estaba enojada, si querian acabar con mi paciencia lo estaban logrando, voltee a ver a Alice y empeze a apalicar mi don, en mi mente la quemaba por dentro.

-Que te quede bien claro: NO SOMOS SECRETARIAS oh alguien a la que le puedes dar ordenes, no somos subditas, somos parte de la realeza Vulturi, lo comprendes..??! ..- dije alzando la voz, en tono descortes, frio, agresivo, salvaje, mucho peor que el usual...

Ambas Cullen empezaban a artarme sabia lo que querian lograr o por lo menos lo prentendia entender estaba un poco confusa como se atrevian a sacra a relucir lo que habia pasado en la reserva, no me interesaba en lo absoluto anque al escuchar y sentir la mirada de la pequeña Cullen en mi rostro no se formo ninguna expresion alo que incluso yo estaba sorprendida no tenia la menor intencion de darles explicaciones a ellas anque ya sabia lo que me esperaba con Jane.

-Por favor Alice ese tratado no tienen nada que ver con nosotros, lo han hecho ustedes no los Vulturis asi que no e inclumplido ninguna sola norma y si no quieres que empieze ahora es mejor que te calles- le dije fulminandola con la mirada y me sente en el sofa sin ningun problema mientras observaba lo que pasaba a mi alrededor.

Observe a Jane y asenti solamente recordando lo que habia pasado aquella vez incluso habia podido presenciar una estupida esena segun tenia entendido de imprimacion o algo parecido, incluso esa distraccion me habia dado el suficiente tiempo para poder divertirme un rato mas, despues de todo 4 contra una no era posible asi que sali del lugar. Al recordarlo una sonrisa se expreso en mi rostro. Rei demasiado bajo y observe d enuevo a la pequeña vampíra.

-Como ya emnciono Jane te recuerdo que somos realeza las cosas ahan cambiado a como las conocias, no me digas que tu don te esta fallando pense que nos tenian mas vigilados pero veo que no es asi, creo que se dedican mas en defender y proteger a los sarnososo perros que encargarse de las noticias que han dado los vulturis en los ultimos años. Spongo que no eres una vidente depues de todo- le dije en tono burlon ya que conocia a un par de videntes mejor que ella y mas responsable. Me encantaba ser cruel y despiadad y mas que nada provocar a los vampiros como ellos, unos tontos vampiros que no querian ser como eran, siempre intentando hacer el bien, segun ellos eran vegetarianos por el simpl hehco de beber sangre humana, el mejor deleite que podia tener un inmortal.

Incluso suponia que no eran capazes de acercarse a la sangre humana sin salirse de control a la gran exepcion de Carlisle un viejo amigo que no tardaria en regresar con nosotros.

A mala hora, llegué a casa de los Cullen, otra enviada más de parte de Aro y Cayo, ya andaba recorriendo a paso invisible los senderos hacia el hogar de vegetarianos detestables.
Me presipité hacia la puerta y pude admirar la presencia de Alice, Bella, Jane y Chels, sus voces atravezaban las paredes del hogar, del blanco y tonto lugar.
Toqué de manera cortés a la puerta, odiaba tener que recordar las incomodidades de la vida humana, tener que tocar, limpiarse, arreglarse, algo que quita más tiempo del que uno pudiera necesitar.
Así esperé a que abrieran, para poder terminar de escuchar lo que desde a distancia, se escuchaba como el inicio de una discusión acerca de las reglasy el disgusto más grande para Jane y Chels, incluso para mí: la híbrida Reneesme.

Me desesperé un poco a tener que aguardar a esas vegetarianas a avecinarse al pórtico, para recibirme seguro de mala gana. Sólo quería reunirme con las vulturis que se encontraban dentro, para informarles de mi inesperada llegada.

Lo vi con total claridad, antes de que hicieran y dijeron lo que dirían en segundos cortos y fugaces.
Nuestras palabras ofenderían a las narcisistas Vulturis, nos atacarían con sus dones tratando de hacerme sufrir por lo que decía en son de burla, burla hacia ellas.

Los segundos transcurrieron. El rostro de Jane se tornó sorprendido al igual que el de Chelsea, tomar a las personas por sorpresa siempre me era bien grato. Sabía que tendrían una pequeña discusión sobre el tema que yo acababa de sacar a relucir.

Luego el rostro inmortalizado en la niñez de Jane se crispo ante las "ofensas" realizadas por mí y mi hermana. De un momento a otro comenzó a gritar como loca, defendiéndose. Luego vi como usaba su don, no era necesario tener mi don su simple mirada fulminante me lo hacía saber.

Espere con paciencia a que el intenso dolor comenzara a quemarme por dentro lentamente, pero más sin en cambio el dolor nunca llego, estaba ilesa. Mire de soslayo a Bella quien sonreía triunfalmente, seguramente estaba prevenida desde el primer momento y extendió su escudo hasta a mí para evitar los daños de las Vulturis, su sonrisa se pegó a mi rostro, éramos intocables ante sus dones.

Mi mirada se desvió hasta Chelsea, ignorando completamente a Jane y su infructuoso intento de verme revolcada en dolor. Está se veía más relajada, mantenía sus cabales a un límite, ahora invertían los papeles.
-Creo que es algo que debe de importarles, Chelsea, solamente te lo advertí si sucede algo no venganza reprochárnoslo a nosotros, no nos hacemos responsables de sus malas decisiones.-Sonreí amable y luego puse los ojos en blanco ante su comentario "ofensivo", suspire y clave la mirada en Chelsea.- Mi don... Nunca falla, si fallara ¿Que caso tendría que tus amos lo desearan fervientemente? Estas equivocada, se lo que pasa, pero solamente tomo en cuenta cosas de vital importancia. Por ejemplo, no tarda en aparecer Sulpicia por la misma puerta en la que nosotras hemos entrado y apuesto a que viene con las mismas intenciones que ustedes. ¿Alguien desea apostar en mi contra?-Musite en tono de burla.

Segundos después Suplicia tocaba con delicadeza la puerta, jale a Bella conmigo y abrí la puerta con un jalón suave.
-Sulpicia te estábamos esperando, pasa.- Mi sonrisa se ensancho y me puse a un lado para dejarla pasar.
No debíamos temer nada, no existía razón alguna para hacerlo, Bella y yo éramos más fuertes en la defensiva con mi don prevería sus movimientos y con el don de Bella no nos tocarían ni un pelo, en cuanto a la ofensiva lo vería todo, cada movimiento que quisieran realizar. Parecía que todo estaba en su contra. La suerte nos estaba sonriendo.

En corto sentí unos pasos retocados caminar hacia la puerta, puse una cara de malos amigos al tener el aroma a sangre de animal restregándose en mi cara al ver que la que abría la puerta era la opuesta a mí, se trataba de Alice. Ella tan feminil, tan agraciada, tan preparada, tan atenta, tan grácilmente alegre, tan feliz, tan optimista y sonriente. Encambio yo, tan agresiva, bipolar, infeliz, casi desdichada, reprimida, acartonada, bajo el yugo de los amos, una esclava, una vampira descontrolada y siempre fuera de sus casillas.
Un momento me bastó para dejar de envidiarla y recuperar el pensamiento y la razón de estar ahí.

-Hola, Alice.- Dije con un pequeño toque de cortesía y entré en el lugar. -He escuchado su conversación desde lejos.- Confesé. -Y quiero aconsejar a ustedes chicas- me dirigí a Chels y Jane. Intentando relajar el ambiente. - que se reserven comentarios y "pensamientos" para sí mismas.- Tocándo la herida de la conversación, el mal gusto por atacar de malas a los adversarios, al menos yo en eso era justa.

Me coloqué junto a ella, fulminándo con la mirada y reprobando sus reacicónes infantiles. -Bella, un usto verte de nuevo.- Dije recordando cuando Aro pisó por primera vez el bosque de Forks y nos trajo a su guardia entera con él.

-Ahora veo que Chelsea no ha respetado del todo las reglas, ya hablaré con Aro sobre esto, y con ella antes que nada.- Intentaba justificar sus acciones disfrazándolas en mis mentiras. Esperaba que Bella disipara su escudo para poder hablar en "confianza". -Creo que pronto nos tendremos que retirar de este asqueroso bosque, así que, saludos de parte de Aro.- Confié los saludos a las Cullen, y sin preocupación, esperé a que alguna de mis acompañantes encontrara en mi esmblante la necesidad de conversar, y sobre todo, de alejarme del tonto, tal vez estúpido y fatigante lugar. Hize un ademán con el rostro al dar los saludos.

-Vamos, Aro desea saber cosas sobre ustedes.- Afirmé mi inesperada visita al pso que me movia hacia la salida, invitando a las vuturi a una bien disfrazada huída, obvio antes de que cometieran otro error, como entrar a la Reserva por segunda vez.
-Gracias por todo Cullen, debemos ir a vigilar otro tonto lugar.- Mentí a medias al momento que esperaba escuchar los pasos amaestrados de las Vulturi.

Observe a Sulpicia y sonrei de lado, estaba algo confusa ya que Aro nunca lo hubiera djado salir sola o quizas confiaba demasiado en nosotras y sabia que vendria para aca.
Observe a Ambas Cullen y snrei un tanto suspicaz.
Sabia que era hora d epartir no solo por los ademanes y palabras de la señora sulpicia si no tambien por que las cosas empezaban a tomar un mal rumbo y no nos convenia a nadie.

-Supongo que fue un placer verlos y Alice no te preocupes iprocurare no estar en estos alrededores y en tanto a los cachorros no te preocupes se que hacer con ellos- le dije con tono ironico y suspicaz ya que eso estaba mas que resuelto.

Di media vuelta y espere a que el resto se despidiera total sabia que la platica con Sulpicia llevaria rato.

A fin de cuentas dí unos cuantos pasos para salir del lugar aborrecedor. Giré la vista para despedirme, pero "oh, sorpresa", algo en el rostro de Chelsea denotaba curiosidad y confusión, no me pondría a merodear mi imaginación para descifrar lo que pensaba Chelsea, mas aún así intuía que era acerca de mi inesperada visita, ya habría tiempo para decirle el por qué.
-Alice, Bella, fue un honor verlas hoy, espero poder visitarlas pronto.- Dije en una sonrisa que ocultaba mis intenciones.
Me di cuenta de que el lugar mantenía, aún fuera de la casa, un aroma de sangre animal, lo cual me hizo repingar un poco y torcer a nariz.

A punto de retirarme reiteré los saludos. -Hagan llegar los saludos a Carlslile, al igual los míos.- Dije intentando ser gentil, tal como Aro lo habría hecho si se encontrara en ese lugar.
El hecho de estar en el lugar que tanto aborrecía me hizo apresurar mis pasos. Escuchaba aún más tímidos los pasos de las guardianas Vulturis, miré hacia ellas cuando estaba ya lejos del alcance visual de las Cullen y pude distinguir en Jane el perfecto entendimiento del mansaje insinuado.
Pude pintar en mi cara una sonrisa de alivio al retirar de mis narinas el hedor animal. -Acompáñenme a buscar a la híbrida, tengo un mensaje para ella.- Escondiendo acertadamente mi mandata en una inmensa sonrisa perspicaz. Recobraba el pensamiento vil que tenía... -¿Mi verdadera razón de estar aquí?Una órden para la híbrida, ir a la buena, o a la mala a un encuentro con los señores. A Aro le inquieta demasiado el potencial que la impura guarda en su interior, sabiéndola capaz de muchas cosas que nos afectarían si sucedieran.- confesé sin temor a las Vulturi, convertidas en estatuas, escuchando mis intenciosas palabras, mientras yo descubría gestualmente que el encuentro con ella sería divertido, almenos para nosotras, que de inmediato notifiqué a las que se posaban como esculturas de nieve en aquel lugar que se llenaba de verdura arbólea, un que tanto me fatigaba, pero que de alguna forma me recordaba vagamente mi humanidad, mi inútil humanidad.

Estaba a punto de atacar, queria asesinar ah Isabella, siempre lo habia querido hasta que Alice hablo dijo que venia la esposa de Aro: Sulpicia.
Me llene de dudas y de intriga por saber que hacia ella en aquel lugar, la esposa de Aro, el la cuidaba demasiado como para dejarla venir sola hasta aca, oh amenos que supiera nuestras intenciones, confiara en nosotras y confiara en su esposa.

Claro que confiaba en nosotras, eso me llenaba de satisfaccion.
Al llegar, Sulpicia saludo cordialmente como era de ser, y dijo en pocas palabras que cerraramos la boca. Al parecer ella tenia otros planes en mente, que, entendi por completo al igual que Chelsea.
Le enseñe los colmillos ah Isabella y luego tuve que aceptar que era todo por hoy.

-Supongo que nos veremos luego, tenemos una eternidad restante...- dije con una sonrisa llena de malicia. Me situee a donde estaban Chelsea y la señora de Aro, para salir de aquel lugar.